Vecinos y Amantes

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Nos encontramos en una fiesta exclusiva en ciudad Lumiose, pero que se celebra, una reunión anual entre los máximos empresarios y ejecutivos de las regiones, pero entre ellos destaca la figura de dos personas, ellos son: Ash Ketchum de 22 años, joven empresario y ejecutivo de SfitchCorp. y Serena Gabena, mujer de negocios y principal referente de la moda; ambos durante la fiesta se miraban de forma disimulaba, lanzando miradas coquetas.

Serena

Puedo sentirlo... como el deseo corre por mis venas, colocando mi sangre a punto de ebullición; sin poder evitarlo muerdo mi labio ligeramente y te miro; al otro lado del salón encuentras mi mirada y sonríes travieso. Sólo tú sabes entender mejor que nadie cada uno de mis gestos.

Seguimos mirándonos por algunos segundos, regalándonos promesas silenciosas, hasta que el mundo reclama nuestra presencia de nuevo, alejándonos de todo aquello que en secreto deseamos...

Lo recuerdo claramente como si fuera ayer, la forma en que tu brazo ceñía mi cintura, la esperanza brillando en tus ojos castaños, y sobre todo, la calidez de tu cuerpo; creo que fue su ausencia lo que me hizo despertar al día siguiente, ver que habíamos sido separados por la caída me generó tal confusión, tal angustia; fue allí donde todo empezó, donde por primera vez me di cuenta que producías un extraño efecto en mí, esa sensación era tan fuerte que no pude evitar intentar besarte.

Una parte de mí siempre odiará a amiga Shauna por habernos interrumpido, aunque eso ahora no tenga ninguna importancia.

Suspiró imperceptiblemente tratando de centrar mi atención en lo que Aria está contando; debe ser algo muy divertido puesto que todos se están riendo, pero me es imposible por dos sencillas razones: de vez en cuando puedo ver como tu mirada me devora, y además, yo hago lo mismo... te ves increíblemente guapo en traje.

Ash

Te ves preciosa y no puedo dejar de mirarte, es imposible. Me encanta ese vestido, siempre lo ha hecho, la forma se amolda a tu figura, la manera en que tu cintura me pide que la rodee con mi brazo, tu cabello cayendo suavemente sobre tu espalda... Debería dejar de pensar en eso, pero no puedo hacerlo.

 Debería dejar de pensar en eso, pero no puedo hacerlo

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(El vestido de Serena)

Y menos cuando me miras de la forma en que lo haces; es divertida la forma en que tus ojos dicen claramente lo que estás pensando, o por lo menos para mí...

Una parte de mí se resiste a creer que puedo despertar ese tipo de sentimientos en ti, pero con el tiempo he optado por creerle a las evidencias; casi me muero el día en que Clemont me dijo que había escuchado a Shauna decir que habías tratado de robarme un beso aquel día.

Recuerdo que traté de convencerme de que eso había sido algo pasajero, que había sido simplemente el factor sorpresa; pero volvía a pasar cada vez que te veía, y poco a poco comencé a soñar contigo, con estar contigo. Ahora me es mucho más fácil hacerlo, puedo recordar con exactitud el calor de tu cuerpo, la suavidad de tu pecho, la dulzura de tus labios y el enorme placer que se genera cuando mis dientes devoran algún trozo de tu piel...

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