Our Little Princess

Confundida

VIOLET

Ivan caminaba ansioso por la sala de espera y cruzaba sus caminos con Derek. Ivan izquierda-derecha, Derek derecha-izquierda.

Sentía que mi cabello y lis nervios me abandonarían en cualquier momento, no hacía mas que tirar de mis hebras y observar el suelo.

La sala de espera de maternidad estaba en silencio, muy callada y los pasos rítmicos de Derek e Ivan estaban a punto de llevarme a un colapso nervioso.

-Bueno ya- dije alzando la voz al tiempo que me ponía en pie y ambos frenaban su paso- que van a ahuecar el suelo. Siéntense que caminando el rato no pasa mas rápido.

-Joder- dijo Ivan pero solo Derek tomo asiento.

-Es que no comprendo Violet.. Ella estaba bien la viste.

-Cosas así ocurren repentinamente- intentó ayudar Derek.

No cariño, solo lo estas empeorando.

-Y si te tocase a ti estar en esta sala, si fuese Violet y no Bonnie, como estarías?

Derek de tensó y su cara de endureció.

-No estaría acá, estaría allá dentro exigiendo respuestas, para empezar.

-Si el norte fuera el sur, ya estuvo muchachos siéntense y esperen.

Ivan no hizo mas que ignorarme y recostarse a la pared.

Faltaban 10 minutos y oficialmente tendríamos una hora y media de estar aquí esperando y lo veía para largo. Saque mi teléfono.

Para: Jenny Vaige

Que tal el almuerzo con tu amado?

Me senté y me acurruqué al hombro de Derek, me sentía cansada y sentía nauseas.

-Necesitas algo?- preguntó en voz baja besando mi cabello.

-Una pastilla contra la acidez y una buena cama.

Cama? Cama, dormir, bebé, cachorro..

-Oh por Dios Jay- dijo sobresaltada.

-El está bien no te preocupes.

-Como lo sabes?

-Simplemente lo se- cogió mi mano- Cuando salgamos de acá te llevare a comer lo que quieras.

-Y tu trabajo?

-A eso voy ahora.

Me separe bruscamente.

-Te vas?- dije con un grito ahogado e Ivan nos miro fugazmente.

-Por Dios, no. Pero voy a trabajar mientras nos lleguen noticias.

-Diviértete- dije regresando a mi posición.

Me pasó su BlackBerry, lo observé desconcertada.

-Organizaras los correos, según el idioma y el remitente, holandeses y austriacos son prioridad.

Le dediqué una mirada incrédula.

-Y es que soy tu secretaria? No me estas pagando por esto.

-Ese es un juego que estaría complacido en practicar- dijo seductivamente en mi oído.

Descarado- Ana.

Me sonrojé. Maldito Derek, malditas sean sus habilidades de atracción y carisma.

-Ana?

-Señorita Steele.

Reí discretamente.

-Tu crees? Ahora si te perdí.