Kyungsoo estaba enamorado de Jongin, pero el chico tiene novia y él sostiene que éste la amaba. ¿Pero qué sucede cuando uno de sus hermanos mayores le dice a Jongin sobre los sentimientos que el pequeño alberga por él?
✏Título: ¿Cuánto te gusto?
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Lo normal, seguramente para una persona un poco más positiva y con los ánimos flotando, sería no fijarse demasiado en la composición de su cuerpo y ser capaz de quererse a sí mismo tal cual.
Kyungsoo no era ese tipo de persona positiva y con buena actitud; no se sentía conforme en cómo le quedaba las prendas que ahora lucía, no porque le pareciera horrible mostrar el volumen de sus muslos, sino que se sentía incómodo e irritado. Esa no era su forma de vestir; claramente no disponía indumentaria ceñida y atrayente porque él era de cosas más sencillas y para nada llamativas.
Es por eso que, mientras se observaba en el espejo, analizaba con ojos incómodos el pantalón con cortes navaja en muslos y pantorrillas, prácticamente se podía ver gran porción de su piel; con una musculosa entreabierta hasta la cadera por los costados de color blanco e incluso el pelo encrespado hacia arriba le parecía muuuuy incómodo.
Kyungsoo honestamente no deseaba ir vestido así a su primera cita con Jongin, claramente era un hecho que le disgustaba notablemente, pero no podía echarse hacia atrás cuando el promotor de todo aquello fue Woobin, quien para ese entonces tuvo que comprar ropa de su talle porque la de él no le quedaba.
Kyungsoo intentó, porque sí que lo había intentado, refutar la preocupación que tenía su hermano por él, sin embargo, no hizo más que dejarse llevar por tienda tras tienda en busca de vestimenta acorde a su cuerpo.
Soltó aire de manera brusca y se echó hacia atrás para caer sobre su cama, liberando un quejido de frustración cuando sintió el apretón del jean en sus piernas. Se estaba asfixiando.
Durante toda la tarde había creído que eran pantalones de mujer por lo apretado que le quedaban, pero una vez que vio a Woobin usando unos mismos se le esfumó aquella idea de la cabeza. No podía creer cómo alguien ansiaba suicidarse con esas cosas; increíblemente toda la humanidad adolescente parecía dispuesta a morir asfixiados.
Llevó la diestra hacia su cabello y lo tocó suavemente, encontrando que cada fibra de su pelo estaba congelada con laca. Refunfuñando se irguió sobre la cama y volvió a llevar sus ojos al espejo, mirándose con suma cautela.
—¡Kyungsoo, tu amigo acaba de llegar! —La voz de Ryeowook interrumpió su abominable inspección—. ¡Apresúrate antes que lo maten!
El aludido estiró las piernas, cogió la chaqueta de cuero con tachuelas (algo que odiaba completamente) y abrió la puerta. Al hacerlo, a Ryeowook se le desfiguró la cara de la inminente sorpresa.
—¿Quién te destruyó de esa manera? — espantado, preguntó.
—¿Me veo mal, hyung?
Ryeowook negó y se adentró a la habitación para tomarlo de los hombros, incitándolo a que lo mirase.
—Claro que no, pero así no eres tú —contestó con una sonrisa sutil —. ¿Por qué dejaste que te matara así? Y te ves guapo, pero te miras como un mini Woobin.
