Mi Reina *~{KaZe}~*

CAPITULO 2: La Furia Desatada

El Comienzo parte 2

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Mi nombre es Zero Kiryu, soy un Dragon-Shifter, un cambia forma y una especie rara de dragón, ya que mi color de piel es muy diferente entre dragones. También tengo más poderes elementales que otros dragones y soy uno de los descendientes del Clan Kiryu, uno de los clanes más poderosos de dragones que haya existido en el mundo.

Soy conocido como el próximo rey, reina o emperatriz entre los dragones. Además, soy un príncipe. Odio mi vida porque soy un maldito príncipe, y no solo yo. Mi gemelo también lo es, pero nadie sabe de él. Fuimos separados a los tres días de nacidos porque él había nacido más débil y nuestros padres tenían miedo de que le pudiera pasar algo, así que lo enviaron a unas tierras lejanas donde solo yo sé dónde está. Él está protegido por dragonas, todas ellas Betas. ¿Por qué dragonas? Bueno, él y yo somos muy, pero muy especiales entre los dragones. Aunque somos hombres, podemos tener descendencia con otros barones. En mi caso, puedo tener crías con una hembra o macho, y mi hermano solo con machos.

Es por eso que él está protegido solo por dragonas, pero no cualquier tipo de dragonas, son guerreras. Yo, por otro lado, no necesito la misma protección que él, así que estoy por mi cuenta.

Solía ser un dragón muy despreocupado, dulce, amable, también muy juguetón con otros. Hasta que me forzaron a formar un lazo con un dragón que yo no amaba o quería. Simplemente porque soy un maldito Omega, eso no significa que sea como otros Omegas en esta tierra. Yo no soy sumiso, ni en mi forma humana ni en mi otra mitad, mi forma de dragón. No necesito a nadie que me proteja o alguien que piense que seré sumiso con ellos.

En nuestra raza, hay tres tipos de lazos. El primero es el Juramento, el segundo el Lazo de Sangre, y el tercero es el Lazo del Vuelo, donde dos dragones necesitan descender desde la cima de una montaña alta, unir nuestras colas juntas y soltarnos antes de que toquemos el suelo. Y la más especial, la marca de apareamiento, donde la hembra o macho dominante muerde la parte posterior de nuestros cuellos. (A/N: Esta es la más importante, ya que se hace por instinto).

¿He mencionado la razón por la que no me puedo someter a cualquier dragón dominante? Voy a decírselo. Bueno, tengo genes alfa en mí, yo no soy el tipo normal de Omega. Yo no me puedo someter a nadie a menos que sea mi alma gemela, por la cual estoy enlazado desde el nacimiento.

En mi caso, solo hice el primer lazo, que es el Juramento. Aunque haya sido forzado a aparearme con ese dragón, nunca fui marcado por él ya que no lo permití.

Ahora permítanme contarles qué sucedió antes de escapar de la tierra que tanto llamé hogar.

- Puntos de vista de Zero y Kaito -

Punto de vista de Zero:

Dos hermosos dragones estaban jugando alrededor de un dragón de piel plateada que solo reía por cada pequeña cosa que hacían los pequeños. Zero movía su cola para conseguir la atención de los cachorros, y una vez que ambos cachorros vieron la cola de su madre, comenzaron a atacarla. Dandoles una sonrisa a sus cachorros, Zero se relajó, aún moviendo su cola para jugar con ellos. Esto es algo que él siempre hace al salir de caza, sabiendo que tiene dos cachorros enérgicos. Una vez que sus crías están exhaustas, él se para.

"¡Bien, mis pequeños, es la hora de la siesta!", dijo. Cogió a su hija por la cola (la pequeña iba viendo todo boca abajo) y empezó a caminar a pasos lentos. Esperando a que su hijo le siga el paso, Zero dio un pequeño brinco cuando siente unos dientitos en su cola.

Mirando por encima de su hombro, vio a su hijo mordiendo su cola. Zero alzó su cola al ver que su hijo estaba dormido, la movió para ponerlo en su espalda, tratando de liberar su cola de la boca de su hijo, pero falló en el intento. Él comenzó a moverse en dirección a su cueva, una vez dentro, puso a su hija en el pequeño nido que había hecho antes de que nacieran. Pasando ahora a su hijo desde su espalda para ubicarlo en el nido, intentó liberar su cola de la boca de su hijo, pero falló una vez más.

"Venga, Hikaru, mi luz. Deja ir la cola de mami, querido", dijo Zero, acariciando la mejilla de su hijo con una de sus garras, pero viendo que no logra que le suelte. Soltó un suspiro y se sentó, viendo movimiento desde la esquina de su ojo derecho.

"Mamá?" Dijo su hija, medio dormida. "Sí, mi querida Airi?" le dijo a su hija.

"Yo te ayudo, Mami," Airi le dijo. Avanzando hacia su hermano poniendo su cola sobre su nariz. Una vez que su hermano sintió el olor de su hermana, movió su pequeña cabeza hacia la cola de su hermana y la mordió. Airi dio un brinco al sentir la fuerte mordida de su hermano, pero una vez que sintió que aflojaba su mandíbula, se relajó y se acomodó junto a él. Ahora ambos dormían.

Zero, por otro lado, veía con una expresión divertida cómo su hijo dejaba ir su cola para morder la de su hermana. Eso era algo nuevo para Zero. Él hizo lo posible para que su hijo dejara ir su cola, pero solo falló intentándolo. Solo para que su hija viniera a ayudar poniendo su cola en la nariz de su hermano para dejar ir la suya. "WOW, que rápido fue eso", pensó Zero, lamiendo las mejillas de sus cachorros. Se dirigió a la entrada de la cueva, echando un vistazo sobre su hombro, sonriendo al ver a sus bebés.

Punto de vista de Kaito:

"Zero, ¿dónde carajos estás?", grito a todo pulmón. Entró en la cueva donde podía encontrar a sus cachorros durmiendo en su pequeño nido. Kaito se acercó al nido para poder ver a esas crías que tanto odiaba y despreciaba.

"Todo por estos malditos cachorros, no puedo aparearme con Zero de nuevo. Pero eso va a cambiar, una vez que estos cachorros hayan desaparecido, haré a Zero nuevamente mío," pensaba, mientras daba vueltas alrededor del nido en su forma humana. Él tomó varios pasos atrás para quedar lejos del nido y se transformó en su forma de dragón, caminando nuevamente hacia el nido de sus cachorros, extrayendo sus garras de sus patas delanteras y clavándolas lentamente en sus cuerpecitos. Vio cómo empezaban a despertarse de su siesta.

"Pa... Papi... Papi?" ambos cachorros decían al mismo tiempo, mirando a su padre con miedo, terror y tristeza.

Kaito bajó la cabeza, abriendo su boca y mordiendo el cuello de su pequeña hija. Amando cómo ella se retorcía de dolor y cómo luchaba para liberarse de sus garras. Mordiendo con mucha fuerza, oyó cómo el cuello se rompía entre sus mandíbulas, y sonrió al escuchar ese sonido. Dejó caer a su hija en el nido, pasando ahora a su hijo y haciéndole lo mismo.

Una vez que ambos cachorros estaban muertos, se movió hacia la entrada de la cueva. Una vez sentado afuera, empezó a limpiar la sangre que tenía en sus garras y boca. Sentía un gran placer ahora que había matado a sus cachorros. "Ahora a esperar, mi hermoso Zero," pensó Kaito, "esta vez él me dará las cinco crías que quiero o más, no solo uno o dos cachorros de mierda." Kaito pensó, sintiéndose orgulloso de sus logros.

Pero lo que no sabía era que estaba a punto de desatar la furia de Zero.

Fin del capítulo.