Four

133 27 4
                                    

Con su brazo escurriendo en sangre logró escapar del lugar sin más heridas de bala. Alois era potencialmente mucho mejor que él en aspectos de pelea con armas. Había dejado a Alois en medio de ese lugar. Le faltaba energía, se recargó en una pared para tomar aire.

— Algún día, volveré por ti, juro que yo no te haré sufrir como él lo hace. Yo tengo una promesa contigo.

Alois permanecía inconsciente en el centro del salón con su arma a un lado y sin heridas. Poco a poco abría sus ojos encontrándose con el lugar vacío a su alrededor.

Se sentó tallándose los ojos y preguntándose que había pasado. ¿Cómo se había quedado dormido en medio de ese lugar? No tenía idea de que había pasado antes. Se levantó para salir de ese lugar y buscar una explicación lógica.

Recuerdos vagos vinieron a su mente de una pelea con Claude. Salió del edificio tratando a toda costa de recordar lo sucedido antes. Frente a él apareció alguien ya muy bien conocido, su mejor amigo, Ciel. Trató de pasarlo de largo, pero Ciel lo detuvo.

— Tenemos que hablar, tienes suerte de que la policía aún no ha llegado, vámonos antes de que vengan.

Alois le hizo caso y subió al auto con él.

Los dos llegaron a la mansión de Sebastian, ahí fueron recibidos por los sirvientes. El rubio se sentía incómodo estando en una casa que no era de él. Se sentaron en la sala donde Ciel se le quedó observando un momento.

— ¿Dónde rayos andabas? Te estuve marcando muchas veces y nunca me contestaste. ¿Qué hacías en ese lugar lleno de gente muerta y con un arma? Quiero que me expliques todo sin sacar la vuelta.

Ciel realmente se preocupaba por él, era la persona que más cerca tenía y conocía, a la que además le tenía mucha confianza. Dejó la pistola a un lado y con sus manos cubrió su rostro en signo de frustración.

— Ya no sé qué hacer, ya no sé a dónde ir o que decir, simplemente esas pesadillas no se van y cada día he pensado en la solución de suicidarme para acabar con esta desgracia que me persigue— su voz se escuchaba quebradiza, señal de que estaba a punto de llorar—. No quiero acercarme a Claude porque tengo miedo de que por mi culpa él salga herido en esta pelea que tengo conmigo mismo.

Ciel suspiró, no sabía que la vida de su amigo fuera tan difícil, comprendía un poco por lo que estaba pasando, pero en el resto no sabía cómo ayudarlo. Se acercó a un lado del rubio y alejó la pistola lanzándola lejos, Alois lo miró estupefacto.

— Primero lo primero, necesitamos alejar esa cosa de tu vista. Sé que para ti esa arma es una forma de protegerte contra los demás, pero ahora, para pelear contigo mismo no la necesitas.

Alois miró con detenimiento como Ciel le alejaba la pistola. En efecto su amigo tenía mucha razón, esa arma la usaba como escudo para protegerse del mundo exterior, pero, ¿quién lo protegía del interior?

Ciel lo obligó a cerrar sus ojos y a respirar profundamente, le pidió que no pensara en nada y sólo se centrara en sentirse en calma. Así lo hizo, demoró un poco alejar los pensamientos de su cabeza, pero lo hizo. Se sintió en calma al no escuchar ni pensar nada que lo perturbara, se sentía en completa paz.

Ciel se mantuvo callado por ese largo periodo, su amigo necesitaba estar tranquilo y él lo sabía, dado que también había pasado por esos momentos.

En la mente de Alois, vagamente se percibían recuerdos que ya creía perdidos. Trataba de mantenerse relajado, pero a medida que se forzaba a hacerlo los recuerdos eran más insistentes en regresar.

"Lo quiere matar porque es el más cercano a Ciel"

"Él dijo que lo atacaría mientras estuviera en coma"

Lidhemious - Another storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora