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Primero pensé que escuché mal, me quedé recalculando esperando a que me diga otra cosa. No pasaron más de cinco segundo cuando Celeste reaccionó. -¿Cómo?- preguntó. -¿Conocen los dioses griegos, romanos, egipcios, etc? Bueno, es algo así. Hay 11 dioses principales:

Anivia, Diosa del hielo 

Aurelion Sol, Dios del cosmos

Diana, Diosa de la Luna  

Ivern, Dios de la naturaleza 

Karthus, Dios de la muerte

Leona, Diosa del Sol 

Nami, Diosa de los mares 

Ornn, Dios de la forja 

Shyvana, Diosa de los Dragones 

Vel'Koz, Dios de la sabiduría  

Volibear, Dios del trueno

Ademas hay muchos dioses secundarios, que controlan una porción del elemento de uno de los 11 primarios, o representan algo que tenga que ver con este elemento.- Dijo Alexa. 

Nos tomó un tiempito tomar todo esto en cuenta, no es todos los días que aprendés que hay una fuerza sobrenatural (o fuerzas, ya que es plural) que controla tu mundo. -¿Y qué tiene que ver esto con que seamos sus discípulos? Osea, no elegimos serlo, ¿No nos podemos negar?- Le pregunté. A decir verdad, ya estaba bastante complicado con la escuela, otra cosa más que me saque tiempo de estudio no necesitaba (No quiere decir que lo fuera a utilizar para estudiar). -No, no te podés negar. Los dioses los eligieron a ustedes, están vinculados con ellos lo quieran o no. Para contestar tu otra pregunta, va a ser mejor si vamos a mi departamento.- Me contestó Alexa.

No teníamos otra cosa para hacer y ya le habíamos mostrado la escuela, así que decidimos terminar de ordenar e irnos. Estábamos saliendo por el portón principal y nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado las llaves arriba. ¿Adivinen quién fue el que se las olvidó? Obviamente, yo. Una de las cosas que más odio en el mundo es pasar vergüenza, y no es lo mismo cuando estás con amigos, donde te reís y listo, que estar con alguien con quien te hablas hace menos de un día. Está bien que también estaba Celeste, pero era 50/50 y no fue algo lindo. 

Buscamos las llaves, salimos del edificio, cerramos con llave, y nos encaminamos al departamento de Alexa. Mientras íbamos, Alexa se la pasaba mirando de un lado a otro como si estuviera esperando que pase algo. Cuando le pregunté, dijo que no era nada, pero actuaba cada vez más nerviosa. 

Llegamos sin problemas al departamento, exceptuando unos turros que habían intentado chamuyarse a Alexa y después a Celeste, hasta que me vieron a mi y se tomaron el palo. Está bueno poder intimidar con la altura nomás, porque en una pelea de verdad no creo poder hacer nada. Una vez dentro del edificio, Alexa sacó una mesa endecagonal (11 Lados) en donde de cada lado había un símbolo. Nos explicó que cada símbolo representaba uno de los Dioses, y por eso 11 lados. También dijo que en cada lado de la mesa debía sentarse un discípulo del dios con ese símbolo, y que cada dios podía tener un solo discípulo a la vez. 

Después saco una serie de objetos, cada uno con uno de los símbolos que representaban a los dioses. Nos explicó que los objetos, a pesar de verse iguales por fuera, tenían un núcleo diferente. El núcleo de cada uno estaba hecho con algo que representara a cierto dios. -¿Y para qué sirven?- Le preguntó Celeste. -Ahora, vamos a ver a qué dios representan.- Le contestó Alexa. Acomodó los objetos para que estén cada uno en su lado correspondiente, y nos dijo que empecemos en un mismo lado los dos, Celeste y yo, y que vayamos dando la vuelta para ver quién nos eligió.

Mientras dábamos la vuelta empecé a pensar en la tarea del lunes, tenía que hacer un montón de cosas y no me iba a alcanzar el tiempo. Está bien aclarar que aunque tuviese tiempo seguramente no la hacía, lo más probable es que me distraiga con otra cosa antes de hacerla y termine sin siquiera abrir la mochila. Para cuando me di cuenta Celeste y yo ya habíamos pasado por unos 5/6 objetos, respectivamente. Pasamos al siguiente y Celeste toco el que tenía un rayo celeste y al instante una luz parecía salir de su mano izquierda. -Parece que encontramos tu dios.- Le dijo Alexa. Ahí le pregunté yo -¿Y quién es?- -Volibear, dios del trueno. Su animal sagrado es el oso polar, y regularmente toma esa forma.- La luz ya estaba bajando en intensidad, y cuando miré le había quedado una cicatriz en la mano.

La cicatriz que le había quedado parecía la silueta de la cabeza de un oso, con los ojos delineados y dos rayos cruzados perpendicularmente en diagonal por atrás. Hasta el momento Celeste se había quedado mirando, sin decir nada, recién ahí reaccionó. -¡¿Qué es esto?!- Gritó -¿Y no hay forma de sacarmelo, o que por lo menos no se vea?- Agregó. Alexa tardó un poco en contestarle, y no sé si fue porque dudo o alguna otra razón, pero al final le dijo -Eso es una especie de insignia que te marca y le dice a los demás dioses que ya fuiste tomada como aprendiz. Esa marca solo va a desaparecer cuando te pruebes ante tu dios, en tu caso, Volibear. Si tenés más preguntas, hacémelas después, ahora tenemos que ver cual es el dios de Zar.- 

Me miraron las dos a mi, esperando que haga algo. Como no se me ocurría nada mejor que hacer, seguí dando vuelta a la mesa. Apenas pasé al lado que estaba después del de Volibear, sentí que tenía la parte de atrás del cuello cada vez más caliente. Al mismo tiempo, el cubo que estaba delante mío se iluminó con una luz naranja rojiza. En ese momento, Celeste exclamó -¡También tenes una marca! Pero la tuya la tenés en el cuello, parece más un tatuaje.- Tratando de ver la marca, vi la cara de Celeste a unos pocos centímetros de mi cuello, inspeccionando el símbolo, y a Alexa a unos metros. Parecía asustada, pero no llegué a preguntarle que pasaba antes de escucharla murmurar -Esto es malo, muy malo.- No tenía idea de que hablaba, lógico ya que me enteré de todo esto recién hoy, así que le pregunté. -¿Qué cosa es mala? ¿Qué pasa?- A lo que me contestó -Tu dios es Ornn, dios de la forja, es el hermano y eterno rival de Volibear. No se llevan nada bien, y nunca había pasado que sus discípulos sean amigos. Pero bueno, es lo que es, mejor si se llevan bien entre ustedes.- Yo, reflexionando mucho sobre lo que me acababa de decir, contesté: -Ah...- Todo un poeta, ¿vieron?

A decir la verdad, no entendía muy bien todo esto, por ahí estaba soñando. No parecía un sueño, pero era todo tan raro que no se me ocurría que podía ser, y prefiero pensar en cosas que puedo verificar mediante la ciencia que algo que no tenga explicación lógica. Alexa me sacó de mi mundo diciendo -Bueno, la verdad es que no los traje sólo para descubrir quién los había reclamado. Dentro de unos pocos meses, en Mayo, se supone que los dioses se reúnen junto a sus discípulos para hablar sobre ciertas cuestiones, pero el problema es que los dioses han estado ausentes por varios años. Esta reunión se hace una vez cada año par. La razón por la que ustedes están involucrados es porque, al estar tanto tiempo desaparecidos, los dioses ya no nos mandan sus nuevos discípulos, así que tenemos que encontrarlos nosotros.- Hizo una breve pausa, dándole la espalda a la mesa por un momento. -Por ahora sólo se han mostrado 3 de los dioses en los últimos 4 años, es decir que ya va un año en el que no se juntan. El hecho que no se junten puede llegar a significar el caos en el mundo, ya que los dioses comparten el control entre sus elementos y se decide cada 2 años la porción de control de esos elementos que tiene cada dios basándose en los logros de sus discípulos.- Hizo otra pausa, ésta vez se fue caminando hasta el ventanal que estaba en la pared más grande de la habitación. -Todo esto significa que nuestra principal misión, la cuál no podemos fallar si queremos que este mundo siga como lo conocemos, es encontrar a los discípulos que faltan, o encontrar gente merecedora de serlo.-

-¿Y cómo se supone que lo hagamos?- Le preguntó Celeste. -Osea, ¿cómo los vamos a encontrar? Porque ni pienses que voy a ir por la calle preguntándole a cada persona que veo. Agregó con un tono medio sarcástico. No sé si Alexa no entendió el sarcasmo o decidió ignorarlo nomás, pero le contestó -Obviamente no, tenemos solo unos meses para encontrar a todos y eso tardaría años. Hay una forma de encontrar a todos en el curso de un mes, si tenemos suerte, pero necesitamos preparar provisiones y otras cosas. Vayan a sus casas y busquen la forma de convencer a sus padres de dejarlos ir. Si no resulta tengo otra forma para irnos pero no me gusta usarla.- 

Traté de preguntarle algunas cosas, pero no me quiso contestar, y viendo que era una causa perdida, decidí acompañar a Celeste a su casa y después irme a la mía.

Auburn TouchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora