El comienzo ... ¿ otra vez ?

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(Apróximadamente 15 días después... creo)

¡...PIP...PIP...PIP...PIP..! Ese sonido... otra vez... 

- ¡ Aaaaaagh ! ¡Cállate ! - Golpeé el despertador de mi mesita y bostezé. - ¿Por qué te instalé?

Estaba tan cansada, gracias al centenar de pesadillas de anoche, que seguramente odiaba el despertador... y al mundo... y a mí maldito accidente ... y a mi memoria... y...  ... ¡Aaaagh! Odiaba al mundo y punto.

Bueno... Me calmaré. Me levanté , me dirijí al baño , y en el espejo ví a un demacrado rostro cansado con claros ojos verdes y azules , pecas y un liso , un poco ondulado y acaramelado cabello que llega hasta dieziocho centímetros exactamente después de mis hombros. Un cuerpo alto y esbelto, de nadadora, el deporte que, según me acuerdo, es el que practico... ¿o practicaba?

Me lavo la cara, nostálgicamente,  al no poder... recordar. Uso mi crema habitual , me lavo las manos , con mi jabón habitual , me pongo mi desodorante habitual... pero al dirijirme a la puerta del baño para salir veo una... ¿visión? No. No puede ser, estaría loca , ¿no?

Me dirijí rápida y asustadamente a mi cama, dónde me sente para calmar el mareo que sentía gracias a la confusión y la serie de imagenes que acavaban de pasar por mi mente.

Ok, cálmate... -me dije a mí misma.- No tiene que ser una visión obligatoriamente ¿verdad?Puede que sea un ... ¿recuerdo? Sí. Eso debe ser. Seguramente debe de ser eso, sí, un simple e inofensivo recuerdo... ¿o estoy alucinando..?

Una voz conocida interrumpió mis preocupaciones y alarmantes ideas de locura.

- ¡Ann! Baja ya a desayunar. ¿cómo es que te demoras tanto en vestirte?

Cierto, vestirme.

¡Ya voy! -le grité devuelta. Me sumergí com de costumbre en mi clóset en un busca de algo que ponerme. Al final me decidí básicamente por unos jeans ajustados con las rodillas rasgadas y mi jersey color rosa pastel favorito, también me puse mis zapatillas adidas, y salí como un cohete hacia la cocina.

La cocina estaba como, según recuerdo, la deje. La pequeña mesa de desayuno con cinco sillas, las tazas recien preparadas, el diario de hoy desparramado sobre la mesa, y papá como siempre primero en la mesa, radiante, leyendo una de sus típicas revistas de aviación.

- Annie, oye, ¿desde cuándo las escaleras miden catorce metros? -preguntó risueño.

- ¿Qué? Ah es por la demora. Lo siento -dije forzando mi mejor sonrisa tierna.- Es que ha sido el nerviosísmo por lo del primer día... ya saben. Y... cambiando de tema, ¿dónde estan John y Hanna? Por cierto, mamá... ¿Podrías prepararme mi café?

- ¿Qué? Pero solo tomas café cuando te sientes muy cansada ¿Tan mal dormiste? -pregunto papá sorprendido. No sé como lo hacía para estar tan risueño.

- Bueno...sí. Ya saben... Es por la emoción... por lo delprimer día...nada más. -no mentía, pero no solamente eso era por lo que dormí tan mal. Toda la noche había tenido una... especie... de pesadilla. Eran como pedazos... fragmentos... de antiguos recuerdos. Al principio solo comenzó con mis dos mejores amigas, Emily Campbell y Claire Brown, y yo sentadas en nuestra cafetería favorita tomando lo típico, un simple chocolate caliente. Luego... un millón de imágenes borrosas aparecieron en mi mente. Fue muy extraño... era un... un chico... James. Él me llamaba... mientras yo corría, pero no estaba asustada ni horrorizada, solo corría. Mientras lagrimas, pequeñas, se me escapaban. Por cierto, James era muy apuesto, pero aún así no podía entender por qué en una de las mil imágenes que vi, se acercaba muy lentamente a mi rostro cuando yo giré la cabeza y me fui, caminando. Luego ese maldito despertador me despertó con ese "PIP" que, según el doctor, he escuchado por tres meses en la hospital.

- Sí, claro... pero sobre lo de John y Hannah - dijo ella lenta y cuidadosamente.- Ellos...

- Ya se fueron. -cortó mi padre dejando su revista en la mesa junto a su té.- Yo...

- ¿Qué? Perdón pero no entiendo. -estaba muy preocupada.

- Tú padre y yo -empezó mi madre.- creemos que no estas preparada para ir hoy a la escuela, asi es que... ellos ya partieron... sin... ti. No te dejaremos ir por hoy... Solo... quedate aquí por hoy... ¿okey?

- Mamá... -pestañe varias veces tratando de retener gotas que querían escapar por mis ojos.- lo prometieron. Me dijieron que hoy si podía ir, que ya estaba preparada, que nada saldría mal, yo... yo... enserio les creí esta vez.

- Ann, no. -declaró.- Hoy no irás.

- Pero... ¡Mamá! ¿Por qué no..? Acaso... ¿fue algo qué les hice? -las lagrimas al parecer no querían detenerse... Y con el peso de culpabilidad posado sobre mí, no les hacía la tarea más fácil.- Acasao... yo...yo...

- Hija. Ya te lo dije una primera y no me escucharás decirlo una segunda vez. No. Ya deja de insistir, que no lograrás nada. Solo... desayuna y... no molestes.

Mi mundo entero se desplomó al escuchar las palabras que salieron de la boca de mi madre. No podía creer que fuera tan cruel. ¿Tenía un problema conmigo? o... ¿¡Qué!? Yo no he hecho nada malo... creo... ¿Será posible...? No. No pienses en seo, Ann.

- ¡¿Acaso te hice algo antes de caer en coma?! Es eso ¿no? Si no... ¡¿QUÉ ES?! Mamá... reponde... por favor... -rogé gritando.

Creo que le grite demasiado o se conmovio porque de sus ojos grises claros brotaron dos pequeñas, y claras, lagrimas. Luego solo silencio.

- No...Cariño...¿Cómo puedes pensar en eso? No... Es que...yo... -en ese instante sus facciones se endurecieron como tratando de ocultar su dolor.

- Mamá -dije con suavidad.- ¿A quién más quieres que preguntemos? ¿A quién? A ver... No lo sé... tal vez ¿¡Al doctor!? Pregúntale. Estoy bien. Sé que estoy bien.

- Hija... Al doctor no... él sabe que estas bien... -bajó su cabeza avergonzada.

- ¿Qué? ¿Mamá? Esto no es por mí. ¡Es por ti! ¿Por qué no qieres que vaya..? Voy a estar bien... Te lo dije...

- Lo que me preocupa es que...que... alguien...pueda herirte... No lo sé... y ¿si malos recuerdos llegan? o ¿si tus amigas no te recuerdan? o... o... Anne, hay muchas cosas de tu pasado que preferirías olvidar -la última frase la dijo muy seria... como si ella supiera algo que yo no...- Okey. Ve. Diviértete. Solo quiero que seas feliz ¿sí? -me besó la frente y aprovechó de secarme las mil lagrimas que me habían salido en todo este tiempo.

- ¡Oh, gracias! Mil gracias, mamá. Te amo... Gracias. De verdad. 




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