-¡Ya llegué!- la voz de mi esposo me hizo pegar un brinco.
-¡En la cocina!- grité de vuelta.
Hoy era despedida de año. Sam y yo teníamos una pequeña (gran) reunión en nuestra casa y yo estaba que me moría de los nervios. Hemos pasado varios años juntos, navidades, Día de Acción de Gracias, etc. Pero especialmente hoy, me encontraba muy, muy, pero muy nervioso. Les iba a dar una gran noticia. Sam aún no sabe nada, pero quería decirle a él antes de dar la noticia a todos.
-Hola amor.- dijo Sam al entrar a nuestra cocina.
-Hola cariño.
Sam se acercó a mi, me abrazó por la cintura y depositó un lindo beso en mis labios. Mi adicción a ellos no había cambiado.
-¿Cómo estuvo hoy?- pregunté.
-Agotador. Estoy que me muero del cansancio.
-Ve a bañarte. Descansa un rato en la tina. Sarah aún está durmiendo, yo tampoco he terminado la cena. Ve, te aviso cuando todo esté listo.
-No no, prefiero quedarme contigo. Te ayudo aquí, después nos bañamos juntos, nos preparamos y también a nuestra pequeña.- Sam era así. Por su trabajo casi nunca estaba en casa y por lo tanto no pasaba mucho tiempo conmigo y con la pequeña.
-Y mira que eres terco. Cariño, siempre haces lo mismo. Se nota que estás cansado, ve y duerme un rato.
-No.- siguió negando hasta que se cansó- Entiéndeme casi nunca estoy aquí, quiero estar contigo, hace tiempo no siento tu cuerpo. Necesito saber que me amas. Respiro tu amor hacía mi.
Sam es una persona seca y algo fría si la conoces al principio. Pero si lo conoces tanto como yo, te das cuenta que es una de las personas más tiernas y amorosas del planeta. Es un hombre increíble.
Me derrite escuchar cosas como esas, y más si son para mi. Y mejor todavía si vienen de él.
-Está bien. Ayúdame para terminar más rápido e irnos a bañar, ¿si?
Él asintió y en ese momento sonó el timbre de la casa.
-¡Ya voy!- dijo Sam. Fue hasta la puerta y se encontró con mi madre.
-¡Buenas! Sé que llegue un poco temprano, pero vine a ayudar un poco. Hijo, ¿qué tal?
-Un poco temprano, ¿mamá?- dije burlón -Gracias por venir más temprano, aún no termino la comida, no me he bañado, tampoco Sam y menos Sarah. La pequeña sigue durmiendo.
Y a mi madre casi le da un paro cardíaco.
-¡¿AÚN NO SE HAN BAÑADO?! Vamos fuera de aquí, vayan a bañarse, prepárense, arreglen a mi hermosa nieta que yo termino la comida. Vamos fuera.
Prácticamente nos sacó a patadas de NUESTRA cocina y nos mando a arreglarnos. Sam y yo subimos las escaleras. Él rápidamente se dirigió a la pequeña cama de Sarah.
-Hola pequeña. ¿Cómo estas? Papá ya está aquí.- cada vez que ve a su hija comienza a hablar como un bebe. Amo que le tenga ese amor a Cora a pesar de no ser su hija de sangre. Obviamente, ambos somos hombres, era imposible que yo saliera embarazado. Y tampoco estábamos muy cómodos con la idea de alquilar un vientre, así que la mejor opción fue adoptar.
-Sam, ven vamos a bañar a Sarah, cuando terminemos vamos y se la dejamos a mi papá.
Después de 30 minutos, mi pequeña se encontraba perfectamente lista.
Nuestro turno.
Fui el primero en meterme a la tina. El agua caliente relajó hasta el más pequeño músculo de mi cuerpo. Sentí a alguien a mi lado. Sam entró también. Su cara al sentir el agua caliente completamente, fue de alivio. Cada uno estaba en una esquina de la tina. Me cansé de no sentir el calor de su cuerpo y me recosté en su pecho desnudo. Amo estar así con él.
-Hace mucho no sentía tu cuerpo.
La voz ronca de Sam en mi oído me hizo estremecer. Me hizo entender que me necesitaba. Giré un poco mi cuerpo y lo besé. Al principio un beso tierno y lento, pero se tornó un beso necesitado, desesperado. Comenzó a bajar por mi cuello, pasando mi mandíbula y oreja. El pulso de mi corazón se aceleró, siempre ocurría cuando estaba en estos momentos con la persona que más amo. Sam mordió mi hombro, solté un pequeño grito.
-Shh, ¿no quieres que tus padres te escuchen verdad?
Negué con la cabeza, con mis ojos cerrados. Olvidándome de todo y dejándome llevar por sus besos.
Tomó mi cintura con sus manos y me sentó en sus piernas, por lo que me encontré un poco más alto que él, dándole mi pecho justamente donde quería. Comenzó un nuevo recorrido de besos y pequeñas mordidas bajando por mi pecho hasta llegar
a mis caderas.-¿Listo para demostrarte cuanto te amo?
Asentí, y en un segundo recordé lo que era sentirse amado.
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Mi esposo, con Sarah en brazos, y yo bajamos las escaleras y nos encontramos con todo perfectamente preparado. Mi madre se lució y dejó todo como quería.
-Mamá, esto es increíble. Gracias, no sé que haría sin ti.- la abrasé y besé su frente.
-Ay no me hagas llorar. Bueno ya, la comida está lista y los invitados están por llegar. -y justo ahí sonó el timbre y ella salió corriendo para recibirlos.
Busqué a Sam con la mirada y lo llamé. Ya era hora de decirle.
-Sam, necesito hablar contigo.
Su cara cambió y se mostró preocupado.
-Amor, ¿qué sucede? No me asustes.-No es nada malo. Es una noticia que quería darles a todos pero quería decirte a ti primero.
-Dime, te escucho.
Bien, aquí vamos.
-Aceptaron mi solicitud para volver a adoptar.
El rostro de mi esposo se iluminó con una sonrisa. Comenzó a llorar, él estaba tan ansioso de tener otro pequeño con nosotros.
-No puede ser, amor, eso es increíble.
Me abrazó fuerte. Me repitió al oido lo mucho que me ama y lo feliz que lo hago. Si este ser humano supiera lo que me hace sentir a mi. Estoy muy agradecida de haber sido su vecino de arriba.
-Sarah tendrá un hermanito.
-Así es.- yo también había empezado a llorar, no me pude contener.
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Gracias Sam. Por todo. Me haces feliz. Te amo tanto que daría mi vida por ti y por mis hijos. Gracias por permitirme entrar a tu vida. Gracias por aceptarme y enamorarte de mi. Tal vez no sea el mejor novio, o la mejor persona del cual enamorarse, pero soy tuyo y eso es perfecto para mi. Te amo. A ti, a Sarah y a Alek. Gracias mi amor.FIN
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Mi vecino de arriba
RomanceSam pone su música favorita a todo volumen en medio de una tormenta de nieve. Oliver trata de dormir, pero la música de su vecino simplemente no se lo permite. Sam es un chico solitario. Oliver es una persona sin nadie con quien compartir su vida. ¿...