Tres meses y contando

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Tres meses después...

Dulce

Los noches estaban llenas de tomerta para mi,  no había noche que no llorara desesperada extrañando a Christopher, las amistades que había hecho en este tiempo ayudaban en especial Max se había convertido en un apoyo para mí pero nada funcionaba esta soledad, agonía y la sensación de que nada volvería a ser igual no se iba, me sentía tan culpable, por mi culpa había perdido al amor de mi vida. Como todas las noches una sola copa de vino me acompañaba junto con un cd de las melodías que me recordaban a mi Christopher, cuánto lo extrañaba pensé que la distancia ayudaría pero no es así, cuando alguien dice que debe de poner tierra de por medio no sé porque lo hacen es totalmente falso es aún más difícil olvidarte de la persona, lo anhelas a toda hora y en todo momento. Tal vez para mí es inevitable olvidarme de Christopher. Escuchaba la primera canción que bailamos juntos mientras algunas lagrimas salían por mis ojos, cuando pensé que ya no lloraría más ahora en New York lo hacía diariamente, el sonido del intercomunicador me interrumpió, limpie mis lágrimas y fui a ver a través de la pantalla quién era, Max estaba abajo esperando que abriera, apreté el botón indicándole que subiera y después corrí a mi cuarto para limpiar mi rostro, escuche el sonido de la puerta que tocaron, eso había sido rápido, aún tenía mis ojos hinchados, camine hasta la puerta, los ojos de Max me vieron con compasión

Max.- ¿bae, que tienes?- dijo abrazándome rápidamente y dándome un beso en la frente-
Dulce.- lo extraño- dije llorando en sus brazos- yo lo siento, no soy la mejor compañía ahora
Max.- tranquila, estaré aquí para ti cuando me necesites- dijo caminando conmigo mientras escuchaba el click de la puerta detrás de nosotros- vamos, traje una cena deliciosa, ve al baño a lavarte un poco y regresa aquí para cenar- se separó un poco de mi para después darme una palmada en el trasero-
Dulce.- ahora vuelvo- dije caminando al baño-

Cuando regrese al comedor la cena estaba servida el olor a una pasta mediterránea inundó mi olfato, me senté frente a Max

Dulce.- te platique lo guapo que es- dije mirándolo- es lo mejor que me pasó
Max.- dulce, quedamos que lo olvidarías
Dulce.- pero es el mejor esposo- dije mirándolo- y está es su comida favorita- dije mirando la pasta que tenía al frente mientras suspiraba-
Max.- ¡basta!- dijo recogiendo los platos-
Dulce.- pero...

Vi como lanzaba la comida al trituradora mientras que ponía los platos en el fregadero

Max.- levanta el trasero de esa silla- dijo levantándome- nos vamos de fiesta

Me obligó a vestirme para salir mientras yo protestaba pero Max insistía, me vi frente al espejo, me había pintado el cabello al llegar a N.Y. por consejo de Max, regrese a mi vestimenta me empezaba a sentir yo nuevamente pero para ser completamente yo me hacía falta Christopher solo una parte de mi había vuelto a ser la misma de antes.

Salí a regañadientes junto con Max mientras que se encargaba de llamar a Josh su pareja para que consiguiera una niñera y nos alcanzará en el bar que estaba a unas cuantas cuadras de mi depa, nos acomodamos en un reservado al llegar al lugar, observe el lugar estaba muy lindo, era acogedor, la barra era de madera, en el techo la iluminación formaba la palabra HELLO, el lugar era muy chic, pedimos nuestras bebidas yo un gin-tonic mientras que Max pidió una cerveza.

Max.- dulce tiene que salir al ruedo nuevamente, hoy te conseguiremos un ligue de una noche- dijo mirándome-
Dulce.- no, no puedo
Max.- si, si puedes- dijo mirando alrededor, una chica rubia pasó por nuestro lado guiñándole el ojo a Max, este se lo devolvió y luego voltio riendo- las chicas cada vez son más lanzadas

Y es que toda mujer que veía a Max o Josh siempre coqueteaban con ellos sin imaginar que esos dos hombres varoniles e increíblemente guapos era  pareja, sonreí un poco de lo que decía Max.

De Piel a PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora