Capítulo 4

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Ah, ¿qué es esto?

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Kagome POV

Era una noche helada y yo me había quedado únicamente con Kohaku, la anciana Kaede y Rin para proteger la aldea. Todos habían ido a una aldea un poco apartada para un gran trabajo de eliminación de unos demonios poderosos. 

La familia del jefe de esa aldea era la atacada, pero al parecer el demonio era un obsceno que iba detrás de la hija del jefe, que se supone que es una belleza. No me sorprende porqué Miroku estaba muy emocionado con su deber en "defender y servir" a cualquiera que lo necesitara. Obviamente Sango fue a cuidarlo de cualquier niñería que pudiera hacer.

Había sentido la presencia de unos demonios, deberían ser poderosos, además de eso pude sentir la presencia de muchos, de hecho, demasiados. Yo debía proteger la aldea,  así que fui a ver de qué se trataba. 

Rin se había quedado en la aldea junto con Kohaku para cuidar a los hijos de Sango y Miroku. 

Esta vez, llevaba un kimono verde claro con algunos detalles de flores de sakura, también llevaba mi carcaj en el hombro para combatir a los demonios.

Podía detectar a algunos demonios gracias a que, en el corto tiempo que he estado aquí, he entrenado para controlar mejor mis poderes espirituales y ser una mejor sacerdotisa, gracias a la instrucción de la anciana Kaede.

Sentí de nuevo la presencia de los demonios, entrecerré los ojos y respiré profundo. Seguro sería una pelea exhaustiva, estoy sola y son muchos. Aún así la aldea depende de que yo pueda eliminar a cada uno de ellos, no puedo permitir que algo le suceda a las personas que son muy importantes para mí.

Tiré una flecha con mis poderes espirituales a un punto claro del bosque, que iluminó todo su trayecto, permitiéndome ver el aspecto de los demonios, lobos de un color violeta oscuro, tenían los ojos rojos y enseñaban los dientes. 

La flecha rozó a uno de los demonios que emitió un leve chillido, que provocó un aullido que lo siguió de otro, luego otro y otro. Tomé rápidamente otra flecha de mi carcaj, la coloque en el arco, lo tensé y disparé precisamente a uno de los lobos, exterminándolo. 

Los demonios me atacaban y yo trataba de matarlos, parecían infinitos. Parecían ser débiles y de bajo nivel demoníaco, pero eran interminables. No importaba cuánto me esforzara, cuánto luchara... parecía que no lo lograría.

Comencé a marearme, mi ropa se teñía de un color rojo intenso, mis heridas ardían cada vez más. Me sentía tan agotada, ya no podría continuar.

Un demonio me empujó tan fuerte que perdí el equilibrio, mi mareo emperoró aún más y comencé a cerrar los ojos, sabía que hasta aquí podría llegar. 

Cada vez estaba más cerca del suelo, ya podía sentir esa áspera superficie golpear contra mí.

Tiré mi última flecha y maté a ese demonio, no importaba que lo hubiera hecho, habían muchos otros aparte de él.

Finalmente impacté contra el duro suelo, mi cabeza pareció haber rebotado y caído de nuevo. Quedé tendida en el suelo escuchando a los demonios aullar a mi alrededor. Cerré mis ojos esperando mi final. ¿Así sería como acabaría todo?

- Ayúdenme - murmuré, aunque sabía que nadie lo haría.

Luego, inesperadamente, escuché cómo los demonios gemían y parecían tratar de luchar de nuevo. Abrí mis ojos sorprendida, lo más rápido que mi mareo y dolor de heridas me permitió, viendo quién podría al fin ayudarme.

Me sorprendí que Sesshomaru era quien estaba allí.  Su larga cabellera platinada y su estelo sumamente blanca bailaban en el viento mientras él mataba a los demonios con su látigo verde. ¿Él había venido a rescatarme?

Comencé a ver todo borroso, estaba comenzando a perder el conocimiento. Lo último que alcancé a ver fue a Sesshomaru derrotando a todos los demonios con una envidiable facilidad.

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Sesshomaru POV

Noté la presencia de algunos demonios cerca de donde estaba. Me sorprendió que la presencia de aquella humana también estaba ahí. Los demonios parecían ser simples Levemente sentí su presencia, ya que se sentía débil. Algo debió haberle pasado.

Al llegar al lugar ella estaba casi inconsciente. Me dirigí al frente de ella, donde los demonios estaban. Comencé a matarlos con mi látigo verde, no fue muy difícil, pero eran demasiados.

La verdad, me sorprende que ella pudiera matar tantos como lo hizo. No esperaba que fuera tan poderosa.

Inesperadamente me alivia que no le haya pasado nada grave. Aún así debe ser atendida por alguien. Pensé en llevarla a su aldea, ahí debería estar la anciana que cuida a Rin. 

En mi palacio hay personas calificadas que pueden ayudarla, además, yo quiero llevarla a mi palacio. Ya está decidido.

La cargué entre mis brazos y me elevé al cielo. Noté que sus labios estaban entreabiertos con un tono rosa. Me distraje un momento, pero volteé a ver a otro lado bruscamente.  Solo debo llegar al palacio cuanto antes.

Al llegar al palacio todos los sirvientes me dieron la bienvenida haciendo reverencias. Rápidamente me conduje hasta la habitación que está junto a la mía, la que ahora va a ser de ella. 

Llamé a una de las sirvientes, Nanami, que es herborista y sabe cura adecuadamente.

- Cuida de ella. Avísame cuando despierte - dijo mientras la ponía sobre la cama en el centro de la habitación.

- Sí, Lord Sesshomaru - respondió mientras hacía una reverencia.

Salí de la habitación y fui a la mía. Me paré frente a una de las amplias ventanas que tenía vista hacia uno de los jardines.

¿Por qué la traje a mi palacio? ¿Por qué no la dejé en su aldea?

No logro concentrarme. Es realmente frustrante, mi palacio simplemente no se siente en paz.

Yo no me siento en paz.

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