2 ♫ LA MÚSICA SIGUE EN MI PECHO

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Después de dos meses tu recuerdo ya no dolía tanto, me sentía relajado, tranquilo, tal vez estaba listo para volver y enfrentar lo que había dejado sin resolver.

Me tomaron por la espalda, para después posar esas cálidas manos a mis ojos.

-Buenos días Jimin, ¿Qué tal tu día?

Palpe sus manos, eran pequeñas y suaves como la misma seda.

-Larissa, te he estado esperando.

-¿Llevas mucho tiempo aquí?-, aparto sus manos de mi vista y me rodeo el cuello

-Solo lo necesario- le dirigí una sonrisa y tome de la mano, me enorgullecía poder tenerla, ya que ella me había salvado de cometer la peor tontería de todas.

La observe por un rato y empecé a darme cuenta de lo hermosa que era, mas sin en cambio, algo de ella me hacía pensar en ti, no sabía cómo reaccionar, el no saber si era amor o la falta de agallas me hacía rabiar.

-Sabes que no estoy de humor para esto Lass, mejor te veo mañana en el instituto, ¿ok?

-Pero lo prometiste, dijiste que formalmente hoy me presentarías como tu novia.

-No lo he olvidado, pero prefiero ser sincero contigo, al ver tu rostro me lleva a pensar en ella y eso duele un poco.

Por un momento pensé que Larissa se enojaría, pero muy al contrario, me rodeo con sus brazos y deposito un cálido beso sobre mis labios.

-Espero que ella de verdad regrese contigo, porque de no se asi...

Guardo silencio, las lágrimas corrían por sus mejillas, podía ver el dolor en sus ojos, no podía soportarlo, me atreví a preguntarle

- Si ella no regresara conmigo, ¿De qué serias capaz?

- Esta vez no te dejaría ir.

Su respuesta sonó lo suficientemente sincera, tome su cara con mis manos y le deposite un cálido beso.

-Adiós Lass, nos vemos luego.

Llegue a mi apartamento y encendí el televisor, -Demasiados infomerciales para la noche- pensé.

Me acurruque entre las sabanas, el frio era nefasto, trate de encender la calefacción, pero mis manos tropezaron con un sobre.

"Aunque tu sientas que soy invisible, estoy siguiéndote, tan de cerca que tu vida depende prácticamente de mi"

Esa nota en el sobre me desconcertó, lo peor de todo es que tenía fotos de mi contigo, fotos donde yo estaba desnudo y fotos de Larissa, por un momento pensé que era solo una broma de algún tipo celoso de mí, pero al sacar todo lo que había en el sobre me percate de algo, ahí había algo que me pertenecía y que hace trece años había perdido.

Mi celular comenzó a sonar, pensé que era Lass, conteste.

-Larissa, déjate de payasadas

Del otro lado de la línea nadie me contesto, empecé a entrar en pánico, respire hondo.

-Quien quiera que seas mas te vale que dejes tus estupideces de lado y contestes de una buena vez, ¿Qué haces con el teléfono de Larissa?

Solo escuche una carajada del otro lado de la línea, colgué, tal vez se habían confundido de llamada.

Me recosté en mi cama y perdí la noción del tiempo, sonó la alarma, eran las nueve, rayos me bañe y vestí de manera rápida tome mis cosas sin dejar de lado el sobre de la noche anterior, pero mi sorpresa fue más grande al ver que no estaba por ningún lado.

Corrí, me subí a la camioneta, encendí el motor y eche a andar mi vehículo, ya había avanzado lo suficiente cuando me percate que otro automóvil me seguía, distinguí la silueta de una mujer, estaba tan distraído que no me di cuenta del semáforo en rojo...


Entre él y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora