Mi padre era espectacular. Usaba la belleza para describir todo aquello que le consumía hasta las entrañas,
porque no había nada más bello que el sonido de la destrucción de un corazón propio.
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Mi padre era espectacular. Usaba la belleza para describir todo aquello que le consumía hasta las entrañas,
porque no había nada más bello que el sonido de la destrucción de un corazón propio.