capitulo 15

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NARRA LINS:

Ya estábamos cerca de mi casa, me llevaba a cuestas hasta mi casa, como podría llebar a una gorda obesa mórbida como yo en la espalda toda esta distancia, y no suda ni una gota el tío.

“Me pica la nariz, ¿me rascas?” me dice cuando estaba un poco distraída en mis pensamientos. Asentí pero no me vio “¡Date prisa!” reaccioné.

“Si, si, dime más o menos en que parte” digo extendiendo la mano empezando a rascarle, como podía para no caerme.

“Tan cerca del ojo no” me reí, que doloroso sería si le rascase el ojo. “Ya gracias”

“Por cierto para lo de mañana que hacemos, y otra cosa, ¿tienes mi número?”

“No, no recuerdo habértelo pedido”

“Espera, ¿enserio?” digo sorprendida y riéndome al mismo tiempo.

“¿El qué?”

“Es decir, nos besamos, casi me acuesto contigo en tu cocina, pero no damos el primer paso normal, intercambiar números de teléfono, tienes que reconocer que es raro”

“¡¿Que dices?!” dijo en tono sarcástico “Aunque también no nos hemos separado”.

“Tienes razón” dice y me hace gesto para que baje de su espalda “Ya hemos llegado”

Suspire aun no quería irme, pero que se le va ha hacer, me giro y no están las luces encendidas, eso es que aun no han llegado. Me volví a Marck para despedirme, le di un ligero beso en los labios y me iba a girar para entra a casa, pero él me cogió del brazo a lo que acabe estrellando contra su percho desnudo. Se me olvidó por completo que no tenía su camiseta. Cuando iba a decirle algo planto sus labios contra los míos y empezó a moverlos a su compás, cosa a lo que me vicié en poco tiempo. No tarde en corresponderle, le di paso rápidamente a que introdujera su lengua, pero antes de que esto pudiera ir a más y muriese por ahogo…

“¿Quieres que te preste una camiseta o algo? Tengo de tu talla” dije con la voz entrecortada por falta de aire.

“Claro” me responde plantándome un morreo y siguiéndome a mi cuarto, le tendí una de mis camisetas, y no le di pantalones porque ya se le secaron, y aproveche a cambiarme cuando fue al baño, me puse mi pijama, cogí mi ropa interior seca, poniéndomela, y me puse el pantalón.” Me podía acostumbrar a verte así” dijo nada mas entrando. Me recorrió con la mirada cada centímetro de mi cuerpo, cada segundo que pasaba mi ritmo cardiaco aumentaba cien pulsaciones.<<Dios que ojos>>

 Se acercó como una bestia levantándome pegándome contra la pared, claro sin hacerme daño, solo para que pudiéramos estar a la misma altura, y me empezó a besarme profundamente. Me agarré con mis piernas en su cintura y él con las manos libres me recorría el cuerpo, dejo mis labios para besar mi cuello “Que piel más suave tienes” me susurra cerca de la oreja, pero como siempre para en esta ocasión, suena el teléfono. Él lo ignoró, se para <<Gracias a Dios>>, pero vuelve a sonar, Marck ya parecía cabreado y lo coge de mala gana, dice “Esta bien ahora voy” y cuelga.

“Lo siento, es tu primo, luego te llamo desde su teléfono para lo de mañana” me da un beso y sale escopetado.

No he podido ni decirle adiós, me puse la camiseta y miré mis mensajes, había de mis amigo diciendo que cuando volvería, una amiga  que está en Miami intentando darme envidia, otros de bromas, y un de mi madre diciéndome de que llegará un poco tarde, que habían tenido una pequeñita avería. Me tiro en la cama, pero un ruido del piso de abajo me desconcierta.

“Bueno no será nada” me murmuro a mí misma.

Pero al rato lo vuelvo a escuchar, ¡Mierda! Esto me está cagando viva. Solo estas tú sola en tla casa, no puede ser ningún fantasma ni nada de eso, yo misma me convencía. Ya cansada del mal rollo saco mi valentía para bajar abajo. Pero claro sin que falte algo para que pueda defenderme, un palo, genial, después de todo soy una mujer, no podría enfrentarme a ningún violados con mis uñas, seamos realistas.

¿Por qué siempre tiene que estar todo escuro?, caminaba al interruptor de la luz, oí algo a mi derecha, seguro que había alguien, al menos enciendo la luz para quedarme con su cara y que se pudra en el infierno, digo, la cárcel.

La enciendo y le vi, mi estómago se contrajo, porque entre todas las personas y violadores que hay en todo el mundo, tiene que estar el que mas putadas me ha hecho. A la persona que más odio.

“Cuanto sin verte, Lins” dice el sarcástico y en tono amenazante. “Parecía que te divertías bastante”

“¿Cómo has entrado?” tartamudeé, después de todo lo sabía, no lo puedo enfrentar, no lo pude olvidar. Mis manos temblaban, más de lo que me gustaba.

“Que pena que no lo recuerdes, nena, soy ladrón” dijo sonriendo, y se fue acercando, las manos me temblaban aun más que antes, ¡Mierda y más mierda! Mis manos soltaron el palo y solo se oía el palo golpeando contra el suelo. “Hoy no podemos hablar más pero ya vendré” dijo me dio un beso en la mejilla sonoro y lágrimas empezaron a emerger en mis ojos. “Si que te has vuelto llorona” ríe “Nos vemos” y empezó a caminar para salir por la puerta. Me gire ya llorando.

“¿Pero por qué? ¿Por qué lo mataste?” grité pero él paso y se fue, lo último que oí fueron los sonidos del motor de su moto. 

ArceiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora