CAPÍTULO 6

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-¡Yoongi!- Jimin sonreía con entusiasmo al ver a lo lejos al mayor, agitaba su mano con euforia mientras el peliazul le devolvía el saludo.

-¡Jimin!- El peliazul alargaba su brazo intentado alcanzar al contrario, pero una fuerza mayor parecía arrastrarlo lejos de él -¡JIMIN!- Yoongi, desesperado, corría en busca del lastimado cuerpo de Jimin; de las muñecas del menor se abría paso un chorro de sangre, pero Jimin no parecía adolorido -¡Vete de aquí Yoongi, no me sigas!

El peliazul se levantó de su cama bañado en sudor, con el corazón apunto de escaparse de su pecho. Había sido solo un sueño... Un sueño que proyectaba claramente los mayores temores de Yoongi.

Preso del miedo y la paranoia se preguntaba si Jimin estaría bien, la ansiedad no lo dejaba pensar, tomó su celular a tientas en la oscuridad buscando no estrellarlo contra el suelo en uno de sus fallidos intentos por controlar el temblor que aún se hacía presente en sus manos.

Abrió el chat, Jimin estaba desconectado.

Yoongi
Hola
¿Cómo estás?

Como era de esperarse, Jimin no contestó hasta la mañana siguiente, Yoongi no pudo dormir en toda la noche.

Jimin
Bien
¿Y tú?

Yoongi
Bien

Aunque el mayor quería que la conversación avanzara, que se prolongara durante el mayor tiempo posible, de alguna forma sabía que Jimin no estaba interesado en hablar con él y no iba a obligarlo a hacerlo. El menor aseguró su bienestar ¿Pero cómo podía confiar en una respuesta tan seca? ¿cómo podría escribirle otro mensaje sin mostrarse necesitado? Él había notado el repentino distanciamiento del rubio ¿Había una razón específica para ello? ¿será que Jimin descubrió sus sentimientos y decidió alejarse para mostrar indirectamente que estos no eran correspondidos?

Yoongi no podía saberlo, no estaba en condición de responder ni una de sus preguntas, pero algo tenía claro: no podía soportar el estar alejado de Jimin, su indiferencia le rompía el corazón, sus sonrisas no estaban dedicadas a él, no estaban destinadas a alegrar su día. No importaba cuantas veces le echara una mirada furtiva, el menor nunca se la devolvería.

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-Déjame ayudarte con eso- El peliazul se encontraba en frente de un ajetreado Jimin cargando con un montón de cajas que parecían ser bastante pesadas.

-Yoongi...- Un leve murmullo se escapó de los labios de Jimin -N-no... Yo puedo solo- El menor observó la figura imponente del peliazul que se alzaba a su lado, el primero, con la visión cubierta casi en su totalidad por cajas de cartón no pudo esquivar un obstáculo, un leve levantamiento en el suelo, un error de construcción bastante relevante, el rubio se tropezó y cayó en los brazos de Yoongi que lo sostuvieron como si de la cosa más importante se tratase, sus suaves y cálidos brazos lo abrazaban por la cintura en un intento por reconfontarle, el menor se separó de ellos lo más rápido que pudo.

-¡No! ¡Ahora todo está esparcido por el suelo! ¡Tengo que recogerlo rápido!- Jimin se agachó y se dispuso a acomodar los objetivos de nuevo en las cajas.

-¿Qué es esto?- Preguntó Yoongi mientras tomaba unos papeles en sus manos.

-Son guiones

-¿Estás en el club de teatro?

-Este... No, solo le hago un favor a Hoseok Hyung llevándole esto- Dijo Jimin mientras volvía a tomar las cajas en sus brazos, Yoongi lo analizaba mientras tomaba dos de las cajas -Yoongi no pierdas clase por ayudarme, ya te lo dije, puedo solo- el nombrado lo ignoró y caminó en línea recta, se volvió hacia Jimin unos segundos después -¿Dónde queda el club de teatro?

HETEROFOBIA-Yoonmin... (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora