Llevo un año y medio de un amor no correspondido. Me he conformado con verle desde lejos, sin acercarme, pues él me odia.
Cada vez que intento acercarme unos metros, me evade y su expresión cambia. Las miradas que me dedica son de desagrado. No entiendo qué es lo que he hecho, me niego a pensar que no soy su tipo, pero los hechos dicen otra cosa.
Lo curioso de todo esto, es que para los demás siempre tiene una buena cara, mas para mí, eso es algo impensado.
A veces camino por los pasillos del colegio buscándolo a cada instante, aún sabiendo que luego de que nuestros ojos se encuentren, el frío recorrerá mi cuerpo.
¿Seré realmente masoquista?Somos compañeros de curso, me siento dos puestos atrás de él, y la mayoría de las clases me encuentro viendo lo que hace, aprendiendo de él.
No soy la única que lo mira, pues es bastante atractivo, alto, cabello castaño, ojos como de felino de un hermoso color gris, tes color crema, espalda ancha, cuerpo tonificado. Pero a pesar de que salta a la vista, no es eso lo que me llama la atención de él, sino su forma de ser, lo agradable que es, claro, con los demás.
No preocupo demasiado por las chicas interesadas en él; a pesar de que se le confiesan muchas, la respuesta que les da a todas es siempre la misma, sin importar si eran lindas, mayores o su físico, a todas les decía que no podía comprometerse, pero como lo hacía de una forma agradable, nadie le guardaba rencor, pero eso no evitaba que siguieran insistiendo...