IT | terminada

𝚌𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝚘𝚌𝚑𝚘

! STORY-WRITER ¡

TODO EL GRUPO DE LOS PERDEDORES, incluyendo a los niños estaban en garaje de la casa, ya se les había dicho la verdad y contado el plan que tenían. Al inicio los pequeños se negaron pero la pequeña Sylvia, los animo con aquella frase que jamás ninguno olvidaría, "Estamos ya juntos en esto, ahora ya no hay vuelta atrás, pelearemos en esto, juntos, todos"

En cambio Richie y Loren, estaban en un pequeño negocio, donde se les entregarían las siete foto del pequeña niña. Si, Loren ya tenia tres meses, y no solo eso también que era una pequeña niña, Richie paso en todo el chequeo llorando de una manera impresionante, pero lo que mas le hizo cómodo a ambos fue que en el trayecto hasta el hospital nunca soltaron sus manos.

—Es muy lindo, ¿es su hijo? —Pregunto el anciano mientras le entrega una pequeña bolsita con las fotografías del ultrasonido, Richie sonrió y asintió mientras colocaba uno de sus brazos detrás de los hombros de la castaña.

—Bueno, si y no, es difícil de explicar, gracias por las fotos! —Hablo Richie mientras arrastraba a la chica fuera del local. Loren se detuvo haciendo que el castaño se volteara a verla.

—Hey! Le mentiste al hombre —Hablo la chica indignada, caminaron vuelta a casa mientras ella intentaba sacarle la palabra a Richie.

—¡No le mentí! La niña ya es como mi hija, bueno técnicamente de todos, estamos apoyándote en el embarazo Loren! —Hablo Richie mientras tomaba la mano de la chica pero esta se separó un poco, no por el sino porque estaban pasando por la calle Neibolt, aquella casa seguía allí, Loren paro frente a la casa y su respiración se volvió un poco agitada, una de sus manos rápidamente toco su estómago.

—¿Estas bien? —Hablo Richie mientras se posicionaba a su lado, la puerta se abrió lentamente, y de la obscuridad de la casa salió un pequeño carrito de bebé, el cual goteaba en sangre, ella tapó su boca y una lágrima cayó por su rostro. Era aquello a lo que ella le temía, temía perder a su bebe, quizás dentro o fuera de ella.

—Vamos Loren, vamos a casa —Hablo Richie mientras la arrastraba fuera de Neibolt.

Tardaron unos minutos en llegar a casa y el llanto de la mujer no cesaba, Eddie al ver a su esposa, y en el estado en que venia corrió hacia ella y la abrazo, ella cayo lentamente al suelo mientras lloraba, el solamente preguntaba el porque de su llanto, miro a Richie pero este simplemente cerro sus ojos y suspiro pesadamente.

—Eso apareció, ha-había un-un coche..Eddie quiere matar a nuestro bebe!—Habló con dificultad, Beverly se acerco y la abrazo al igual que el resto del grupo, eso seguro no pararía de atormentarla y no tendría piedad, eso lo estaba demostrando, lo demostraba dañando mentalmente a Loren.

El grupo de los pequeños que se encontraban en casa se miraron y asintieron. Salieron silenciosamente y a escondidas hasta fuera del garaje para dirigirse hasta sus bicicletas, pero Owen se detuvo de golpe, el chico con madera de líder.

—A-Alguien a vi-visto a eso? —Pregunto apretando el mango de su bicicleta, todos levantaron la mano, sin excepciones.

—Le tengo miedo a los insectos, hace unos días estaba tomando una ducha y...bueno creo que se puede deducir no?-Hablo el pequeño Itory, Nina asintió y miro a Owen.

—Mi-mi p-papa me ab-abandono cuando e-era pequeño, lu-luego me-meses después no-nos avisan que mu-murió, ayer se me ap-apareció, en el armario, intento to-tomarme el pie, fu-fue horrendo —Murmuro Owen recordando lo ocurrido la noche anterior, Sylvia le acaricio la mano y suspiro.

—Debemos solucionar esto nosotros, no solo intenta molestarnos a nosotros sino también a ellos, ya vieron a la señora Kaspbrak, esta embarazada! Debemos matar al hijo de puta! —Chillo Dereck, Todos lo miraron con la boca abierta pero aun así le dieron la razón.

—Ya sabemos donde esta nos lo han dicho, debemos ir Neilbolt chicos, debemos demostrarle a eso quienes somos y...quienes diablos somos? —Hablo Ozzy mientras miraba a sus amigos, sin duda conocer a los adultos le sentó muy bien a cada uno, ya que o eran fracasados o no tenían amigos o eran unos simples fenómenos para la sociedad, pero ya no más, eran amigos, eran familia ahora.

—El club de los perdedores! —Gritaron todos al mismo tiempo, entre pequeños cruces de palabras conducieron hacia Neilbolt Street, donde vivía eso. Donde prácticamente querían derrotarlo, donde esperaban hacerlo.