7:00 am
Sentí el frío subir por mis talones hasta congelarme el cuerpo entero. La sabana de colores era tan corta que apenas me llegaba un poco más abajo de las rodillas. Y los unicornios zombies pigmentados en esta, parecían no sentir tal frío.
Desperté recordando que hoy se acercaba una de la peores tormentas de nieve que han habido en mucho tiempo. Odiaba un poco el frío, debía admitir.
Bajé los pies de mi cama y di un respingo al sentir el piso tan helado. Rápidamente abrí la pequeña caja que había en el suelo, de ahí tome un par de calcetines color gris y me los coloque. Me paré de la cama aún con la sabana enrollada entre las piernas. Arrastrando los pies, me detuve en el baño y me di una rápida mirada al espejo. Mi cabello marrón estaba completamente alborotado, tenía unas grandes ojeras debajo de mis ojos verdes oscuros debido a las pocas horas que dormí. Me tallé suavemente el ojo izquierdo mientras me sentaba en el toilet.
Luego de cepillarme los dientes y hacer mis necesidades, partí a la cocina. Encendí la estufa y puse a hacer chocolate caliente. Nunca desayuno. Odio toda comida de desayuno. Corn flakes, pancakes, avena, todo.
En unos minutos el olor a chocolate caliente inundó el apartamento. Fui a la sala y encendí el televisor. Con toda mi pereza logre poner el canal de las noticias.
-Traemos novedades sobre la gran tormenta de nieve. Al cabo de unas dos horas aproximadamente comenzaran los fuertes vientos y la nieve caerá en grandes cantidades. Hay altos riesgos de que la electricidad se corte...- en un segundo apagué el televisor. Odio que por culpa de una tonta pizca de nieve se lleven la electricidad.
-Joder...¿qué demonios haré yo sin luz?
8:30 am
Me encontraba aún en el cómodo sillón de cuero de la sala, enrollado con la sabana igual a un pedazo de sushi.
Vi el foco de luz parpadear rápidamente. De seguro en unos momentos ya se habrá ido la electricidad en todo el edificio. Que mierda de vida.
Negro.
Es lo único que veía. Gracias a que las ventanas siempre estaban cerradas y las cortinas siempre estaban puestas no entraba ni un solo rayo de luz, cosa que detesto.
-Aghh, puta mierda de luz.
Con la pierna alejé un poco la cortina dejando que la luz natural entrara, dejándome ciego por unos instantes. Tapé mi rostro con una mano, esperando a acostumbrarme a la luz de la ventana.
9:15 am
Nuevamente alejé la cortina y logré ver como la nieve comenzaba a caer poco a poco. Muchos se pondrían a saltar de la emoción y saldrían corriendo como niños pequeños gritando "NIEVE, ESTA NEVANDO". A cambio yo, ya estaba harto de ella. Son tantas las veces que he visto la nieve que comencé a detestarla.
Me paré vagamente del sillón y fui hacia mi habitación en busca de mi bocina portátil. La encendí y conecté mi celular con el "bluetooth". Realmente lo único que escucho es rock. Puse mi playlist en aleatorio y comenzó una canción que reconocí al instante. Me puse a cantar la canción en voz baja sin darme cuenta.
Unos golpes en la puerta me detuvieron. Arrastré los pies hasta la puerta y la abrí. Me encontré con un chico de unos veinte años. Cabello rubio y ojos azules, pero puedo jurar que por un momento, vi un toque de violeta en sus ojos. Simplemente... algo lindo. Estaba sin camisa, frente a mi.
-Hola, soy tu vecino de arriba. Por qué no... le bajas un poquito a tu música, ¿si?- dijo rompiendo el silencio. Su voz me hizo pensar dos veces lo de su edad. Se escuchaba muy masculina comparada a la mía.
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Mi vecino de arriba
RomanceSam pone su música favorita a todo volumen en medio de una tormenta de nieve. Oliver trata de dormir, pero la música de su vecino simplemente no se lo permite. Sam es un chico solitario. Oliver es una persona sin nadie con quien compartir su vida. ¿...