Capítulo 4

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Loca.
Esa era la palabra con la  que su hermano la había descrito tras contarle el plan que tenia para poder conocer al hombre con el que había soñado desde la primera ves que supo de su existencia.
Quería saber que tan especial era y si verlo produciría mariposas en su estomago, como lo hacia aun cuando todavía no lo había visto en persona.
<<tal ves es puro palabrerio>>se decía a si misma.
El problema residía en que su hermano al enterarse de su plan, cosa que ya se estaba arrepintiendo de haberle contado, le había prohibido terminantemente llevar a cabo lo que el describía como una locura, aunque para ella fuera el plan perfecto
El plan de Sara iba así:
1. Averiguar donde vivía
2.pedirle al cochero que la lleve
3.tocar la puerta de su casa y esperar que el atienda
4. Presentarse y si cumplía con los estatutos de belleza que ella misma se había planteado, hacerle saber cuanto le interesaba
5.dejar que el le cortejara
6.decirle que sí a su propuesta de matrimonio y casarse
7.vivir felices para siempre y tener hijos...
Aceptaba que los tres últimos variaban dependiendo de la impresión que ella causara en el, aun así, haría lo necesario para que el se fijara en ella.
Pero ahora su hermano había cambiado sus planes y le había dicho que debía esperar a que alguien los presentara en la siguiente velada y luego hacer todo lo que las jóvenes en edad casadera hacían para cazar a un hombre guapo y rico, tal cual lo había dicho la novicia que le había enseñado las reglas de sociedad.

 El problema radicaba en que ella no creía tener tiempo, ni se veía tan tonta a si misma como para mover las pestañas durante media hora, inclinar la cabeza a un costado con las manos entrelazas y soltar suspiros, es mas, ella pensaba que si hacia eso cada cinco minutos, moriría por falta de aire o sufriría de algún tipo de tortícolis y no estaba dispuesta a tal desfachatez, aunque el chico de su sueño lo valiera.

aun así quería intentar su plan, pero tras averiguar la dirección gracias a una de las empleadas de La mansión, las dos veces que había intentado escaparse por la ventana durante la noche había sido agarrada in fraganti en plena travesía, por su querido hermano que de momento le estaba pareciendo una persona de carácter denso. No solo por que no le permitía hacer lo que quería, sino que porque la vigilaba todo el tiempo y le corregía en sus faltas de modales, y para rematar todos sus males, había contratado a una institutriz que no le dejaba hacer mucho mas que tener clases y clase de modales, piano, baile y tejido, lo único que no podían enseñarle era religión, que a su parecer ya había tenido suficiente en su vida.

David ya no sabia que hacer con su hermana, estaba obsesionada con conocer a ese hombre del que no dejaba de hablar, por lo que para cortar de raíz todo problema decidió que lo mejor seria realizar en su mansión una gran cena donde aprovecharía a presentarse el mismo y su hermana ante la sociedad laodicenses, por lo que tubo que contratar una institutriz para que ella no pasara vergüenza durante la  velada.
No lo hacia de malo, ni porque le importara realmente la opinión de las demás personas, solo que sabia que su hermana era tan dulce e inocente y temía que pudiesen dañarle o sacarle ese brillo peculiar que tenían sus ojos, esa misma noche le contaría lo de la cena y esperaba que ella estuviera feliz con la propuesta, porque ya no podía echarse atrás, había enviado las invitaciones hace dos días y la mayoría ya estaban confirmadas, lo que lo hizo pensar que antes debería haber habado con ella, pero se conforto diciendo que la próxima ves lo haría.
Y la reacción de su hermana fue algo que no esperaba, ella se levanto de la mesa furiosa y se dirigió a su habitación cerrando la puerta con fuerza provocando que un fuerte estruendo se expandiera por los pasillos de la silenciosa mansión. David miro el camino que había realizado Sara, suspiro mirando el cielo y llevo sus manos a su cara, esperaba que se enamorar y casara pronto, porque no sabia cuanto tiempo aguantaría sin matarla, no es que no la quisiera, claro que lo hacia, solo que a veces era exasperarte.
Sara por su parte no estaba para nada enojada es mas estaba ilusionada con esa cena, pero había trazado un plan para llevar a cabo ese día y uno de los pasos que tenia que seguir era cabrearse con su hermano, porque así el la creería lo suficientemente enojada, como para no abandonar su habitación por un buen rato, pensó que iba a ser mas difícil lograrlo ya que su hermano se comportaba como un ángel cuando se trataba de ella, pero y bien el hablo de la cena sintió que esa era su oportunidad y sin dudarlo un segundo se levanto como si estuviera realmente rabiosa y se dirigió a su habitación, luego se disculparía con el por hacerlo pasar un mal trago.
Cuando ya estuvo en su habitación se vistió rápidamente con su vestido marrón de montar y espero a que no hubieran mas ruidos en los pasillos y entonces siendo lo mas silenciosa posible, salio por la ventana de su habitación y se dirigió hacia los establos, había estado recibiendo clase de equitación por uno de los encargados del cual se hizo muy amiga,  era un hombre de unos 40 años llamado Joshep, que la trataba como si fuera su propia hija y si bien aun no había aprendido a controlar del todo un caballo, se sentía con el suficiente valor como para realizar su travesía... o travesura, todo dependiendo del lado que se mire.
Tras subir al caballo y hablarle suavemente como veía hacer algunos de los empleados cuando montaban, comenzó a galopar , no supo como pero se perdió por unos minutos ya que el poco tiempo que llevaba en Londres no había sido suficiente como para no hacerlo.
Cuando llego a la dirección indicada se detuvo a unos cuantos metros de la mansión para no parecer sospechosa y la observo. 

se notaba que era el hogar de un conde, escaleras esplendorosas, un jardín y una entrada hermosa a la vista, la mansión se podía considerar un castillo si no fuera porque era de un menor tamaño y que estaba ubicada en el centro de la ciudad.

vio como un carruaje se estacionaba frente este y se abrían las puertas, y entonces... lo vio, la descripción que habían realizado de el no le hacia justicia, era aun mas hermoso, y no había visto todavía sus ojos, esos que decían que hipnotizada y estaba rogando que el volteara, pero cuando el lo hizo, cuando volteo, quedo encantada con esos ojos, porque a pesar de que era media noche y no se veía mucho, esos dos ojos celestes se podían vislumbrar claramente por el brillo que trasmitía una especie de magnetismo que te atraía hacia ellos para observarlos mas de cerca y así fue como dio dos pasos saliendo de su escondite y quedando expuesta, para darse cuenta demasiado tarde de que esos ojos la estaban observando, en un acto de desesperación por haber sido descubierta, subió a su caballo sin percatarse de que había tirado de las riendas haciendo que el caballo comenzara avanzar y resbalándose de el, cayendo de  espalda al suelo y golpeándose levemente la cabeza, circunstancia que produjo que quedara aturdida en el suelo con lo ojos cerrados
Marcus estaba exhausto, luego de un largo viaje de negocios estaba regresando a su casa para poder descansar, cuando luego de bajar del carruaje se sintió observado, cosa que le parecía una locura ya que era media noche y dudaba que alguien se encontrara merodeando en las calles de Londres, sin embargo se giro para estar seguro, luego de un momento de no ver nada y cuando estaba a punto de voltearse nuevamente para entrar a su hogar, se percato de un movimiento y vio una hermosa chica, vestida con un costoso traje de montar, y  un estando oscuro pudo percibir con claridad la fascinación que se dibujaba en su cara, manteniendo los ojos clavados en los suyos, sin embargo de un momento a otros se convirtió en terror y se subió a un caballo que se encontraba a su espalda, lo siguiente paso de una manera rápida, el caballo avanzo cuando aun ella no había terminado de subir provocando que terminara en el suelo, Marcus corrió hacia ella, se asusto al ver que no se movía y que tenia los ojos cerrados, cuando se arrodillo junto a ella pudo percibir su respiración, pero al intentar  tocarla ella abrió sus ojos dejándolo anonadado, tenia unos hermosos y peculiares ojos marrones que lo miraban sorprendidos
-¿es un sueño?- la escucho preguntar y solo esa frase basto para hacerlo sonreír- no, no lo es- volvió a pronunciar luego de ver como se pellizcaba un brazo, para luego levantarse apresurada y correr hacia su caballo que se había detenido unos metros mas adelante, vio como se subía a el y desaparecía de su vista, haciendo caso omiso a sus continuos llamados

¿Un sueño?
Había estado a metros del hombre perfecto y ella se había caído de un caballo y cuando estuvo a centímetros había pronunciado la ridícula pregunta de que si era un sueño, claramente ese seria el peor día de su historia, y la peor frustraciones de sus planes, aun así no pudo dejar de pensar que lo había conocido y que obviamente cumplía sus estatutos de bellezas.

Paso uno, dos, tres y cuatro  de su plan estaban cumplidos, no tal cual, pero cumplidos al fin y al cabo.

Un Sueño De Amor... #2 En otra app (Dreame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora