내게 (to me); Kim YuGyeom

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Un montón de besos frenéticos se estampan con rudeza en mi piel, es como si el fuego consumiera cada centímetro por donde pasan esos labios. Mi cabeza da muchísimas vueltas, solo puedo oír el fuerte sonido que emiten los parlantes, siento como la música retumba por todo el lugar, las luces dejan a mis ojos ciegos por su increíble magnitud e intensidad.

Mi objetivo está noche era perderme, desaparecer un rato, escapar por un momento de las responsabilidades, huir de la tediosa rutina, pero no tengo idea cuando el pequeño vaso de alcohol hizo efecto y perdí el control.

Oigo unos gemidos a lo lejos y con dificultad abro mis ojos y me topo con chico como de mi edad, tiene su cuerpo aprisionado con el mío. Se siente bien, pero no puedo hacer esto, él no merece esto. Intento alejarlo pero mis brazos no tienen fuerza.

-¡YuGyeom!, ¿¡qué rayos crees que haces!?

La voz me parece muy conocida, pero no recuerdo a quien pertenece. En un intento abro mis ojos y veo la silueta delgada de Kunpimook. Estaré en graves problemas.

-¡Eh, ya basta chico!- me quita de encima al otro tipo y toma mi mano, nos alejamos de la muchedumbre y logró respirar nuevamente, el aire es tan frío ahora. -Prometiste que no lo volverías a hacer... me mentiste otra vez YuGyeom.

Quiero disculparme pero las palabras no salen de mi boca, simplemente camino hasta el auto y espero que suba. Poco después entra al automóvil y solo escucho el fuerte rugido del motor antes de volver a caer inconsciente en el asiento de copiloto.

Los rayos del sol dan justo en mi rostro haciendo que mi cabeza duela el doble. Pero ahí estas, con un gran vaso de agua y un par de pastillas para la resaca.

-BamBam... siento mucho lo de ayer, te prometo que no volverá a ocurrir, tan solo dame una oportunidad más.- intento tomar sus manos y las quita antes de que pueda sostenerlas. -¿Qué sucede amor? ¿estás molesto?- niega varias veces y solo me observa, no veo la decepción o el rencor en sus ojos y me duele saber que no le importa.
-Debes apresurarte, vamos tarde a clases.

Sin más comienzo a correr en busca de mi ropa y voy veloz a la ducha. La resaca se siente mejor cuando ya estoy limpio y desayunado.

Las clases son tan aburridas como siempre. Una vez fuera de la universidad caminamos sin rumbo con YoungJae, quien me reprocha duramente por la estupidez de anoche.

-YoungJae, BamBam sabe que no soy bueno tolerando el alcohol, solo fue un estúpido error. Él me engaña también, ¿lo sabías?- no dice nada, solo me mira, seguramente me analiza.
-Estas dolido y eres un completo idiota, por eso te comportas así... además no tienes pruebas. Habla con Kunpimook, tal vez sea un malentendido... no creo que sea así.
-Claro, siempre soy el villano. Mira tu príncipe azul ha llegado.- me burlo de mi sonrojado amigo. -Para la próxima podría venir en un caballo blanco, le daría el toque perfecto.
-No me molestes YuGyeom.- golpea mi brazo de forma juguetona y se va con su novio.

Comienzo a caminar y siento como unos delgados brazos me rodean la cintura, se que es él. Me pregunta por YoungJae y solo tiendo a revelar el nombre de chico con el que se fue, se que es secreto de YoungJae pero ya qué. Le pregunto si irá a casa y me da una vaga excusa. Nuevamente irá a verlo a él, estoy seguro.

Lo sigo, se que está mal no confiar en tu novio, pero tan solo desearía que fuese honesto. Camino un poco y mis sospechas son confirmadas cuando veo como se va con él.

Me detengo un momento y solo viene a mi mente las miradas que se daban, solo con verlos un segundo se puede saber que se aman con la intensidad de mil soles; estoy sobrando.

Es pasado medianoche y aún no regresas a casa, hace varias horas que deberías haber llegado, pero ya me acostumbré, más de un mes que inventas tontas excusas y prometes cosas que no cumples, ahora ya sé la verdad, sé que estas con él y está bien.

El sonido del pestillo me hace volver en sí. Entras en nuestro hogar como si fueras un ladrón, con tal sigilo que me asombra, jamás pensé que podías ser tan silencioso.

Te observo y nuestras miradas se cruzan, llevas tus manos al pecho asustado, y como no estarlo si te he pillado in fraganti.

-¡Que susto, no hagas eso Browny!- dices dramatizando el susto que te he dado, en otra ocasión me habría resultado de lo más divertido, pero hoy no. -¿Qué haces despierto bebé?
-Te estaba esperando, llegas tarde... ¿dónde estabas BamBam?- abres tu boca para cerrarla inmediatamente, te ves tan nervioso.
-Fui por ahí... tenía algo pendiente.
-Ya veo, ¿cómo está Jackson?- tu rostro se ve contrariado, pero tu postura es firme. -Tranquilo, no estoy enojado. No podría molestarme, hice lo mismo hace unas horas, ebrio, pero lo hice.
-No es lo que crees, Jackson es solo un buen amigo. Tú sabes que te quiero, ¿verdad?
-BamBam, ¿crees que soy estúpido?- odio las mentiras. Mi voz se quiebra, ¿por qué no eres sincero? -Te vi... tu mirada se ilumina con él, siempre fue así. Creo que lo nuestro no funciona, tal vez jamás funcionó.
-No es así, tú sabes que te quiero. Eres uno de mis mejores amigos y pese a todo eres un buen novio, por favor no pienses que hago esto en venganza por lo de la otra noche, se que no quieres hacerme daño.
-Lo sé, y como no quiero dañarte... nuestra historia debe llagar a su fin, solo mantengamos los buenos momentos, quiero que seas feliz, y con Jackson lo eres.- me das un montón de besos en el rostro y me abrazas con fuerza. -Mañana me iré. Ven, vamos a dormir.

Sé que amas a otra persona y solo buscas protegerme de tus sentimientos, sé que tú corazón no me pertenece, pero sinceramente no quería rendirme contigo, aunque tal vez ni yo sé que sentimientos tengo por ti, te quiero pero no sé si alguna vez te llegue a amar.

Creo que solo estamos juntos por costumbre y lo sabes, pero es tan difícil alejarse una vez que se vuelve una rutina.

Es hora de dejarte ir.

Me levanto muy temprano y emprendo rumbo a mi antiguo departamento, seguramente mi compañero de piso ya ni me recuerda.

-YuGyeom, ¿qué te pasó?, ¿quieres un té?
-Gracias Kookie, eres muy dulce.- y unas mejillas arreboladas hacen una tierna aparición.

7 for 7Donde viven las historias. Descúbrelo ahora