Church ✱ Kookmin

01: Nuevo amigo.

Después de que todos los niños se presentarán, la profesora avisó que podrían jugar un rato, mientras ella buscaba algunas cosas para la clase. Así que todos los niños del salón se quedaron jugando, cada uno tenía un grupo donde jugaban cosas diferentes, así pasaba también en la escuela de Jimin. Lástima que ahí también se encontraba solo.

— Quiero sentarme contigo ¿me dejas? — interrogó Jungkook.

Jimin estaba sentado en el piso viendo todo su alrededor, estaba solo, pero aún así ese niño llamado Jungkook quería sentarse junto a él. Quizá terminaría siendo su nuevo amigo, entonces ¿por qué negarse? Tal vez compañía era lo que le hacía falta a Jimin para que su vergüenza se disipará.

— Está bien, supongo— sonrío y Jungkook se sentó junto a él. Jimin veía cualquier cosa menos al niño que estaba a su lado pero, de verdad no tenía mucho que decirle.

— Perdón por lo que dije hace un rato, no sabía que ibas a molestarte.

A Jimin no le había molestado el comentario, de hecho eso había sido más un halago, pero era demasiado penoso como para siquiera decirle "gracias, tu cara también es linda".

— No me molestó... pero, no me lo esperaba... creo.— jugó con sus pequeñas manitos.

— Entiendo— asintió.—... ¿Quieres ser mi amigo?— sonrío.

— Y-yo no tengo amigos...

Y no estaba mintiendo, Jimin no era lo suficientemente capaz para hacer amigos. Siempre que lo intentaba las palabras no salían de su boca y los demás terminaban riéndose. Precisamente por eso su madre siempre le rogaba que hiciera amigos y, realmente se esforzaba pero no lograba nada.

— Ahora me tienes a mí— de nuevo sonrío.—. Ten, es mi muñeco favorito. Quizá te guste tanto como a mí.— le dio el muñeco a Jimin y este lo acepto con su mano temblorosa y lo observó.

— Es Iron Man— dijo alegre.—, siempre quise ver esa película.— borró su sonrisa y su expresión se volvió triste, eso Jungkook lo notó.

— ¿Cómo no la haz visto? ¡Es la mejor película del mundo!

— A mi papi no le gusta que vea ese tipo de películas.

Los padres de Jimin eran demasiado estrictos, pocas cosas le dejaban hacer a Jimin. A penas era un niño de cinco años y, no había mucho que pudiera hacer el solo, pero evitar que vea una película de ficción era otro límite.

— ¿Por qué?— interrogó con el ceño fruncido. Para Jungkook era demasiado complicado entenderlo, casi como las sumas y las restas, así de complicado.

— Dice que son violentas y pasan cosas imposibles... Pero enserio quiero verla.

— Yo la tengo en mi casa— aviso feliz.—. Deberías ir algún día, lo pasaremos bien.

— No sé si me dejen.— admitió triste.

Jimin para ese tipo de cosas siempre terminaba inseguro, siempre que quería hacer algo le daban pánico decirle a sus padres. Temía que reaccionarán de una mala manera o algo peor.

— Se que si te dejarán— le revolvió el cabello negro a Jimin.—. Y si no pasa, yo iré a la tuya a jugar— las mejillas de Jimin se tornaron rosas y sonrío ampliamente, dejando ver su diente chueco. La amabilidad de Jungkook le sorprendía demasiado.—. Deberías sonreír más... hace que te veas más lindo.