Capítulo 4: Operación " Ayuda al imbécil ".

2.1K 76 27
                                    

Callamos unos segundos, pensando en que podíamos hacer para salir de allí sin ser vistos. A Liam se lo veía bastante concentrado, mirando un punto fijo en el espejo. Finalmente fui yo la que rompió el silencio.

—Primero que nada deberíamos pensar en algo para distraer a la vendedora, ¿no crees? —le comenté poniéndome de pie con agilidad y cruzándome de brazos. Liam no me respondió, parecía estar pensando en otra cosa.

—Te estoy hablando. —lo llamé impaciente mientras movía una mano frente a su cara. Levantó su cabeza en un respingo.

—¿Qué?

—¿Qué te parece? —le volví a preguntar.

—¿Qué cosa?

—Lo que te acabo de decir.

—¿Qué me has dicho?

Alcé las cejas. ¿Acaso era idiota?

—Que primero deberíamos pensar en algo para distraer a la vendedora…—le repetí exasperada. Pero otra vez pareció no oírme. Me cabreé— ¡Te estoy hablando, demonios!

Liam volvió a dar otro respingo.

—Lo siento, no puedo concentrarme. —rio—Será mejor que primero te cambies.

Ahogué un grito, horrorizada. Había olvidado nuevamente que todavía me encontraba con una pequeña bikini. Me tapé rápidamente con mi remera.

—¡Eres un cerdo! —escupí completamente sonrojada. Él se encogió de hombros sin arrepentimientos—¡Date la vuelta para que me pueda cambiar y no me mires!

—¿No quieres que te ayude?—jugó conmigo, acercándose unos pasos. Se me aceleró el pulso. Estiré una mano para mantenerlo distante.

—A lo que me puedes ayudar es a recoger tus dientes para hacerme un collar, ¡cuando te los arranque de una piña si te atreves a tocarme!

Mi amenaza fue sincera pero Liam me contempló con una sonrisa divertida.

—Realmente eres una chiflada…

Fruncí el ceño.

—Estás ganado que no mueva ni un pelo para sacarte de aquí…

Rio con ganas.

—Esta bien, esta bien. —se rindió y levantó sus manos en son de paz—Me doy la vuelta para que puedas vestirte. —y se giró para quedar de espaldas a mí.

Lo miré con desconfianza unos segundos, por si intentaba algún truco sucio, pero al ver que no se movía comencé a descambiarme. Me saqué la bikini a toda velocidad y me puse mi ropa. Cuando terminé, levanté la vista y vi que Liam estaba mirándome desde hacía tiempo con una sonrisa socarrona en el rostro.

—¡¿QUÉ ESTAS HACIENDO?! ¡DIJISTE QUE NO MIRARÍAS! —chillé avergonzada—¡ERES UN…!

Comencé a golpearlo con mi cartera con fuerza, mientras lo insultaba.

—¡PUERCO!

—Yo no te dije que… ¡Ouch!....

—¡DEPRAVADO!

—…que no… ¡Auch!...

—¡SEXÓPATA!

—…no miraría, solo te…¡Euch! … Demonios… ¡Ouh!... ¡PARA!—exclamó de pronto sujetándome de las muñecas para impedir que lo siguiera golpeando. Exhalé aire de mis pulmones como una fiera embravecida— Yo te dije que me daría vuelta, pero no te dije que no miraría. Deberías aprender a escuchar.

Love SongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora