Capítulo 3 - Los dos bandos

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El verano había sido increíble. Hana nunca se había divertido tanto. Todo el esfuerzo y el cansancio diario habían rendido sus frutos. Sin embargo, un nuevo año escolar estaba comenzando y los cursos se habían mezclado. Hana ansiaba conocer a las nuevas compañeras. Una de ellas, se incorporaba de otro colegio. Estaba confiada de que, imitando la fórmula del año anterior, iba a conquistarlas muy pronto.

Al ingresar al aula, visualizó algunas de las personas nuevas de inmediato.  Un grupo de tres chicas en el fondo no dejaban de llamar la atención, especialmente una chica rubia con trenza. Las tres lucían una actitud soberbia creyéndose las dueñas del lugar. ¿Tan fuerte podía ser esta primera impresión? Pensó Hana. Las había visto por los pasillos pero tenerlas en la misma aula hacía sentir el ambiente distinto. Cruzó miradas con ellas, pero sólo en ese instante se sintió intimidada. Sin embargo, tomando aire, decidió no dejarse llevar por esa impresión.

Al girar la cabeza, visualiza a la chica que había entrado este año al colegio. Se encontraba en los asientos del medio, cabizbaja. Parecía realmente tímida. Sus ojos no se atrevían a mirar a las personas a la cara. Por algún motivo le recordaba a ella misma. "Seguramente será fácil convencerla", pensaba Hana mientras sonreía.

Estaba decidida a acercarse hasta que...

– ¡Hana, Hana! – la interceptan un par de compañeras.

– ¡Hola! Que bueno verlas – dijo amablemente Hana.

– El verano ha sido genial. A que sí ¿no? ¡No veo la hora de que llegue de nuevo!

– Jeje, yo tampoco. La pasamos realmente muy bien. – comentó Hana.

– Oye, ¿este año seguirás ayudándonos con los deberes verdad? – preguntó una de las compañeras.

– Sí, claro. Para lo que necesiten pueden contar conmigo.

– ¡Gracias Hana! Eres la mejor. También luego quiero contarte algo... – se nota que baja la voz para que nadie más la escuche – es sobre ese chico que me gusta que te conté la otra vez... Discutimos...

– ¡Oh! Sabes que siempre puedes contarme lo que necesites y te ayudaré. – responde Hana con una sonrisa.

– ¡Ay, Hana! Tú siempre sabes todo. No puedo esperar para que me des tus consejos – dice la compañera, avergonzada.

– Si me disculpan, voy a saludar a la chica nueva.

– ¡Espera Hana! – vuelve a interrumpir una de las amigas – No te recomiendo hablar con esa chica.

– ¿Por qué no? – pregunta Hana sorprendida.

– Una amiga mía iba a la misma escuela que ella y me dijo que es muy rara. No sé... me da desconfianza. Ni siquiera nos mira...

– ¿De verdad? – Hana estaba asombrada.

– A mi no me gustaría meterme con ella. Se nota que no quiere hablar con la gente. Sino se acercaría – comentó una de las chicas.

Hana lo pensó un momento. Eran muy extrañas las declaraciones de sus compañeras. La chica nueva no parecía a simple vista una mala persona. Le daba incluso un poco de pena, pensando en cómo se sentía ella cuando estaba sola. Decidió que lo mejor era no acercarse, para evitar malos comentarios y para no arriesgarse a perder todo lo que había conseguido hasta ahora.

"Seguro pronto entenderá que lo mejor es acercarse y decirle a los demás lo que quieren escuchar", pensó.

Hana regresó a su asiento y la primera clase comenzó. A la hora del recreo, Hana se decide a probar suerte con las tres chicas que la intimidaron antes. Ya conocía sus nombres: Nozomi, Ritsu y Fuyuki. Se acerca para hablar.

Huellitas Mágicas - El pasado de HanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora