Ya habían pasado muchas horas, las suficientes para que cayera la noche y para que por fin Demian se dirigiera a su casa. O la que creía que aún lo era, no estaba seguro de nada en este momento. Se encontraba mirando las calles que pasaba e inmediatamente una leve sonrisa se le coló en el rostro, estas calles las recordaba.Sin embargo cada sonrisa por más diminuta que sea rápidamente se esfumaba al recordar el rostro de aquella mujer, Abby, su esposa, por qué eso era. Aunque suene extraño, confuso y quizá un poco tétrico, ya que no era así como imaginaba su vida.
Demian nunca fue el niño rico, egocéntrico, mujeriego con severos traumas infantiles.
La verdad, aunque su familia siempre ha tenido mucho dinero y es muy atractivo a él no lo criaron así, todo lo contrario, vivió una hermosa niñez al lado de sus padres felizmente casados y su hermano mayor Ellian. En su adolescencia tuvo pocas experiencias a nivel sentimental, siempre fue el mas tranquilo, mucho mas que su hermano, quién tambien era su mejor amigo, Demian era el chico con el que cualquier chica soñaría, respetuoso y el hombre para formar un hogar.
— No es necesario que guardes la dirección de esa mujer. — comentó su madre que no había dicho nada, en todo el trayecto de camino a su casa.
Para ella Abby era un enemigo. Alguien que me robó al único hijo que le quedaba.
— ¿Crees que deba tirarla? — preguntó después de varios segundos pensando.
— Definitivamente. — no tardó en responder.
— ¿Incluso cuando sabes que tengo una hija con esa mujer? — hizo énfasis en sus últimas palabras.
— Demian...
— Mírala. — le pasó la foto que Abby le había dado y que conscientemente no devolvió. Zarah lo pensó antes de tomarla e incluso rodó los ojos con intenciones de no hacerlo, pero por favor, era su primera nieta y en lo más profundo de ella había una luz de curiosidad de saber cómo era.
Terminó tomándola y observándola con mucha cautela, calmada de no hacer ni un solo movimiento en falso. No después de haberse negado en conocerla. ¡Pero vaya! No esperaba que esa niña fuera tan hermosa y tan parecida al hijo que había perdido hace años.
— Se parece mucho a...
— Ellian. — concluyó Demian. — Lo sé.
Zarah sonrió con nostalgia y quizá vergüenza, siempre soñó con que sus dos hombres de los cuales se sentía tan orgullosa, les dieran muchos nietos.
— Entiendes por qué es necesario tener la dirección de esa mujer como la llamas tú. — dijo Demian mirando a su madre a los ojos. — Mamá, no sé en qué condiciones termine con Abby, de verdad no lo sé, sin embargo sean las que sean, tenemos una hija... Una pequeña de cuatro años que no tiene ni idea de lo que ocurre. Y el hecho de que no la recuerde no significa que ya no sea su padre. Y como su padre tengo una responsabilidad con ella. O por lo menos fue así como me criaste.
Mientras Demian dejaba a su madre con millones de pensamientos sobre lo equivocada que quizas estuvo todo este tiempo en negarse a conocer a su nieta, Abby se encontraba en su casa intentando que todo parezca normal y así poder evitar algunas preguntas de su pequeña.
— Bárbara por favor guarda la cena de Demian en el microondas, seguro tendrá mucha hambre al regresar. — dijo cerciorándose de que Ellie quien se encontraba aún en la mesa la escuchara.
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Otras Memorias©
RomanceUn terrible accidente aéreo le quitó la vida de su único hermano, su memoria y la posibilidad de recordar la mujer que amaba. Han pasado seis años. Y está vez una caída despierta al Demian Jacobs del pasado que ha olvidado que en la actualidad está...