El primero en bajar fue un niño de pelo castaño y ojos azules, iguales que los de su madre. Pero con una diferencia, pequeñas manchas decoraban la pálida piel de su cara. Aquel azul brillaba en su camino hacia mí y con una sonrisa tímida en la cara sus mejillas pintaban un color rojizo leve.
—Roger, saluda a Brook —alexa se coloca de cuclillas al mismo nivel que el niño.
—Hola.
—¿Que tal? —sonrío.
Su mirada se dirige a la de su madre, sin nisiquiera responder. Jugaba con sus manos nerviosamente.
—Ella será tu nueva hermana Roger —frunce el ceño.
Con la mano le indica a su madre que se acerque y cuando cumple con la orden, le susurra algo al oído cubriendo con este su mano. Su madre se separa rápidamente.
—Pues te acostumbras Roger. —exclamó irritada.
Al parecer mi llegada no solo ha inquietado al Sr. Jones. Si no que también al menor que se encontraba parado en el último escalón. Con sus brazos cruzados y boca curvada, me dedicaba una mirada de odio.
Mis pensamientos se ven interrumpidos en cuanto pasos y gritos ruidosos se escuchan bajar.
—Al fin! Gracias Dios por escuchar mis plegarias —mi cabeza se hizo para atrás en un acto de sorpresa. De las escaleras una pequeña bajaba brincando los escalones—, finalmente, una chica.
Al llegar a la planta baja me abrazó, captando me desprevenida en el momento. Mi cuerpo se tenso y a mi cabeza llegó la imagen de mi abrazando a la señora Jones. ¿En qué estaba pensando?
—Eres mi salvación. —se separa, dando dos pasos hacia atrás para mirarme completa—, nada mal ¿eh? —asiente ¿Que fue eso? —, no sabes lo que es ser la única niña rodeada de tanta testosterona —señala al bebé— y baba. De todas formas, Soy Annie.
—Brook.
—Lindo nombre —sonrío por educación.
—¡Sin mal no recuerdo, no solo di a luz a dos. Bajen! —la voz ronca de la Sra. Jones hace acto de presencia en el salón.
¿Hay más?
—¿Tengo que recordarte en lo mal que coordinas el tiempo madre? Si mal no recuerdo, dijiste que llegaban en cuanto el sol muriera. Y aquí estás. Dos horas y cincuenta y tres minutos antes. —Pasos se aproximan y lo siguiente que veo me deja boquiabierta.
El olor a fragancia de hombre inunda mis fosas nasales, aunque sea mucho, es un olor adictivo, cual ansiaba oler mas de cerca. Su pelo negro como las plumas de un cuervo, caen a los lados de su rostro. Ojos avellanas con rasgos verdes me miran profundamente, rasgando mi alma. La piel bronceada y su músculos al contraerse en cuanto se abotona el último botón restante de su camisa perfectamente planchada, color azul celeste. Habian causado que jadeara en un suspiro.
—Y llegas ni más ni menos cuando me preparaba para la visita —termina de decir en cuanto llega al costado de su madre—, Matthew Jones —su mano se levanta hacia mí.
En cuanto nuestras manos hacen contacto, algo dentro de mi se retuerce. La calidez de su piel transmitiendola a la mía, provocó que por unos segundos cerrara mis ojos. Siendo obvia de la atracción inmediata de capte hacia este.
—Matthew, ella es Brook —habla por mi Alexa. Tenía que salir de mi hipnotismo, no quería ser más obvia de lo que ya había sido.
—Uhm....sí. Brook Williams —corrijo.
—Un gusto Señorita. —sonríe.
¡Y por Dios! La sonrisa más hermosa que había visto jamás.
—Matt ya puedes ir de largo, ella es mía —Reclama Annie.
—¿Tuya? —interroga dirigiendo la mirada hacia ella, y sin sus ojos avellanas sobre mi siento como puedo respirar nuevamente.
Una sonrisa maliciosa de asoma en el rostro de aquella joven —Mi compañera del crimen —termina.
—Genial —Su mirada recae en mí, y dice—, espero que te gusten las bromas. Porque sin duda, las vivirás dia a dia, cariño.
Me enrrede ¿Bromas?
—Matthew. —Alexa llama al joven—, ¿Y tu hermano? ¿Por qué no baja?
—No se madre, tampoco soy su niñera —dice para después caminar doblando hacia uno de los pasillos. Restándole importancia.
Así que... ¿Queda uno más por conocer?
L&T
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Perfecto Desastre
Fiksi RemajaNo solo eran los sentimientos de Brook Williams que la aterraban a intentar. Ahora era el deseó, cual la arrastraba hacia lo imposible. ¿Enamorarse de tu hermanastro? Pff...no existe tal cosa. ¿Oh si?