capitulo 14

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Hacía un día un esplendido, tengo ya el plan en mente, por lo obstinada que es seguro que no me dejara invitarla pero había que intentarlo, la observaba por el rabillo del ojo varias veces y  cuando ya veía que empezaba a aburrirse me acerque a ella, la cogí de la mano:

“Vamos te invito a algo” dije

“Hay no! No tengo dinero” <<Lo sabía>>

“Recuerda que he dicho que te invito, no que pagaras ni nada de eso” sonreí.

“Guárdate el dinero, es malo que gastes algo en mí, no querrás estropear esta figura“dijo señalándose su cuerpo. Quito mis pensamiento imposibles en este momento. <<Lo que haría con ese cuerpo si tuviera oportunidad>> BASTA.

“Que más te da, si es mi dinero, hago lo que quiero con él”

Antes de que pudiera seguir rechistándome tiré de ella hacia la heladería, digo que tiré porque ella hacía peso muerto ya que no quería moverse por lo que casi la arrastraba. Mi brazo ya estaba cansado y entumecido, a este paso se me dislocará o ha saber que, así que la cogí como un saco de patatas sobre mis hombros. Me gusta  escucharlo reír, pero los golpes que daba en la espalda a veces incluso dolía, ¡Qué fuerza tiene la jodida! Pero aun así no me gana, ni ganará jamás en fuerza. Espera, ¿Por qué me digo estas tonterías a mi mismo? Suspiro.

Llegamos, ya vine aquí un par de veces, los helados son buenísimos, la dependienta nos miraba graciosa, a saber que se estará imaginando.

“¿Que desean, enamorados?” dice la chica divertida por la situación.

“¿Enamorados? Ni lo sueñes” gritó Lins, lo cual rio la chica tras la barra.

“Eso no lo sabes mi niña, eso dije yo y mirame, casada y con un hijo” lo que dice me hace reír.

“ Eso, ya se verá, yo quiero una tarina mediana de chocolate y vainilla ¿Y  tú?”

“Nada”

“Hasta que no pidas no te suelto, tu verás”

“¿Y como te comerás el helado?” desafiándome.

“Te sorprendería la capacidad que tengo para hacer ambas cosas”

“Vale, vale “acepta de mala gana “una tarina pequeña de vainilla y kínder” dijo y la bajé.

“De esta te acuerdas” La verdad no sabía si asustarme de verdad o no, pero lo oculto.

“Sí, lo que quieras” río.

NARRA  LINS

Cuando nos cogimos los helados, nos sentamos en una de las mesas de la terraza, que se creerá esa dependienta. Empiezo a comer el heladito de las narices, pos la verdad esta bueno, pero no, no te engañes por el dulce, resiste. MENTIRA, no lo conseguí, ya solo me queda el final, pero al sentir la mirada de Marck me acuerdo de todo, resoplo.

“Esto es indignación contra mis derechos”

“¿Indignación contra tus derechos?” arquea una ceja “Es la primera vez que me dicen eso después de que invite a alguien” dijo llorando de la risa.

“Sí, ríete mientras puedas” y me vino la inspiración, empecé a juguetear con el helado, pobre lo que pasara ahora, bueno que se le va ha hacer, esperé un poco más hasta que se acabó el helado, con la cucharilla  cogí el ultimo pedazo y se lo esparcí por toda la cara. A este se le descompuso la cara, como si hubiera hecho un pecado capital. Empecé a reírme sin parar, que exageración.

“Lins” dijo cabreado, ¡Mierda! Parece cabreado de verdad, este va ha hacer algo. Paré en seco de reírme, me levanté y salí corriendo, confiaba en mis piernas, era deportista, pero no es que fuese muy resistente. Sentía como me perseguía, mi corazón latía a mil, por favor dime que no está muy cabreado.

Corrí aun más fuerte, pero era inevitable, ya estaba cansada, y él mucho más rápido que yo. Él me atrapó en cuestión de segundos  ¡Mierda! Me volvió a coger como a un saco. ¡Oh, oh! Me estaba llevando al mar.

“¡Oh, no!” dije leyendo sus intenciones.

¡Oh, sí!” dijo leyendo mi pensamiento, y sonriendo tenebrosamente.

“Suéltame” grité moviéndome como podía, me tenía bien sujeta el cabrón. Cuando casi lo consigo, este se da cuenta, me coge con más fuerza y empieza a correr para tirarme al agua. Pero en el acto le agarro fuerte por lo que se fue al agua conmigo, pero este se separa de mí a una distancia prudente.

“Marck, me cago en todo lo que se menea, ven aquí.”

“Crees que soy tonto”

Después le perseguí por el agua para golpearle o lo que se me pasara en la cabeza,  pero cuando fingía que me rendía,  este se me acerca y me inmoviliza.

“Te pille” dije con una sonrisa de victoriosa.

“Es verdad, pero en otro sentido”  su voz era ronca y su respiración un poco entrecortada.

“¿Qué?” no sabía a qué se refería, pero me di cuenta de lo que sus ojos observaba, se me transparentaba casi todo, se lucía bien mi sujetador, ¡negro tenía que ser! Cuando iba a reprocharle, me fije como se le pegaba la camiseta al cuerpo, ¡Madre de Dios! Y yo he dormido con eso. Me rio de mi propio pensamiento pero no mucho tiempo.

Marck pega sus labios a los míos, Dios que suaves, y para como mojados. Le correspondo el beso, esta vez es suave, sin sobrepasarse, con sus brazos me abraza estrechándome contra él, yo paso mis manos a su cuello y enredándolo entre sus morenos pelos. Se separa un poco y me mira, una mirada penetrante, me encanta. Continuamos el beso, esta vez un poco más apasionado, lo que me sorprendió es como jugaba con mi lengua, por lo que sonreía, y él también al ver mi reacción.

“Me encantas” dicho eso se quita la camiseta, tampoco es que tenga ahí una tableta y unos músculos asquerosos, es normal. Perfecto, me pone su camiseta por encima de la mía “Se que esta mojada pero así no se te ve nada” no respondo, solo le miro, dándome cuenta de mi comportamiento, levanto la vista a sus ojos y él me sonría pícaramente “Te gustan las vistas ¿verdad?” me quedo muda y sonrojada.

Me acaricia la mejilla, me da un pico en los labios y se agacha espaldas a mí “Súbete” me dice, y yo como una niña chica me subo, salimos del mar y nos adentramos hacia dentro, todos nos miraban pero nos daba igual, seguíamos sonriendo y hablando y gritando tonterías.

Todo iba tan bien hasta que mis peores temores me dieron la visión de un espectro, aunque estaba vivo en algún lugar del mundo, desearía que no apareciera en la vida.

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