Semidioses y mortales

MI novio

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Pov Leo sexy Valdez

-¿Crees que esto funcionará? -me preunta Percy inseguro.

-No lo sé, pero es la única posibilidad que tenemos -contesto.

-Es peligroso -continua Jason.

-La vida de un semidios es peligrosa -le respondo.

-¿Y no deberíamos, ya sabeis, trazar un plan B? Annabeth siempre tiene un plan B -agrega el sirenito.

-Hagamos lo que hagamos tenemos que decidir rápido, ¡están a punto de entrar! -avisa Jason.

-El Superman rubio tiene razón. Además, el 99% de mis planes consisten en tener sólo uno y poner toda mi fe en que funcione -digo.

-Los míos también -coincide Percy-. Pero esto es muy importante. ¿Y si no funciona?

-Yo me imagino a Leo estallando en llamas y yendose a la mierda -comenta Jason riendose disimuladamente.

-Me siento ofendido por tu falta de fe en mí, pero sobre todo, porque lo que dices es muy cierto. Yo también me lo imagino.

Y los tres nos empezamos a reir. Seguramente pensareis: ¿Cómo podeis reíros en una situación tan seria? El secreto es que con Leo sexy Valdez nada es imposible.

Están aporreando la puerta. Van a entrar en cualquier momento.

-¿Estais listos, chicos?

-Nunca lo estoy, pero a los dioses no parece importarles -responde Percy lanzando una mala mirada al cielo que se ve desde la ventana.

Por fin consiguen abrir la puerta. Entran dispuestos a matarnos. Estamos a punto de poner en marcha nuestro plan y desatar el Hades cuando llaman al timbre.

-Ugh, ¿esperais a alguien? -pregunta molesto Jason poniendo en pausa el videojuego de la increíble consola anti-mounstros que he construido.

-Nah, pero sea quien sea nos ha cortado el rollo -protesta Percy haciendo un puchero.

-Quizas sean Frank, Hazel y Reyna -propongo.

-No creo -dice Jason-. Los he llamado hace poco por mensaje Iris y me han dicho que no venían hasta dentro de una hora.

-Abro yo -se ofrece Percy.

-Voy contigo. Quiero ver quién nos ha interrumpido en la parte más interesante -digo levantándome del sofá.

-Yo voy a ver que hacen los demás.

Caminamos hasta la puerta y Percy la abre. Yo observo desde a su lado, un poco más atrás.

-Eh... Hola. ¿Tú eres...? -pregunta Percy.

Oh, Mierda.

¡Coronis Morgan!

Se me había olvidado.

Y están todos en mi casa.

Y luego van a llegar más.