De pronto la puerta del baño de chicas se abrió con brusquedad acompañado de un gran grito de angustia ligeramente sobreactuado.
- ¡AH! No puede estar pasando... -se lamento la voz.
Tan abruptamente cómo se abrió la puerta James se alejó de mí con un leve empujón de susto. En ese instante no podía comprender cuál era el problema, ni quién era la exagerada que había gritado.
- ¡Paige! ¿Qué haces aquí?
Justo en ese momento lo comprendí. James había fingido todo. No sabía ni qué hacer ni que pensar, porque chillona respuesta de Paige me dejó pasmada.
- ¿Cómo qué que hago aquí? Es el baño de chicas... TÚ no deberías estar aquí... con esta sin memoria. -replicó. Sus últimas palabras si que me dolieron, creo que al parecer mucho, porque dos transparentes gotas rodaron por mi ojo derecho.
- Oh... -dijo esa bruja mirándome con ternura.- ¿No lo sabías, querida? Creí que en los casilleros te había quedado bien claro. James es mío, linda. Creo que te confundiste de chico, lo siento.
Luego de terminar su oración tomó por sorpresa a James agarrándolo por el cuello de su camiseta, atrayéndolo hacia ella para terminar con un falso y apasionado beso. Eso lo sorprendió bastante, porque se quedó con los ojos como platos durante el beso y al terminar se volvió para mirarme extrañado.
Justo en ese entonces agarré mis cosas y volví a alejarme de él por segunda vez en el día, dejándolo solo.***
- Genial... -pensé.- Tú primer día, y ya saliste dolida, Ann
Perdida en mis pensamientos, no subí la cabeza lo suficiente como para poder fijarme contra quién choqué justo en ese momento.
- ¡Oh, lo siento! De veras lo siento, he tenido un muy mal día... -me lamenté.
- ¡Ey, espera! ¿Ann? ¿De veras eres tú? -preguntó una voz femenina muy familiar.
Levanté mi cabeza con timidez, esperando con ansias lo que mis ojos verían.- ¡Emily! No puede ser... ¡De verdad eres tuú! -lloriquié de emoción.- ¡Aaaaa!
- ¡Annieee!
Nos abrazamos un largo rato llorando por el impactó del reencuentro, hasta que una sombra cubrió nuestro afectuoso abrazo.
- ¿A caso no me invitan? -replico otra muy conocida voz.
- No... -susurré.- ¡Claire!
- ¡Hooola! ¿Extrañándome? -rió.
- ¡Siiií! -gritamos Emily y yo al unísono.
Estuvimos ahí llorando y abrazándonos por más de 10 minutos hasta que el primer timbre por fin sonó.
Decidimos ponernos en marcha a la clase cuándo la estúpida de mi amnesia decidió empezar a mostrarles a mis amigas su encanto.- Esperen. -dije parándome en seco.- ¿A dónde vamos?
- ¿Cómo qué que a dónde vamos? -dijo Emily confundida.- Pues a dónde siempre...
- ¿Y dónde es "a dónde siempre"? -rematé.
- Tal vez... ¿El aula B1703? -respondió Claire.- ¿Qué pasa? ¿A caso no lo recuerdas? -bromeó.
- Ay no... ¡No otra vez! No, no, no, no...
No me había dado cuenta hasta ese momento, pero apenas podía recordar el nombre de mis profesores, compañeros e incluso materias... Me sentí inútil.
- Oye, cálmate. -me detuvo Claire con firmeza.- Cuéntanos el problema ¿sí?
De pronto mi cabeza empezó a dar vueltas y vueltas, y mis ojos se nublaron. Creí que tendría otra especie de "ataques" de recuerdos pero no fue así. En lugar de eso de mi boca comenzaron a salir balbuceos, palabras sin sentido, como: "¿Y James?" o "Mamá, tenías razón, no quiero estar aquí..." o peor (cosa que me sorprendió aún más) "Amigas, déjenme tranquila, yo lo amo". Este ultimo me hizo reaccionar, a ellas y a mí. Me pare en seco, y me separé de los brazos de Emily que me sostenían.
- ¿Qué acabo de decir? -pregunté asustada
- Olvídalo, ¿sí? -me detuvo Claire.- Necesitas ir a la enfermería o por lo menos un poco de aire. Ven acompañano... -no pudo terminar su frase porque corrí hacia las escaleras del pasillo.
-Chicas, paren. Estoy bien. Eso creo... -dudé. En ese momento mi vista se nubló, otra vez, y la cabeza no paró de darme vueltas.- Chicas, yo e-estoy b-bie...
Y ya no vi nada más.
***
Apenas desperté (unas horas después, creo) me encontraba en una sala blanca con una luz encandilante sobre mí.
-¿Pero qué..? -con suerte alcancé a murmurar.- ¿Otra vez en hospital?
-¿Hospital? -dijo una voz masculina dueña de unos brillantes ojos azules.- Jajaja... ¿Cómo crees? Noo... Esta es la enfermería. -completo su respuesta amablemente.
-¿Efermería? Pero... ¿Por qué? Estoy bien. -corté incorporándome.
-¿Espera qué haces..? No puedes irte.
-Tranquilo, estoy bien -repetí. Luego de eso agarré mi bolso, me paré y me dirigí a la puerta. Al llegar me paré en seco.- Por cierto, gracias Ojos Lindos...
- Soy Sam, tonta. -dijo riendo, otra vez.
- ¿Ah? -lo miré confundida. Al ver mí expresión, cruzó una sombra de angustia por sus ojos.- Perdona, pero ¿te conozco?
- Este... -empezó rascándose la cabeza.- No. Para nada. No nos conocemos. Perdona mi atrevida. -terminó riéndose nervioso.
ESTÁS LEYENDO
Al despertar...
Teen FictionAnn Byers. Buena estatura, 17 años, bien portada. Una persona normal, exceptuando una pérdida de memoria, y la amnesia que la acompaña... Sí, sin duda alguien normal... Hasta que los recuerdos que perdió afloran en su interior, sacando a la luz co...