+

968 137 33
                                    

Una vieja canción de Maroon5 sonaba en mi playlist, especialmente una que había hecho Youngjae hace tiempo. Si para salir adelante tenía que borrar cualquier rastro de él, entonces no estaba haciendo un buen trabajo.


Ni tampoco evitándolo como cuando patéticamente ruego por un poco de su atención, lo miro desde los pasillos, la cafetería, paso por su salón y lo observo por la ventada con la esperanza de que me dedique tan siquiera una mirada.


Pero no, parece que se ha olvidado de mi existencia cuando todo su tiempo se lo dedica a Mina, ¿que tiene ella de especial?
Y ella parece corresponderle sonriendo a cada cosa que él dice, toma su mano y lo besa en la mejilla justo como yo solía hacerlo.
La sangre me hierve de la furia porque lo quiero conmigo y para mi.


Si hay algo en lo que he tomado orgullo toda mi vida es controlar mis emociones, mis expresiones hacen un buen trabajo ocultando lo que realmente siento pero ahora me están fallando porque no puedo evitar que mi cara demuestre lo mal que estoy al ver a Youngjae con alguien mas.

Solo son las 5 de la mañana y estoy despierto pensando en todo, acerca de él, acerca de lo que habíamos pasado juntos.

Dios, antes de Youngjae era otra persona.


Hace cuatro años cuando vine aquí, no era nada, no sabia el idioma, no conocía a nadie, y dios...era un cretino.

Miré mis desgastados zapatos, podría comprar unos nuevos o toda la maldita tienda pero mientras aun me quedaran no me desharía de ellos.

Hacía demasiado calor y yo no sabia tomar un bus en esta ciudad.
Si, había venido aquí por impulso, ni siquiera sé por qué, ni siquiera hablo coreano correctamente.

Ni siquiera sabia que hacer, era un estudiante recién graduado sin ningún objetivo en la vida, que fumaba y bebía como cualquier otro, tenía todo lo material que podría desear.
Pero el tenerlo todo no me salvaba del infierno.

Era el hijo que no tenia metas, el error y la decepción. Mis padres ni querían verme y con honestidad yo tampoco, por eso huí.

El aire aquí era menos pesado, las personas no me observaban y seguían su camino, era temprano y no tenía un rumbo fijo apenas leyendo los nombres de las tiendas y restaurantes.

Saqué un cigarrillo para aliviar el estrés, decían que terminaría matándome pero yo decía "metete en tus asuntos"

Por fin encontré un lugar al que podría llegar, era una cafetería pequeña pero habían varias personas adentro, desde la gran ventana podría ver todo y entre todo eso, un chico sonriendo a todos. Nerviosamente pasando por las mesas mostrando era sonrisa tímida.
Justo el tipo de personas que me gustaba joder.

Entré con confianza y me senté en una de las mesas cerca de la ventana, hacía unos minutos había arrojado mi cigarrillo pero las ganas de encender otro eran muy grandes.
Antes de poder hacerlo el chico sonrisas se acercó, un poco sonrojado.

— ¿Listo para ordenar?— Preguntó mirándome directamente a los ojos y, joder, de cerca se veía mas precioso.
Si antes no tenía un tipo ideal, este chico era exactamente el prototipo.

Pensé en coquetearle pero el chico se estaba impacientando.

— Un café, sin azúcar — Le dije y guiñé un ojo, riendo un poco al ver su tímida reacción.

Agarró su block de notas con fuerza y en voz baja me dijo
— E-en un instante.
Para irse casi corriendo.

Debí suponer, sin embargo que no seria "en un instante" mas personas habían llegado y el chico iba de mesa en mesa sin pasar por desapercibido por los demás, que como yo, le coqueteaban descaradamente y pasaban sus números.

Fault; markjae [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora