Preludio.

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Hoy era el primer día de clases de el pequeño Park Jimin en la escuelita de la iglesia. Siempre había querido ingresar, sus padres siempre le contaban las cosas que podían hacer ahí y eso entusiasmaba más a Jimin. Mientras los padres estaban en la misa, a los niños se los llevaban al piso de abajo, ahí les enseñaban un montón de cosas. Les leían la Biblia, los ponían a dibujar e incluso a ver caricaturas cristianas. Todo era un sueño para el pequeño.

Su padre y su madre siempre habían sido creyentes, y deseaban lo mismo para su pequeño hijo de tan solo cinco años. ¿Qué mejor que inscribirlo en la pequeña escuela de la iglesia? Aunque más que una escuela, era como una guardería, pero instruían muy bien a los niños sobre la palabra de Dios. Sabían perfectamente que eso ayudaría a Jimin a seguir el camino del bien, el camino del señor y todopoderoso.

— Deseo que todo vayas bien, hijo. Recuerda hacer muchos amigos.— dijo la señora Park con una sonrisa, mientras arreglaba el cabello de su pequeño.

— Prometo hacer amigos, mami— le devolvió la sonrisa.— ¡Adiós!— le dio un pequeño beso en la mejilla a su madre y a su padre un apretón de manos, luego salió corriendo escaleras abajo. Estaba demasiado ansioso.

Termino de bajar las escaleras y se encontró con todos los niños haciendo una tren casi perfecto, Jimin los analizó con una sonrisa.

— Ah, tú debes ser Park Jimin... Ven y únete a la formación, pequeño— dijo la que parecía ser la profesora, está tenía el cabello negro y corto, sus ojos rasgados y sus labios finos, su textura era delgada y sus blue-jeans eran anchos, pero no dejaba de ser guapa. Jimin enseguida se unió a la formación con una sonrisa.—. Yo soy la profesora Yougmin, estoy encantada de ver nuevas caras por aquí. Ahora que están todos, es hora de que vean lo que será nuestro salón ¿están listos?

Todos gritaron al unísono un gran "¡Si!" Y la profesora abrió la puerta de una de las habitaciones. Todos entraron en orden pero emocionados, apenas Jimin entro analizó él aula con completo detenimiento. Era grande, del espacio no podría quejarse. El piso tenía cosas que Jimin le llamaría rompecabezas gigantes de colores bonitos, un gran televisor en la pared, había una caja también que tenía un montón de juguetes, por otro lado, también había varias sillas y enfrente un pizarrón blanco sin nada escrito. Definitivamente estaba más que encantado.

— Todos siéntense en las sillas, por favor— pidió la profesora.—... Como ya notaron hay nuevos compañeros, y debemos darle una buena y calurosa bienvenida, pero primero deben presentarse— todos escuchaban atentos a las palabras de la profesora, eso a Jimin le sorprendió, normalmente en su escuela todos estarían gritando, hablando o riéndose, pero todos esos niños parecían unos robots.—. Primero tú, dinos tu nombre y algo te guste.— la profesora lo señaló.

Enseguida todo su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente, su cuerpo parecía gelatina y sus manos estaban sudando, siempre había sido así, se avergonzaba fácilmente. Y eso de hablar en frente de todos no era lo suyo, pero debía dar una buena presentación.

Se levanto de su asiento y trago grueso.— Yo... Soy Jimin Park, digo... Park Jimin— se sintió avergonzado por haberse equivocado con su propio nombre, y peor fue cuando todos se quedaron en silencio viéndolo, sabía que algunos estaban aguantando la risa, así que bajo la mirada hacia sus zapatos blancos perfectamente limpios.—... Me gusta el ballet.— dijo al fin.

Y así era, lástima que sus padres no pensaran lo mismo. Por mucho que Jimin les rogara que quería bailar ballet ellos no se lo permitían, porque simplemente no estaban de acuerdo y nunca le daban una explicación exacta sobre porque no lo dejaban hacer lo que le gustaba.

— ¡Pero eso es para niñas!— dijo uno de los niños que se encontraba sentado y Jimin se sintió aún peor. Primero sus padres, y ahora sus compañeros.

— Silencio niños... La danza contemporánea no es solamente para niñas, incluye también a los varones. No se hable más del tema— defendió la profesora.—. Lo hiciste muy bien, Jimin... Es el turno tuyo, pequeño.— Yougmin señaló a otro de los niños.

Este se levanto y su mirada era sería, su cabello castaño, sus labios finos y su nariz era grande.

— Soy Jeon Jeongguk, y tengo siete años.

Fue lo único que dijo el niño de cabello castaño, estaba parado tan derecho que incluso parecía un muñeco, su rostro no demostraba ningún sentimiento, era intimidante para Jimin.

— ¿Y qué te gusta, Jungkook?— interrogó la profesora.

El niño pareció pensativo.— No he pensando eso... pero creo que... Me gusta la cara de ese niño.— señaló a Jimin entusiasmado y con una sonrisa gigante, que mostraba sus grandes dientes.

Jimin se asusto con la mirada de todos sobre él, y bajo la mirada apenado y con sus mejillas rojas. Todos comenzaron a reír y la profesora fue la encargada de callarlos a todos.

— ¿A qué te refieres con que te gusta su cara?— pregunto la profesora sería.

— ¿Acaso no lo ve, profesora? Parece una bolita de arroz, es muy lindo.— hizo un puchero.

P R O X I M A M E N T E


















( ♡ )

Nota: Holaaaa~ Volví con una ff bien marica de las mías, otro nuevo intento de fluff como el fracaso de 'Sweet'. Había quedado conmigo misma en que los capítulos serían cortos, pero todos sabemos que tal vez no cumpla eso, y también había dicho que está ff sería corto, pero tampoco me lo creo:c...Igual espero lo disfruten, ah. Los amos, los quiero, los violos, los todo... ahveda:c♡ perdonen las dislexia.

 ahveda:c♡ perdonen las dislexia

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