"Lo que esta entre comillas son pensamientos" -Lo que esta entre guiones son diálogos-
Capítulo 21: Intentos y esperanzas.
Inuyasha se quedo anonadado al ver a la sacerdotisa, al igual como lo estaba Sango quien se encontraba arrodillada en el suelo protegiendo a Kohaku. Kikyo tenía la mirada fija en Inuyasha y solo por un momento, por un pequeño instante Inuyasha pensó en que ella no había perdido la memoria, que no había pasado por la misma suerte que habían pasado los demás. Pero se había equivocado.
-Aléjate de ellos- Dijo mientras volvía a colocar una flecha en su arco para dispararle.
-¿Estas loca?- Inuyasha se puso delante de los exterminadores.
-Que conste que te lo advertí- Kikyo entrecerró los ojos antes de soltar la flecha.
-¡Inuyasha!-
Inuyasha gruñó antes de desenvainar a colmillo de acero.
La flecha sagrada impactó contra colmillo de acero provocando un destello de luz que hizo que Sango y Kohaku se cubrieran los ojos.
Inuyasha abrió enormemente los ojos al ver como la flecha sagrada purificaba el poder demoníaco de su espada. Colmillo de acero poco a poco iba convirtiéndose en aquella espada oxidada que había visto por primera vez.
Antes de que ocurriera eso, Inuyasha luchó para apartar la flecha sagrada de su colmillo de acero. Empujo con todas sus fuerzas y lo logró. La flecha sagrada salió de su colmillo de acero dando volteretas en el aire para caer a los pies de Kikyo.
Kikyo sonrió con un poco de malicia.
-Demasiado tarde-
Inuyasha miró su espada y efectivamente Kikyo tenía razón. Colmillo había dejado de tener esa apariencia majestuosa que lucía cada vez que Inuyasha peleaba con un enemigo para convertirse en una inservible espada oxidada.
-Maldición- Gruñó.
-No puede ser... Colmillo de acero...- Sango miró a Inuyasha, quien estaba mirando su espada.
-Esta es la última advertencia hanyou. Alejate de ellos-
-Sango llévate a Kohaku-
Sango asintió mientras se ponía de pie junto a Kohaku. Comenzó a caminar hacía Kirara y miro hacía atrás donde se encontraba Inuyasha antes de subirse sobre el lomo de su gata.
Inuyasha miró por encima del hombro como Kirara alzaba el vuelo. Se giró para mirar a Kikyo quien ya tenía puesta una flecha en su arco que apuntaba directamente al pecho de Inuyasha. Los dos se miraron fijamente a los ojos antes de decirse algo. Por más que Inuyasha busco una pizca de reconocimiento en los ojos de Kikyo, no encontró nada.
-Me alegra volver a los viejos tiempo, Kikyo- No era cierto, no se alegraba en absoluto.
Kikyo se sobresaltó e Inuyasha pudo sentir como ella se había descompuesto por unos segundos.
-¿Cómo sabes mi nombre?-
Inuyasha la miró fijamente. Tenía tantas ganas de decírselo pero de nada serviría.
Pensó en todo lo que habían pasado y no pudo evitar sonrojarse al recordar la vez en que tuvieron relaciones sexuales en el bosque.
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