¿Y ahora qué le diría?
-¿Qué? - alcanzó a decir.
-¿Que si tú fuiste a la última habitación? - la miraba fijamente.
-Papá, se rompió - llegó Aiden con hombre de lego, roto. -¿Puedes curarlo?
-Si, dame un momento, estoy hablando con Des
-Papá, morirá - insistió el niño haciendo un puchero.
Drew suspiró, se levantó de su asiento y fue hasta la sala, donde pegó el pequeño muñeco con pegamento.
No sabía qué le iba a decir, no sabría que pasaría sí le decía que si pero sí mentía en algún momento iba a darse cuenta, pero ese era un riesgo que debía tomar.
-No, - respondió la muchacha intentando sonar natural - no fui yo
-Bien, de seguro fue Aiden - dijo desinteresado.
Destiny se limitó a sonreír incómoda
-Pero, no quiero que nadie entre ahí - agregó.
Mucha curiosidad.
-¿Por qué? - salió de su boca sin su consentimiento.
-Dicen que la curiosidad mató al gato - comentó.
Tenía razón, no debería meterse en asuntos ajenos, podría salir perjudicada.
-Lo siento - respondió.
Drew la miró y sonrió.
-Vamos al jardín - dijo terminando su té.
Aiden corrió a su habitación y volviendo con un crayón y una hoja de papel se acostó panza abajo en el césped, miró a su padre y a su niñera hablando animadamente y tomó inspiración.
Ya caída la noche, Drew ordenó a Aiden ir a dormir.
-Pero, papá...
-Nada de peros, es tarde ya, despídete de Des y ve a tu habitación
El niño, resignado, se despidió de su niñera con un abrazo.
-Hasta mañana, cielito, descansa.
-¿Podrías contarme cuento? Por favor
La joven asintió dulcemente y siguió al niño hasta su habitación. Preparado en su cama hizo un espacio para que su niñera se sentara.
-Érase una vez un pueblo, donde vivían muchos gatos felices. Por el día acompañaban a sus dueños que los acariciaban y les daban de comer, y durante la noche iban saltando de tejado en tejado.
Había gatos de todos los tamaños y de las razas más extrañas, pero entre todos ellos Fígaro era diferente. Fígaro tenía pelaje muy blanco, ojos negros y unos grandes bigotes. Mientras los demás felinos perseguían a los ratones o jugueteaban sobre los tejados, él prefería contemplar la luna. Pasaba largas horas viendo cómo su reflejo plateado bañaba todo el pueblo.
"Vas a quedar tonto de tanto mirarla", le decían los otros gatos que no entendían su interés.
Pero a Fígaro no le importaba. Aquella vida rutinaria de salir a cazar ratones lo aburría. Aquella misteriosa y distante luna redonda lo hacía soñar. Soñaba con alcanzarla, con abrazarla y entender qué magia le permitía transformarse de manera tan increíble.
Solo su amiga Calipso se preocupaba por él y trataba de que se olvidara de aquella obsesión. Fígaro que disfrutaba hablando con ella le decía: "¿No ves lo hermosa que es? Hoy está más brillante y grande que nunca, pero también más lejos. ¿Podremos algún día llegar hasta donde está?"
Un buen día los gatos dejaron de hacerle caso, incluso Calipso que se había cansado de escucharlo suspirar. Hasta que Fígaro desapareció de aquel pueblo y nadie lo volvió a ver.
"Se ha ido a perseguir sus sueños. ¿Habrá alcanzado la luna?" Se preguntaba Calipso nostálgica.
Lo cierto es que en las noches de luna llena, si la miras con detenimiento, entre algunas de sus manchas oscuras se distinguen unos bigotes alargados. Y hay quienes dicen que incluso han visto una forma de gato. Pero no todos lo pueden ver, solo aquellos que tienen alma de soñadores.
-Entonces, yo podré verlo algún día - contestó el pequeño que aún yacía con sus ojos abiertos, escuchando con atención la historia.
-¿Con qué sueñas? - preguntó curiosa.
Aiden lo pensó por unos segundos y finalmente dijo:
-Con tener una madre algún día, creo
Destiny sintió su corazón hacerse pequeño al oír aquella frase y lo besó en la frente.
-Descansa
Se levantó y se acercó a la pared de dibujos cuando notó que había uno nuevo. Este contenía tres personajes, uno parecía ser el padre y otro la madre, ambos tenían una "D" arriba de sus cabezas, a diferencia del niño en medio de estos con una "A". Lo tomó sin que Aiden se diera cuenta y salió.
Entró en la cocina, totalmente conmovida, limpiando una lágrima que se escapaba. Drew alcanzó a verla y preguntó a qué se debía.
-Mira - le mostró el papel.
El muchacho lo miró y sonrió enternecido.
-Él necesita crecer con una figura materna
Drew se limitó a suspirar y volteó su mirada hacia Destiny.- No se supone que te diga estas cosas pero, creo que yo también me siento solo a veces ¿sabes?
La chica sólo lo miraba escuchando detenidamente.
-Cuando era pequeño, tenía compañía y era muy feliz, hasta que un día me la arrebataron, nunca tuve muchos amigos y era pésimo escogiendo novias, creo que puedes darte cuenta con Sasha... -soltó una pequeña risita.
-¿A qué te refieres con que te la arrebataron?
Antes de que Drew pudiera contestar, sonó el celular de la joven. Era su padre.
-Lo siento, debo contestar.
Contestó la llamada y alcanzó a escuchar al Sr. Malone decir que su madre había llegado a buscarla y que debía volver rápido a casa.
-Lo siento, debo irme, tengo un problema en casa y debo llegar en seguida.
-Claro, no te preocupes. Ve.
En cuestión de minutos, Destiny se encontraba afuera de su casa cuando escuchó gritos.
-¡¿Destiny, dónde demonios estás?! - se podía escuchar a su madre desde afuera.
La muchacha entró y miró a su padre intentando calmar a su madre pero esta hacía caso omiso a todo lo que se le decía.
-¿Qué es lo que pasa?
-Ah, ahí estás, a ti era a la que quería ver - se acercó furiosa.-¿Qué le dijiste?
-¿A quién? ¿De qué hablas?
-¡Responde! Sé que fuiste tú
-¡No sé de que estás hablando! - vociferó Destiny.
-Robert se fue, alguien le dijo que yo estaba saliendo con otro y me dejó ¡sé que fuiste tú!
-¡Por favor, mamá! No tengo nada que ver con eso
-Lo hiciste porque estabas enfadada porque dejé a tu padre - recriminó.
El padre sólo se detuvo a ver la escena sin saber qué hacer.
-Por más enfadada que estuviera no lo haría, no me interesa lo que pase con ustedes dos, ni siquiera quería verlos
-¡Mentirosa!
-¡Destiny dijo que no lo hizo! - habló finalmente el padre.-¿Cómo te atreves a venir a MI casa a gritar y acusar a mi hija de algo tan absurdo como eso? Vete de aquí ahora, no tienes derecho a estar aquí.
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La Niñera
RomanceDestiny Malone, una joven solitaria de veintiún años que aún vive con su padre. Es contratada para cuidar a un tierno niño de siete años. La muchacha descubrirá que su jefe tiene un oscuro pasado en su estadía en la residencia Straight, mientras por...