Katsuki Bakugo es un joven héroe que ha demostrado con creces que será el mejor de todos los tiempos. No tiene ningún impedimento hasta ahora, todo está saliendo como debería.
Pero la llegada de tres infantes, le interrumpen todo.
Su vida se resumía perfectamente a ocho horas completas de sueño, ducharse, entrenar, comer, trabajar. Al estar soltero, podía permitirse salir con Kaminari, uno de los pocos amigos de la UA con los que seguía frecuentando, al igual que con Uraraka, con quien estaba más dispuesto a entrenar que con el antes mencionado antes que otra cosa.
Quizá por ello no esté acoplándose al hecho de que tres niños salten en su cama tratando de despertarlo.
—¡Papá! Ya queremos desayunar. —llora uno.
—¡Papi, ¿hay cereal?! —grita otro para luego saltar al piso.
—¡Quiero dulces! —Patalea el último.
Ahora sabiendo sus nombres es fácil reconocer quién es quien.
—¡Basta! —grita irritado, revisa el celular que está en la mesita de noche. Coño. Tres de la mañana. ¿Qué coño comen esos niños para estar tan activos en la madrugada?
—¡Pero papi, tenemos hambre! —Él es Yuri sin duda alguna.
—¡Comida, comida, comida! —repite Ryūsei.
—¡Viejo, danos de tragar! —ordena Akira.
Lo tienen hasta el cuerno.
Espera.
Son sus hijos.
¿Cómo hacen los padres todos los días para fingir que aman a sus bestias de caca mal portadas? ¿Cómo hicieron sus padres para soportarlo? Bueno, él era un niño bien. Más o menos.
—¡Vamos, papá! Y di que no vinimos todos. —Se cruza de brazos el pequeño Ryūsei al mismo tiempo que se sienta en la cama.
¿Todos? ¿Eran más?
Se levanta asustado—. ¿Cuántos son? —pregunta con una voz de ultratumba. No podrá con todos si resulta que de aquella noche de pasión realmente haya pasado de tres a... ¡¿Cómo logró Deku para aguantar un parto de triple salida?!
—Pues mamá tiene muuuuuchos hijos —agrega Ryūsei.
—Si, con papá Todoroki tiene dos.
—No te olvides de papá Kirishima, ¡son tres!
—Con papá Shinsō tiene dos.
—¡Y papá Iida! Con él son varios.
—¡Oh! Y el mitad pájaro... ¿Cómo se llama?
—Es papá Tokoyami, Yuri.
Papá... ¡¿Qué?!
¿Acaso Izuku no conocía los condones?
Mierda, él sin duda ama... Espera. Sus cuentas no concuerdan. Esos niños tienen... Ni idea, ¿seis años? Probablemente. Espera...
¡¿Un parto por año?!
—A su madre deben de gustarle los niños. —Y coleccionarlos. Qué miedo. Jamás creyó que Deku fuera así.
—¡Si! Mamá es fantástica, por eso tiene muchos hijos. —Ryuusei abraza el brazo de Katsuki contento.
No puede creer que incluso hasta su mejor amigo de la UA esté involucrado con el mamá de sus hijos. Es increíble. Diablos, qué jaqueca.
—¡Papá! —gritaron los tres infantes delante de él haciéndolo caer de la cama por el susto.
—¡¿Qué pasa?!
—¿Estabas pensando en mamá? —pregunta Yuri ocultándose detrás de Akira.
—¡Claro que no!
—¡Te gusta mamá! ¡Te gusta, te gusta! —ríe Ryūsei brincoteando.
—¡Ya, ya! Vayamos a ver qué puedo encontrar en el refrigerador.
—¡Sí!
Baja a la cocina para preparar algo de desayunar. En la puta madrugada. Esto debe de ser una maldita broma. Los niños van detrás de él, jugando entre ellos. Alcanza a ver que Akira empuja a Yuri hasta dejarlo en el piso, el cual, se limita a levantarse aguantando las ganas de llorar.
Yuri le recuerda a Izuku, es bastante parecido en físico, incluso en personalidad. Akira es igual a él, incluso lo espanta que tenga el mismo tono de voz de cuando era niño. Por su parte, Ryūsei es como una mezcla de ambos.
El pecosito se le acerca a Katsuki a paso lento con el fin de abrazar su pierna.
—Papi... me duele mi rodilla —dijo entre lágrimas.
Carga al pequeño y lo sinta en la mesa, aunque luego duda si es un buen sitio para un niño inquieto que lo vuelve a tomar en brazos para dejarlo en el sofá. No puede permitir que se caiga y se fracture. Va al baño a por el botiquín de primeros auxilios, dentro hay curitas, tiene de las normales, no es como que una de ositos los haga mágicamente sanar una raspada.
Regresa al pequeño, le pone la bandita y asunto resuelto. Katsuki ya ha pasado al nivel uno de padre ejemplar.
—Listo, con eso debe ser suficiente —susurra—. Ten más cuidado y si Akira te hace algo, dímelo.
—No es así..., Akira es bueno, es solo que me metí en su camino. —Baja la cabeza, como si estuviera arrepentido de lo que había hecho. Como si fuera su culpa.
—No es así, tú dime qué te pasa, ¿sí? —Sin saber porqué, besa la frente del pequeño dejándolo rojo.
¿Nivel dos de papá ejemplar?
—Papá...
—Sí, como sea... —Desvía la mirada, permite al niño quedarse de pie.
—Cuando sea grande me casaré contigo. —Y sale corriendo el pequeño Yuri detrás de sus hermanos dejando a Katsuki con la boca abierta.
Genial. Debe de verlo como una figura de acción que se mueve y no como su papá.
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