Mi mente había sido llenada de recuerdos de una vida que no sabía que había perdido, todo era real. Yo había sido una diosa superior a toda cosa creada, pero aquella vida me parecía tan vacía, yo quise en la tierra, y aunque el precio de eso era alto, lo hice, algo me llevó a apresurar la decisión de entregar mi inmortalidad.
-¡Hermano! Exclamé horrorizada ¿Qué demonio ha pervertido tu alma para que me pidas semejante aberración?
-¡Solo te he pedido que me ames Artemisa! ¿Qué hay de pervertido en el amor? Contestó, y vi que estaba conteniéndose con dificultad.
-Me has pedido más que eso, me pides algo prohibido Apolo, y que es además un vínculo que yo no deseo contigo. Un temor crecía en mi interior, casi en la misma proporción en la que amaba a mi mellizo.
-¡Eres una sucia traidora Artemisa! ¿A quién has entregado tu corazón? A estas alturas, mi amado hermano me gritaba y estremecía pues me había tomado por los hombros.
-¡Suéltame Apolo! Grité, y zafándome de su agarre corrí...
Me sentía aturdida, me palpitaban las sienes, tenía a mi hermano frente a mí, y él tan calmadamente dijo que la única solución era matarlo, ¿Matarlo? ¿Se había vuelto loco? sentía su mirada sobre mí, era casi como si pudiera tocarme.
-¿Dónde está él? Apolo, Quiero verle. Su mirada se tornó oscura, el odio era tan palpable que me estremecí.
-¿No confías en mí Queridita? Susurró mientras se me acercaba, llevé mi mano a uno de los cuchillos serafín en mi cinto, aparentemente él no había notado que lo traía, porque se detuvo en seco.
-parece que no, pero te equivocas. Dijo con tono amargo, chasqueó los dedos y de pronto unos guardias aparecieron en el salón, traían arrastras a Zachariah atado, sangrando en un corte en que tenía en la boca, todo amoratado y con semblante pálido; parecía que llevaba días siendo golpeado, sin comer y sin dormir, Esa visión de él me dolió sobremanera. Lo tiraron ante mi hermano, y no levantó el rostro, aquella actitud me resultó ajena en él, mi corazón dolía, dije su nombre sin pronunciar palabras, y él levantó el rostro. Pareció haberme oído, pero estaba cegado, Apolo le asestó un golpe que lo hizo sangrar más.
-¡Ya Basta Apolo! Le grité a mi hermano y este se volvió hacia mí, con su típico caminar altanero, y me sujetó el rostro.
-No te afanes tanto en gritar, pues él no va a oírte, es muy fácil trazar runas cuando eres un dios. Dijo encogiéndose de hombros -El asunto querida mía, es que tienes la opción de Quedarte a mi lado y así él será libre sin derramamientos de sangre, si no aceptas tendrás que luchar tanto por su libertad, como por la tuya, cómo ya te dije debes matarme para ganar; decide tú. Sonrío con autosuficiencia como si fuera obvia mi respuesta, y sí, yo estaba dispuesta a dar mi vida por Zachary eso estaba claramente grabado en mi frente y era más obvio aun, que no me atrevería a hacerle daño a mi propio hermano, cuando iba a contestar oí la voz de Zachariah, sin saber exactamente cómo:
–Adele, ¡Por el ángel! lucha por tú libertad, yo seré tu apoyo, como lo he sido siempre. A pesar de la situación, de la desesperación, hallé paz en la voz del chico. -Oh Zachariah, así será siempre... fue lo único que respondí.
Miré directamente a los ojos de mi hermano y le sonreí – ¿Preparado para pelear Hermanito? Mi respuesta pareció desconcertarle, y resultó más herido y más lleno de odio que antes, pero no titubeó en su respuesta –Siempre estoy preparado querida y por lo que veo tú también lo estás...
Habían pasado ya tres días, ahora solo el hermano Enoch permanecía en la habitación junto a los dos chicos y el director del instituto Elías Branwell. El joven estuvo frio como la muerte, marcas como de golpes seguían apareciendo en su piel, cuando la chica comenzó a temblar y sollozar a causa de una fiebre altísima que la afectaba, la temperatura de él mejoró cuando ella entró en ese estado, era muy probable que estuvieran cerca el uno de la otra pues la runa que tenían en el pecho comenzó a brillar con intensidad casi cegadora. Las runas usadas en ella para tratar la fiebre no funcionaban, solo quedaba esperar que todo se solucionara pronto, pues los cuerpos de los chicos no resistirían más.
YOU ARE READING
Un Morgenstern y Una Blackthorn
Fanfictionun fanfic sobre el increible universo Shadowhunter Sobre un amor entre Sarah Adele Blackthorn y Axel Zachariah Morgenstern