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Ya había pasado varios minutos del amanecer y de que emprendieron camino a la base.


—Deidara-senpai. —se detuvo a unos metros más enfrente. —¿no tiene prisa por llegar?


Como es típico del artista, lo ignoro y paso a su lado adelantándolo, Tobi solo lo miro pasar, se quedó pensando y después corrió a su lado.


—¿Ni siquiera está ansioso por llegar para jugar con su amigo, Senpai?


Deidara paro su andar, la sangre se le heló y Tobi, bajo su máscara tenía una sonrisa burlona, aun con su tono de voz infantil hablo.


—Yo estuviera ansioso Senpai, tener un amigo nuevo para jugar no se da todos los días.


¿Que dice el idiota, hmn? Pensó, no sabía si ignorarlo o no, apretó sus manos y decidió ignorarlo, retomo su andar a la base de Akatsuki, mientras que Tobi, no dejaba de lado la sonrisa burlona de su rostro, lo adelanto colocándose de enfrente de él, caminando de espaldas.


—¿Porque no me lo presenta? Así los tres podemos ser amigos.


El rubio tenía cierta paciencia, pero Tobi lograba acabar con ella en cuestión de segundos, pero esta vez no le daría el placer se verlo perder la paciencia. Aun caminando enfoco su vista en él y sin una pizca de molestia e irritación, le contesto.


—Es buena idea Tobi, en cuanto lleguemos se lo comentaré, hmn.


La sonrisa que tenía debajo de su máscara desapareció, quería desesperar al artista, pero al parecer fallo, sólo quedaba que cumpliera con su palabra.


-0-


Los pasillos eran oscuros y tétricos en pocas palabras, después de todo no podía esperar más del lugar en que se encontraba, era una de las tantas guaridas que tenía Akatsuki, no iba a ver decoraciones bonitas o focos de los techos con trabajo y había por ahí una antorcha alumbrando un poco.


Siguió avanzando hasta la salida de la guarida, en busca de su compañero azul, últimamente se comportaba raro y sabía que cierto rubio tenía la culpa, le molestaba que estuviera distraído en las misiones, a veces ni atención ponía, y eso molestaba al Uchiha, no sabía si tenían una relación más haya de amigos/compañeros, pero le molestaba solo un poco que en las pocas ocasiones que se acostaban, en la mente del de cabello azul, estuviera el artista en sus pensamientos.


Resoplo, andaba por el bosque, escucho algunos ruidos, se acercó al origen de estos y ahí lo miro, su compañero de misiones, recargado en un árbol, como esperando algo, lo dejo pasar y comenzó acercársele. Hoshigaki al percatarse de la presencia del Itachi se despegó del árbol para hablar.


—¿Una misión?


—Sí.


Kisame asintió, iba hablar de nueva cuenta cuando de reojo, miro movimiento, el rubio venía con el de mascara anaranjada, Itachi también voltio en dirección al de su compañero al ver su sonrisa, muy diferentes a otras que tenía, se mantuvo con su semblante imperturbable.


—¡Pero mire Deidara-senpai! —comentaba Tobi mientras se acercaban al otro par. —pero si son Itachi-san y Kisame-san. Qué casualidad.


Tanto Kisame e Itachi no entendieron eso último, Deidara apretó las manos. Tobi siguió hablando.


—¿No cumplirá con su palabra?


El artista le dio una última mirada a Kisame para seguir su camino a la base ignorando al de comportamiento de niño, este solo se hecho sus manos atrás de la nuca y paso entre medio de Kisame e Itachi, comentado.


—Hay pero que vamos hacer con Deidara-senpai.


El Uchiha no espero más e imito la acción de Tobi, comenzando a caminar, dejando unos pasos más atrás a su compañero mientras que este reaccionaba. Kisame no entendió la mirada del artista, sus ojos azules no tenían ese brillo, por puro impulso voltio hacia atrás, cuál fue su sorpresa que Deidara estaba parado sonriéndole ocasionando que sus ojos se cerraran por la acción, Kisame también sonrió, sin que se percatara a su mente llego un recuerdo.


—Kisame, Para ti ¿Qué es tu arte? Hmn.

Realmente no entendió la pregunta del artista ¿Qué es su arte?, según entendía, el arte era hacer figuras, objetos hermosos, eso entendía, pero recordó el arte de Sasori, el creaba marionetas con personas, ese era su arte, un arte que no a muchas personas les gustaría si oyeran hablar de él o el de Deidara, pero para ellos era arte, era algo que a ellos les gustaba, les apasionaba y emociona. Kisame lo entendió, no solo existe el arte de moldear, el arte de crear, también el de...

—Matar. —el rubio ladeo al cabeza, su mechón se movió un poco. —mi arte sería el de matar, es lo que me gusta, me emociona, lo que...

—Te apasiona. —completo Deidara, una sonrisa cerrada se plasmó en sus labios. —me agrada tu arte.


Regreso su mirada la frente, mostrando su sonrisa de tiburón.


-0-


—Deidara fue asesinado por Uchiha Sasuke.


Ya habían llegado a la base esa tarde, no podía decir que no se esperaba aquella noticia, siendo lo que eran, tarde o temprano iba suceder aquello. Una vez que Pain termino de comunicar un par de cosas más a todos los miembros de la organización, Kisame se dirigió a su habitación, en silencio, no se detuvo cuando paso por la puerta de Deidara, no tenía por qué hacerlo, ya nada lo iba a recibir ahí, abrió su puerta y entro, dejo a Samehada, recargada en una de las paredes, se quitó la túnica de Akatsuki aventándola por ahí, se sentó en la cama, procediendo a quitarse los brazeros que tenía, se recostó en la cama viendo el techo, de soslayo lo veía, ladeo la cabeza así su mueble que tenía aun lado de la cama. Un pequeño tiburón de arcilla descansaba en su mesita, se levantó, lo tomo entre sus manos, analizándolo, una sonrisa y una risa un poco apagada dejo escapar Kisame.


—Me alegro haber tenido un amigo como tú, Deidara.

| Los Uchihas Unen | KisaDei |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora