Cuando leí el mensaje de David se me aceleró el corazón. ¿Qué si iba a su casa? ¡Pero si acabábamos de conocernos! Entré en un dilema interno. Por una parte sí quería ir, el chico era muy mono, además así intimaba más con alguien de clase que no fueran Sara y María, pero por otra parte tenía un poco de miedo. ¿Qué pasaría si llegaba a su casa y en vez de estar él solo había otros 3 o 4 chicos más y me hacían algo? Quita, quita.
"Me encantaría, pero no puedo"
Contesté finalmente.
"¿Por qué? :("
"Es que tengo que ayudar a mi madre a hacer unas compras"
Mentira.
"¿Me vas a dejar solo esta tarde?"
"Jo, lo siento. Otro día quedamos :)"
"Está bien"
Puufff... Se me daba bastante mal mentir y encima no me gustaba, así que lo pasé un poco mal mientras le escribía.
No me gustaban los chicos que iban a saco, pero este me llamaba la atención. No era la primera vez que veía a un chico guapo, ni mucho menos, pero si era la primera vez que un chico guapo se interesaba por mí. Quizá era eso lo que me enganchaba tanto a él.
No le di más vueltas al tema y me puse de una maldita vez con la práctica. Al terminarla bajé a la cocina a merendar algo, tenía bastante hambre. Mientras comía un croissant se acercó mi madre y me propuso que fuésemos a dar una vuelta, y que si me portaba bien me compraba algo. No pude decirla que no. Además, así parecía que a David le había dicho la verdad.
Llegamos a casa a las 22.30 cargadas de bolsas de distintas tiendas, Stradivarious, Zara, Intimissimi, Sephora… También me compró unas Nike de correr super bonitas que llevaba pidiendo mucho tiempo, porque las que tenía estaban rotas por todas partes y hacía casi un mes que no hacía nada de deporte, y eso para mí era un eternidad, ya que me encantaba. Hasta el año pasado había estado jugando a baloncesto, pero al entrar en la uni y eso, pues lo dejé, y lo echaba mucho de menos, por eso a menudo bajaba a la cancha que había cerca de mi casa a tirar unos tiros o algo. A veces también iba con Aly a jugar a tenis, y eso era una verdadera guerra. A las dos se nos daba genial, ya que en Inglaterra estuvimos apuntadas a una de las mejores escuelas de tenis del país, y estaba claro que ambas queríamos ganar. Nos lo tomábamos bastante en serio.
Bueno, entramos en casa y vimos que mi padre estaba en el salón viendo la tele.
- Corre, sube a la habitación y guarda todo, que no lo vea tu padre, porque nos mata – dijo mi madre seria pero a la vez divertida.
- Si, como siempre – respondí riéndome.
A mi padre no le gustaba que comprásemos tanto de una vez, así que fui a la habitación, metí las bolsas en el armario, y me puse el pijama. Como mi madre y yo habíamos tomado algo después de las compras no tenía hambre. Yo me había comido un sándwich vegetal con patatas fritas, así que no bajé a cenar. Me tiré en la cama y cogí el portátil para ver una peli. Mientras buscaba una me sonó el móvil.
"¿Qué tal el día de compras?"
Era David. ¿Por qué me hablaba ahora? No me molestaba, al contrario, pero me extrañaba. Como dije antes, nunca un chico se había "preocupado" tanto por mí.
"Bien. Algo cansada, pero bien."
"Me alegro :) Te recuerdo que tenemos una cita pendiente."
"Si, cierto, No se me olvida."
"Pues había pensado que podía ser mañana. ¿Te apetece que comamos juntos después de clase?"
¿Mañana? Si no me había fiado de él hoy, ¿por qué lo iba a hacer mañana? Aunque bueno, solo era una comida.
"Vale, perfecto."
"¡Genial! Mañana nos vemos entonces :) Un beso preciosa."
Preciosa. Siempre había odiado que dijeran eso, pero que él me lo dijera no me molestaba, es más, me gustaba. ¿Qué me estaba pasando con este chico? Si apenas le conocía y ya me estaba gustando mucho. Quizá era porque era totalmente mi prototipo de chico. Alto, moreno de piel y de pelo, con los ojos azules y con esa barbita de tres días que a todas nos vuelve locas. Y así, pensando en él y en la cita de mañana, me quedé dormida.
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Living again.
FanfictionHacía ya 8 años que Mía se había trasladado de Inglaterra a Madrid. Su vida era normal hasta que un día descubrió algo que se la cambió para siempre. Su mejor amigo de la infancia, al que llevaba esos 8 años sin ver, ya no era un chico más de su ciu...