Abrí la puerta de mi auto y puse en la calle mis hermosas piernas sin pararme del asiento, se puso de rodillas para besar cómodamente mis senos, jugaba con mis pezones y los jalaba con delicadeza. Apretaba sin lastimar.
Los Tacones Rojos
Abrí la puerta de mi auto y puse en la calle mis hermosas piernas sin pararme del asiento, se puso de rodillas para besar cómodamente mis senos, jugaba con mis pezones y los jalaba con delicadeza. Apretaba sin lastimar.