Llegué a clase y miré por todos los lados buscando a María y Sara, las dos únicas amigas de verdad que tenía en Madrid, pero no las encontré. Genial, hoy tendría que sentarme sola.
Y es que aunque hacía ya 8 años que me mudé de Bradford no me había integrado muy bien, y además no me había dado tiempo casi a relacionarme con gente de clase, porque la universidad había empezado hacía apenas un mes. Me costaba bastante hacer amigos. Quizás era por mi fuerte carácter, o quizás no, no lo sé, pero me costaba mucho. Bueno, y con los chicos ya no hablemos. En toda mi vida solo me había gustado de verdad un chico, y ese chico se quedó en Inglaterra. Siempre fuimos muy amigos, pero creo que en realidad nos gustábamos mutuamente. Nunca hablamos de eso. Hace ya 8 años que no lo veía, ni sabía nada de él. Prometimos seguir en contacto, pero cuando yo me fui de allí tenía solo 10 años, y a esa edad es muy difícil mantener una amistad a distancia, aunque a decir verdad yo nunca he dejado de pensar en él.
Bueno, después de buscar, de nuevo sin suerte, a mis amigas entré en clase y me senté sola en tercera fila, quería enterarme bien de lo que decía la profe. De repente alguien se sentó a mi lado. Me giro y le veo a él, el chico del autobús. ¿En serio ese chico iba a mi clase? ¿Cómo es posible que nunca le hubiera visto?
- Hola - me dice.
- Hola - le contesto mientras noto como mi cara empieza a ponerse roja - no sabía que venías a esta clase.
- Es que justo hoy me he cambiado de carrera, la otra no me convencía mucho y decidí probar esta.
- Ahh... - no sabía qué decirle, era tan guapo que me había quedado embobada.
- ¿Cómo te llamas? - me preguntó.
- Mía, ¿ - antes de que pudiera preguntarle el suyo me cortó.
- Bonito nombre, aunque no es muy común aquí, ¿no? - dijo con una sonrisa.
- Es que en realidad no soy de aquí. Soy de Bradford, en Inglaterra.
- ¿De Inglaterra? - dijo sorprendido - ¿Y cómo es que estás aquí y hablas tan bien español?
- Es que mi padre es español y lo trasladaron aquí hace 8 años...
- Debió ser duro para ti dejar tu casa, tus amigos...
En ese momento mi cabeza se fue a él, el chico del que había estado tanto tiempo enamorada, le eché de menos, y creo que se notó en mi cara.
- Bueno sí, además era pequeña, no entendía porqué nos teníamos que ir.
- Bueno, supongo que no tengas muchas ganas de hablar de esto, y menos con un desconocido.
- No, está bien, no pasa nada.
- Por cierto, soy David - me sonrió.
- Ah, se me olvidaba, gracias por lo del bus - soltó una breve carcajada.
- No hay de qué, hombre. Otro día ya harás tu algo por mí - me guiñó un ojo.
De repente se abrió la puerta y apareció Henar, la profe de derecho. David y yo nos callamos y atendimos durante toda la clase, yo ya le había advertido que Henar no te dejaba casi ni hacer ruido con los folios... Después de las dos horas de sufriemiento, por fin se acabó la clase. Era ya la una y media. Hora de volver a casa. Como hacía bueno decidí ir andando.
- ¿Vas a volver andando? - me dice una voz al oído. Me giré sonriendo.
- Si, hace muy bueno - respondí.
- Si quieres te acompaño.
- Por supuesto, así no me aburro.
Al cabo de media hora David y yo llegamos a mi casa.
- Aquí es - dije.
- Ya lo sé - dijo divertido - te vi salir esta mañana.
- JAJAJAJA, es verdad - nos quedamos unos segundos en silencio, bastante incómodo por cierto - bueno, pues yo entro. Mañana nos vemos.
- ¿No me vas a dar tu número de teléfono? Igual me surgen dudas mientras hago la práctica de derecho, y a ver a quién llamo, que solo te conozco a ti - dijo con una sonrisa picarona. La verdad es que era de estos chicos que sabían camelar.
- Pues no sé, igual prefiero que me llames para otra cosa.
¡DIOS! ¿Qué acababa de decir? Osea, cómo se la tire. Yo nunca había hecho eso. Me emepecé a reír por dentro.
- Uy, qué lanzada vas tu, eh...
- Ya ves - me reí - Bueno, déjame el móvil, que te lo apunto.
Cogí su móvil, un iPhone, de los primeros que veía. Apunté mi número poniendo de nombre "Mía la diva".
- Con que diva, eh - dijo riéndose.
- Yesss
Nos despedimos con dos besos y un hasta mañana. David era muy guapo y bastante gracioso, ¿me estaba empezando a gustar de verdad?
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Living again.
FanfictionHacía ya 8 años que Mía se había trasladado de Inglaterra a Madrid. Su vida era normal hasta que un día descubrió algo que se la cambió para siempre. Su mejor amigo de la infancia, al que llevaba esos 8 años sin ver, ya no era un chico más de su ciu...