On The Loose

1: Caliente Adam

Me veo una vez más al espejo y sonrío a mi reflejo, soy atractiva como los mil demonios así que seguro y atrapo algún chico esta noche. Camino por el pasillo de mi casa y bajo las escaleras con los tacones en mi mano tratando de hacer el menor ruido, checo que no haya moros en la costa y corro rápido hacia el ascensor. No sé porque sigo haciendo esto cuando se que a mis padres ni siquiera les importa.

La música tonta del ascensor es ahora un pegadizo trap, lo que me hace pensar que el nuevo encargado es un adolescente puberto que será despedido en cuanto algún viejito del edificio se queje. Las puertas se abren y por las grandes ventanas puedo divisar a lo lejos el auto de Camille estacionado. Puedo apostar cualquier cosa que en este momento esta destruyendo sus uñas por los nervios, asqueroso pero cierto.

Toco la ventana del auto asustandola en el proceso y me subo alado de ella mientras me reprocha con la mirada.

— ¡Algún día me mataras del susto!, estuve esperando 20 minutos aquí, ¡Hasta hable con Jessy por videollamada!, al parecer sigue viendo al profesor Frederick — Su ceño se frunce mientras empieza a conducir como abuelita.

— Dramática, solo fueron como 5 minutos, y respecto a Jessy es obvio que sigue comiendose al caliente Adam, de hecho justo ahora deben estar..

— ¡CALLATE!, es asqueroso, debe tener como 35 años y es mi profesor de matemáticas — Frunce sus cejas mientras su cuerpo tiembla de manera dramática con asco —Ademas, no entiendo porque no me dijo nada, cuando le pregunte a donde iría esquivo mi pregunta.

— ¿No es obvio?, cada que te habla sobre el lo único que haces es recordarle que esa relación no tiene futuro y terminara mal.

— Porque terminara mal, ese hombre esta jugando con ella, lleva 6 meses diciendo que se divorciara y aun vive con su esposa. — Suspira como si supiera que es tonto seguir hablando sobre eso — Escucha, se que te digo esto cada sábado pero por favor ten cuidado, hoy me quedare mas tiempo en el bar para ayudar a mi papá.

— Cam, descuida, recuerda que se cuidarme sola— Le digo con una sonrisa, imposible no hacerlo cuando se preocupa mas de lo que mi propia madre lo hace — ademas, le diré al idiota de hoy que me lleve hasta mi departamento.

— Bien, pero si no quiere llevarte me llamas — Me apunta con un dedo rápidamente antes de estacionarse una cuadra antes de Neón Live ya que es sábado de música en vivo.

Nos bajamos del auto caminando hacia la entrada del bar, hay personas formadas esperando su turno para ingresar pero fácilmente los esquivamos, escucho algunas personas quejarse pero lo olvido mientras nos guío hacia la barra.

— Hola Jordan, dame una porción de nachos y una coca-cola de vainilla, por favor.— Camille sonríe con amabilidad y yo solo veo como el pobre de Jordan se derrite ante el gesto, también creo ver sus manos temblar un poco antes de hacer un asentimiento y mirarme expectante.

— Esta noche no tomare nada Jordan, mejor ve por el pedido de la princesita— Le guiño un ojo y el desaparece en un instante.

— ¡AUCH! ¡Eso me dolio!— me acaricio mi brazo tratando de que el dolor del golpe que me dio se pase rapido.

— Eso es para que dejes de decirme princesita — Reclama con el ceño fruncido y justo cuando pretende golpearme otra vez llega Jordan con los nachos haciendo que se olvide por completo de mi.

Volteo hacia el escenario y el salón se oscurece dando paso a las luces de neón, me percato del chico que empieza a cantar y es imposible no recordar esa voz, es la primera vez desde hace dos meses que me tomo el tiempo para detallarlo, tiene el cabello marrón y un poco de barba adorna su rostro,es muy atractivo, me le quedo viendo y en eso abre sus ojos y me topo con una mirada tierna y cálida de un precioso color azul que remueve cosas en mi pecho que jamas pensé volver a sentir.

Despego mi mente y camino hacia la multitud empezando a bailar, cierro mis ojos y solo puedo concentrarme en como mi cuerpo se mueve. El chico termina de cantar y un Rubio muy apuesto y alto se acerca a mi.

— Por mas acosador que pueda escucharse, te vi bailando y mis ojos no pudieron apartarse de una mujer tan hermosa — Sonríe coqueto mientras una pequeña risa se le escapa y unos lindos hoyuelos captan mi atención — Soy Luke, por cierto — Toma mi mano y deja un pequeño beso en ella.

— Kelsey Mckeever — sonrío de costado batiendo mis pestañas — ¿Soltero?

— Si no lo fuera no te estaría hablando — Sonríe petulante y toda la caballerosidad que mostró al principio se desvanece.

— Entonces no hay que perder el tiempo. — Lo tomo del cuello acercándolo a mi para unir nuestros labios. No siento mariposas y si soy honesta no me importa si es un idiota que no volverá a llamar, mejor para mi, me evito todo el drama que conlleva esto.

Siento un extraño cosquilleo que me hace abrir los ojos por inercia, puedo ver la mueca de ¿disgusto?, ¿desprecio?, no sé lo que es pero me hace sentir incomoda, como si me hubiera descubierto haciendo algo horrible. Termino el beso sintiéndome peor, sucia.

— ¿Que pasa?, ¿Ya quieres ir a un lugar privado? — Ronronea en mi oído aferrado a mi cintura.

— En realidad quiero irme de aquí — Sonríe como si hubiera ganado la lotería. Lo siento guapo pero esta noche no tienes tanta suerte. — Sola. — Quito sus manos de mi cintura y me alejo unos centímetros de el.

— Me besas como si nada y ahora pretendes dejarme así? — Tensa la mandíbula y me mira con furia.

Me alejo mientras lo escucho gritar idioteces que no valen la pena repetir. Encuentro a Camille con la mirada y decido que esta noche no habrá acción para mi.

— ¿Que a pasado?, por un momento creí que te irías con aquel rubio atractivo. — Señala con la cabeza hacia donde se encuentra Luke mirándome con rabia.

— Lo que tiene de atractivo lo tiene de idiota, en fin. ¿Puedo quedarme hoy en tu casa?. 

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