De discusiones y reconciliaciones

3.1K 341 73
                                    


Decir que Tsukishima estaba molesto sería poco.

Pensó que dejaría de afectarle tanto pero no hacía más que empeorar. Pese a que sabía perfectamente que Hinata sólo querría entrenar sin descanso ya que otro partido estaba tan cerca, no podía dejar de sentirse desplazado por ese estúpido rey de pacotilla.

La situación era tan grave que había decidido tomar medidas desesperadas; quedarse a entrenar con ellos.

No cada vez por supuesto, solo de vez en cuando. Y todas las veces que se quedaba se sentaba por la mitad del entrenamiento y aprovechaba para intentar estudiar. No que pudiera hacerlo muy bien con tanta distracción.

Estaba intentando, pero era realmente duro, y saber que era el único al que le afectaba era algo con lo que simplemente no podía estar. Él estaba haciendo un esfuerzo por apoyar a Hinata, ¡Y el enano infernal seguía en las mismas! no había consideración con su molestia, y creía que si esto seguía de esa forma, ambos tendrían que hablar seriamente.

.

.

.



Hinata estaba emocionado. No, ¡Más que eso! El campamento de entrenamiento se acercaba a gran velocidad. Apenas podía creer que realmente jugarían contra esos equipos ¡Sería asombroso!

No había podido parar de entrenar. Entrenaba todo lo que podía junto a Kageyama, realmente querían hacerlo bien.

¡Incluso Tsukishima parecía un poco interesado! Se había quedado en varios entrenamientos extra, aunque no aguantaba mucho antes de ir a descansar "Pero lo intenta" y ese simple pensamiento le hacía sonreír.

Sabía que últimamente no había pasado mucho tiempo a solas con Tsukishima, pero sabía que él entendía, Kei sabía bien lo mucho que amaba el voley.

Pedaleó con más fuerza, sintiéndose con más energía después de pensar en el campamento y en Kei.

.

.

.



Tsukishima lo vio llegar como una bala hacia él, estrechándolo con fuerza entre sus delgados-pero no por ello débiles- brazos.

-¡Kei!- podía sentir la sonrisa de Hinata mientras el enterraba su cara en su pecho.  

Tsukishima le abrazó de vuelta con una pequeña sonrisa.

-Por un momento creí que no vendrías enano-

Hinata alzó la cabeza para mirarlo a los ojos.

-¡Ja! solo se me hizo un poco tarde-

-Es mejor que entremos- el rubio paso su mano por los revueltos cabellos naranjas de su novio, empezando a caminar.

El más bajo le siguió, contándole sobre la película que había visto la noche anterior, y él le miraba entretenido con los-a su parecer- adorables gestos que hacía.

Cuando llegaron al salón de clases de  Hinata se despidieron con un rápido beso.

.

.

.



La hora del almuerzo llegó volando y cuando se dio cuenta Tsukishima estaba esperándolo en la puerta de su salón. Él un poco sorprendido fue hacia el más alto.

Como Sol Y LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora