♡《Gatito》♡

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Mettaton se encontraba en su trabajo realmente atareado ya que habían llegado papeles importantes tanto para él como para la empresa.

Tocaron la puerta y desvió la mirada para ver quién era.

—"Pase, por favor."

—"Disculpe las molestias, Mettaton, pero tiene una llamada del joven Napstablook en línea

La mandíbula le descansó y un ligero (pero no tan raro e inusual) brillo brotó de sus ojos. Ya no era tan raro que su pequeño Napstablook le provocara cosquillas en su estómago y lo hiciera sonreír como un adolescente enamorado por primera vez. Aunque básicamente eso era cierto: Napstablook era su primer amor, su niño, su bebé... su príncipe.

Aclaró su garganta y pensamientos para hablar. —"Gracias, ya contesto desde aquí."

"¿Bebé?" Habló en susurro escuchando una calmada respiración por el otro lado de la llamada.

—"¿Papi?" La voz de Napstablook se escuchaba un poco ronca y supuso que había estado durmiendo.

—"Hola, bebé. ¿Qué estás haciendo, pequeño?"

—"Estaba acostado, papi. Aún me siento un poco enfermo."

—"Oh, no te preocupes, príncipe. En unos minutos llegaré a casa y podremos acurrucarnos en el sofá mientras vemos tus películas favoritas."

Napstablook chilló de emoción al escucharlo. —"¡Está bien, papi!" Ambos quedaron en un silencio cómodo. "¿Papi?"

—"¿Sí, bebé?"

—"¿Podemos... podemos hacerlo cuando llegues a casa?"

Mettaton soltó una risita y asintió con la cabeza como si Napstablook lo pudiera ver. —"Claro que sí, bebé. Tengo que irme. Te amo, pequeño."

Napstablook cubrió su pequeña (pero hábil) boca con sus manos. —"¡Te amo más!"

Luego de una hora, Mettaton salió de su trabajo junto con el portafolio negro de piel que siempre solía llevar al trabajo. Suspiró al bajar de la enorme camioneta, haciendo resonar sus zapatos por el suelo.

—"¿Príncipe? Papi está en casa." Habló Mettaton en voz alta, tratando de buscar a Napstablook. —"¿Dónde estás?"

Se dirigió hacia la sala y no estaba. Tocó varias veces el baño y tampoco. Entonces buscó en la habitación de ambos y vaya sorpresa que se llevó. Napstablook estaba acostado con el oso de peluche que Mettaton le había obsequiado. Llevaba unas pequeñas bragas azules con encaje fino alrededor, unas calcetas blancas que le llegaban unos centímetros abajo de sus delgados muslos y sin nada en el torso.

—"¿Entonces era mentira que te habías resfriado, bebé?"

—"Mmm, sí, tu príncipe te mintió un poquito." Napstablook mordió su labio mientras escondía sus manos entre las piernas.

—"Creo que te mereces un pequeño castigo, cariño." Napstablook se sonrojó mientras Mettaton gateaba por la cama hasta que estuvieron frente a frente. Simuló que lo besaría, pero sólo rozó sus labios.

—"Los niños malos no merecen besos cuando se han portado mal." Napstablook abrió su boca para quejarse, pero sólo un chillido en desacuerdo salió de su boca. Mettaton se bajó de la cama para colocarse en la orilla de ésta. —"Ven aquí, bebé." Dijo el pelinegro señalando su regazo. El albino no dudó en ningún momento y como buen sumiso, se sentó en las piernas del pelinegro. Mettaton tomó su mentón y echó la cabeza de su pequeño hacia atrás, de manera que dejaba ver todo su cuello. Comenzó a besar la zona con desespero, dejando varias marcas rojizas en sus clavículas y Napstablook gimió en respuesta.

—"Ya sabes que hacer, gatito." El sumiso asintió y levantó su cadera, quedando su trasero a la vista del pelinegro, mientras éste tomaba su cintura de manera posesiva. Mettaton sobó una de sus nalgas para después azotarla con fuerza.

—"¡¡Ah!! Papi..." Napstablook gimió mientras sentía la erección de Mettaton justo debajo de él. Una vez más la mano de su papi le azotaba, dejando la zona roja y con la mano marcada.

Luego de varias nalgadas, el trasero de Napstablook había quedado rojizo, al igual que sus mejillas debido al esfuerzo y el placer recorriendo por todo su cuerpo. Le encantaba la manera en que Mettaton podía ser tan tierno, amoroso y consentidor, pero a la vez convertirse en una bestia a la hora del sexo. Napstablook podía estar de rodillas de tan sólo recibir unas cuántas caricias indecentes por parte de su papi.

Mettaton tomó su camisa y la desabrochó con rapidez, mientras Napstablook le ayudaba a quitar el botón de su pantalón. Cuando quedó totalmente desnudo, Napstablook se quedó entre sus piernas.

—"¿Puedo chuparla, papi?" Dijo Napstablook junto con un ronroneo. Mettaton realmente deseaba decir no, pero al ver a su niño con las mejillas y labios rojizos, no pudo resistirse. El menor comenzó a chupar todo el pene del pelinegro con la fina punta de su lengua. Se detuvo en el glande e hizo movimientos de un lado a otro en la pequeña hendidura.

—"¡Oh, mierda, N-Napstablook!" El pelinegro tomó del cabello de Napstablook, atrayéndolo a que chupase más. Y así fue, el menor aumentó la intensidad con la que estaba chupando, esta vez, metiendo todo lo que pudo en su garganta. Hizo pequeños ruidos para que Mettaton sintiera esa vibración en las ondas de su voz. —"Mierda, eres tan malditamente bueno, bebé." Napstablook siguió con su trabajo proporcionado un suave masaje a los testículos de Mettaton. —"Es suficiente, príncipe. No quiero correrme en tu boca."

Lo atrajo hacía él y lo besó con intensidad, mentiendo la lengua en la boca del albino. Entrelazaron sus lenguas en un compás desigual pero caliente.

Mettaton bajó su gran mano por la entrepierna del albino, luego acarició su necesitado miembro, robándole suspiros y jadeos agudos. Se recostaron en la cama, quedando Napstablook arriba de Mettaton. Rápidamente quitó las bragas de su bebé, y con el mismo líquido pre-seminal brotante del glande de Napstablook, lubricó sus dedos para luego separar sus nalgas dejando su entrada libre. Metió un dedo, preparando a Napstablook.

—"¡Mmhm p-papi! Eso se siente tan bi-en. ¡Mete uno más, por favor!" Pidió el albino mediante un gemido que mas bien parecía un chillido.

—"Ruégamelo, cariño." Mettaton estimuló su próstata con sus largos dedos, haciendo gritar de placer al albino.

—"P-papi, mete otro dedo, por f-favor. Necesito sentirte más." Mettaton satisfecho con las súplicas, metió un segundo dedo. Comenzó a hacer movimientos de tijeras, abriendo más a Napstablook.

Cuando lo sintió lo suficientemente preparado, cambió sus dedos por su miembro. Lo rozó lentamente por su entrada, y sin previo aviso, comenzó a follar al albino. Éste levantó un poco el trasero para que el pelinegro pudiera moverse mejor.

—"Oh, mierda, bebé. Tan apretado para su papi." Aumentó las embestidas, separando las nalgas aún heridas de Napstablook. Éste gimió agudamente al sentir ser tocada su próstata con agresividad y rapidez. Luego de unas embestidas más, cambió sus manos a las caderas del albino y éste comenzó a montar el pene del pelinegro. Saltaba una y otra vez con regocijo, tratando de llegar a lo más profundo.

Mettaton se encontraba por completo en el borde del éxtasis. Era algo de las muchas razones por las que amaba estar con Napstablook. Le encantaba su forma tan preciosa de entregarse a la hora del sexo. Podía ser tan sumiso e insaciable, justo lo que el pelinegro había buscado por tanto tiempo. Ambos encajaban a la perfección.

—"C-creo que voy a correrme." Exclamó Mettaton entre jadeos, embistiendo fuertemente a Napstablook, llenando su interior de aquel líquido caliente. El albino gimió y comenzó a masturbarse con la ayuda de la mano de Mettaton, hasta que luego de unos segundos, se corrió en el pecho del otro, robándole un fuerte gemido que resonó por toda la habitación. Éste cayó rendido en el pecho de Mettaton, tratando de regular su respiración luego de aquel orgasmo que se apoderó de toda su anatomía.

—"¿Volverás a mentir, bebé?" Susurró Mettaton, atrapando a Napstablook en sus brazos, robándole uno que otro beso a su rostro.

—"Si me vas a castigar así, lo seguiré haciendo, papi."

«Two Ghosts» ➴MettablookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora