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Jinyoung nunca había sido un buen perdedor y ahora si que había dejado ir todo de entre sus dedos.
Había perdido a Jaebum, que mas que su novio y confidente era su amigo.
Youngjae, su mejor amigo, alguien a quien nunca iba a poder reemplazar, estaba completamente solo.

Veía desde lejos a Jaebum que se había tomado un tiempo de todos y se sentaba solo o evitaba andar en grupos. Lo conocía, siempre que necesitaba tiempo para pensar, se alejaba y eso era lo que estaba haciendo.

Youngjae al parecer salía con Mina, pero él lo conocía mejor, sabía que Youngjae amaba a Mark, habían estado juntos por años y no lo iba a olvidar así como así. Pensó en él, Mark...¿Qué demonios estaban pensando ambos?

Ahora era muy tarde para arrepentimientos, lo hecho, hecho estaba.

Youngjae no se sentía con ganas de ir a clase, y no lo hizo. Por alguna razón la cual odiaba, estaba pensando en Mark, ¿Por qué? Pero patéticamente, en su cama, llorando mirando sus viejas fotografías, cuando eran felices, lo extrañaba. Sabia que no era su culpa pero no podia evitar pensar en qué pudo haber cambiado ¿Por qué? Algo tan simple como eso. De verdad lo extrañaba mas que a nadie, ¿cono puedes dejar de amar a alguien tan fácil? Imposible, aunque tratara de ocultarlo y pretender que estaba bien, estaba muy lejos de la realidad.

En su mesa de noche, su celular empezó a sonar, Jaebum. Contestó de inmediato.

— Hola, Youngjae— Sonaba tranquilo al otro lado de la línea.

— J-jaebum, ¿Cómo estás?— No pudo evitarlo y un sollozo salió de sus labios, que no pasó desapercibido por el otro chico.

— ¿Jae? ¿Estás bien? ¿Quieres que vaya?— Preguntó preocupado.

— N-no, estoy bien, lo prometo— Finalizó pero el mayor había cortado la llamada.

Bien, ahora si podía ahogarse en su miseria sólo, y justamente esa persona lo estaba llamando.
Era débil, en serio que lo era por esa persona. Pero se lo prometió, no iba a contestarle a Mark. Bloquearlo seria muy inmaduro de su parte pero estaba a punto de hacerlo.

El teléfono siguió sonando por varios minutos, y leyendo un libro hizo lo mejor para ignorarlo.

Y junto a eso se sumó que alguien tocaba con insistencia el timbre.
Con todo su esfuerzo se levanto, hasta se habia enfermado de estar todo el día en la cama llorando.
Con pezadez bajó las escaleras dirigiéndose a la puerta, una vez que lo hizo se arrepintió de inmediato.

— ¿Qué haces aquí?— Sin siquiera intentarlo, su voz sonó fría.

— ¿Podemos...podemos hablar?— Preguntó en voz baja, sin mirarlo a los ojos.

— No— Y trató de cerrarle la puerta en la cara pero el chico metió su pie para evitarlo.

— Por favor, Youngjae, solo quiero hablar— "Me voy a odiar a mi mismo después de esto" pensó Youngjae.

— Entra— Dijo simplemente.

El chico miró alrededor, había estado muchas veces ahí pero ahora eso no era una opción, no era bienvenido ahí y lo sabía.

— Sientate— Youngjae solía dirigirse a él con amabilidad, esto era nuevo para él que le hablara y se comportara distante.

Con paso lento el pelinegro se sentó tímidamente mirando su regazo, no quería encontrarse con la mirada llena de odio del otro.

— Youngjae y-yo...me gustaría pedirte disculpas personalmente, sé que no cambiará nada pero no puedo seguir así, viéndote le lejos y no decir nada, callándome sobre esto, no tienes que aceptarlas — Suspiró, nervioso, sin embargo continuo ahora sin importarle si el chico lo estaba escuchando o no — Sé que tampoco las cosas van a volver a estar como antes y arruine todo, lo siento — Terminó, sintiendo la ansiedad correr por su ser, por una vez miró a Youngjae y el chico tenia una mirada seria, no podía descifrar que pasaba por sus ojos.

Fault; markjae [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora