"Manadas" (2T) *Teen Wolf*

"Beta" parte 1

   Durante la noche me costaba conciliar el sueño, no paraba de pensar en lo que significaba que el abuelo de Allison, Gerard Argent, haya venido a Beacon Hills. Mató a un omega inocente, Scott me contó exactamente cuáles eran sus palabras y no había manera de malinterpretar el hecho de que le haya declarado la guerra a los hombres lobo. Eso me preocupaba a sobremanera. Gerard había venido en busca de venganza, por Kate, por su hija.

   En cuando a Jackson, él había pedido la mordida, y Lydia y yo habíamos sido mordidas por un alfa. No estaba segura de que pensar con respecto a eso.

   El otro día cuando seguí a Jackson al baño escuché que Derek le decía que su cuerpo estaba luchando contra la mordida, al igual que Lydia supuse, ya que a ambos los había visto sangrar negro. Y no tengo idea de que es lo que pasa conmigo, no noto ningún cambio, pero tampoco estoy muerta así que... en verdad no sé lo que eso signifique.

   No paro de dar vueltas en la cama. Me siento y miro a todos lados, como si buscara algo, pero no sé qué. Comienzo a caminar de un lado para el otro y decido bajar, busco algo para comer y continuo dando vueltas por toda la casa.

   Vuelvo a mi habitación dispuesta a dormir, son las cuatro de la mañana y aun no logro conciliar el sueño, no puede estar pasándome esto. Me siento en mi escritorio, prendo la luz de noche y abro un libro. Comienzo a leer línea tras línea, pero no estoy prestando atención realmente. Me quedo mirando a la nada unos minutos y cierro el libro.

   Casi como si fuera controlada por otro ser, recojo un abrigo y salgo por la ventana. Camino por el balcón y paso una pierna por encima para luego saltar. Ni siquiera me detuve a pensar en la altitud, solo lo hice.

   Comencé a caminar sin saber a dónde iba, era como si estuviera siendo guiada por una fuerza sobrenatural de la que no comprendía. He tenido bastante de esto últimamente. 

   Me detuve en frente de la que ahora era la casa de Derek. ¿Qué diablos estoy haciendo aquí? Me doy vuelta para volver a mi casa, es una locura, no sé qué me está pasando.

   Me apresuro a caminar mirando al suelo para evitar caer en la oscuridad y choco de lleno con alguien. Alzo la mirada asustada, lo que menos quería era cruzarme con Derek, planeaba irme y simular que nada había pasado por aquí. Pero cuando no son los verdes ojos de Derek los que me devuelven la mirada, sino unos celeste grisáceo, retrocedo un poco para apreciarlo mejor.

— ¿Isaac? ¿Qué haces aquí?

— Ámbar, ¿Tú que haces aquí?

— Yo pregunté primero.

— Pues, yo, pregunté después.

— ¿Ámbar? -Es la voz de Derek la que hace que me paralice.

   Volteo lentamente con una sonrisa nerviosa en mi rostro.

— Derek -digo con voz chillona.

— ¿Qué haces aquí?

— En realidad, no lo sé.

   Derek mira por encima de mi hombro, conectando la mirada con Isaac seguramente.

— Pasen.

   Volteo a ver a Isaac y él me hace una seña de que si yo paso él pasa. Agarro coraje y camino. Paso por al lado de Derek ya que no se hace a un lado para que entre sino hasta que es el turno de Isaac.

— Siéntense.

   Me acomodo en uno de los asientos. No se ve nada lujoso, pero esta especie de estación de tren abandonada, es mucho mejor que los restos de la casa quemada de los Hale, donde por razones obvias ya no era seguro estar.