Me hallé caminando en un sendero bordeado de altísimos árboles floreados, la luna se encontraba en su posición más alta y parecía bailar en el cielo colmado de brillantes estrellas lo que daba luz suficiente para caminar sin dificultad, el clima era extrañamente cálido.

Seguí por el camino con pasos lentos observando todo a mí alrededor, todo era hermoso, estaba absorta, me sentía en paz, hasta que un fuerte dolor me atravesó como un rayo, este me hizo caer de rodillas llevando mis manos al pecho pues era el epicentro de aquel dolor que me dejó sin aliento, mi respiración y mis latidos se desbocaron, mi cabeza daba vueltas, el dolor iba en aumento, creo que estuve a punto de desmayarme; y de pronto vinieron a mi mente como piezas de un enorme rompecabezas destellos de lo que había pasado –¡Zachary! Exclamé, e inmediatamente el dolor cesó dejándome aturdida.

La habitación de Zachariah estaba llena de hermanos silenciosos cuando amaneció, rodeaban el lecho en que reposaban inertes los chicos desde la noche anterior.

–Elías, el viaje que emprendió la joven Blackthorn es muy peligroso. Hablaba claramente la voz del Hermano Enoch, El hombre suspiró.

-Ella está consciente de ello. Dijo Elías, sin añadir más comenzó a pasearse nervioso por la habitación, una nueva voz habló.

–Nosotros vigilaremos el proceso, si ella es tan poderosa como creemos podrá lograrlo, y es mejor que se retire Sr Branwell, no podemos perder tiempo. El hombre asintió y salió de la habitación. El hermano Enoch se unió a los otros, la runa en el pecho de la joven de pronto comenzó a titilar y luego se detuvo, ahora brillando tenuemente, tomó una estela y grabó sobre la piel de la chica las primeras runas que iba a necesitar pues el proceso acaba de iniciar.

Cuando pude levantarme el panorama había cambiado,

estaba rodeada de una densa niebla, no veía nada que estuviera a dos pasos de distancia de mí, el silencio que reinaba en aquel lugar me permitía oír con claridad el desbocado latir de mi corazón, de pronto oí la voz de Zachary llamarme, pidiéndome ayuda, la runa en mi pecho comenzó a brillar sentía que se aproximaba, pero no tenía idea de qué, ni mucho menos como enfrentarlo; de pronto el suelo comenzó a temblar y a grietarse justo bajo mis pies, solo pude gritar el nombre del chico mientras caía al vacío.

tí(_

Un Morgenstern  y Una BlackthornWhere stories live. Discover now