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•Casa Raion•

[POV. KWON SOONYOUNG]

Una voz totalmente ajena a mi sonaba una y otra vez. Al principio parecía estar en mi cabeza, luego la sentía a mi lado, cerca de mi oído.

La imagen era poco clara, pero una tez blanca se posaba a mi lado y miraba desde arriba, su pelo era largo. Sentí como acariciaba mi cabeza a la vez que decía esas palabras en un suave susurro.

Abrí mis ojos de golpe, pero la luz que se colaba por la rendija de la cortina impactó directo en mi rostro, lo que me obligó a cerralos y que repitiera el proceso, pero esta vez con delicadeza. Sentí una suave textura bajo las palmas de mis manos, el lugar era completamente desconocido. Miré a mi al rededor y estaba vacío, una simple cómoda antigua llenaba el espacioso lugar.

Las puertas se abrieron de par en par y dejaron ver claramente la figura con la que tanto había soñado. Su cabello largo era rizado y rojizo; su tez se veía tan blanca y suave como la nieve.

—Por fin has despertado SoonYoung. Sígueme, ya casi estamos todos.

Bajé de la cama y me fijé que ya no llevaba puesto el uniforme de los Satsugais, en su lugar, llevaba una de las batas que utilizábamos en la enfermería del castillo.

—¿Soonyoung? —di una perfecta vuelta de 90° al identificar esa voz.

—¿HoSeok?

—¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? —negé agitando la cabeza.

—Calma chicos, en unos minutos lo sabréis —respondío la de cabellera azabache, quien venía con mi amigo y ahora estaba colgando de un brazo de mi... ¿guardiana? ¿acompañante? No sabría decir qué era exactamente.

Tras seguirlas y avanzar un par de pasillos más, llegamos a una gran puerta de roble.

—En unos minutos volvemos. Poneros cómodos, seguro que tenéis muchas cosas de qué hablar —ambas chicas retrocedieron sobre sus talones.

La sorpresa fue poca al ver a gente la cual creí muerta. No entendía nada de lo que estaba pasando, ¿acaso estábamos todos muertos? ¿esto era lo que los humanos llamaban cielo?

Un bullicio se creó en la sala, algunos iban de un lado a otro hablando con todos, otros simplemente daban vueltas a la sala para saber qué sitio era ese, también había quien parecía estar buscando a alguien. Pasé rápidamente mi vista por la habitación para ver si él se encontraba hablando con otro, pero fui interrumpido por Taeil, quien me dio un abrazo y mostró sus encías con una sonrisa.

Prestamos atención cuando escuchamos nuevamente abrirse las puertas. A las dos chicas anteriores se les unía una peliazul, éstas dieron paso a una mujer hermosa de cabellera larga y blanca. Todos quedamos embobados por su belleza cuando pasó por nuestro lado para dirigirse a una silla elegante cubierta de terciopelo rojo.

—SeokJin, NamJoon, podéis pasar.

La alegría de toda la sala se multiplicó por tres cuando vimos a nuestros líderes cruzar esa misma puerta. No habíamos visto a Jin desde que se marchó del refugio.

—Buenos días chicos -interrumpió la mujer sentada-, mi nombre es Rina, ellas son S, E y B. Me alegro tener esta reunión con todos vosotros.

—¿Nos puedes explicar qué ha pasado?

—Por supuesto, para eso estamos todos aquí —se acomodó mejor en el asiento y prosiguió.

La explicación fue larga, por lo que tuvimos que ponernos cómodos en las sillas, sofás y algunos en el suelo. Por lo que dijo Rina, NamJoon y Jin rescataron a E, quien había quedado atrapada en un hechizo hace varios años a causa de una batalla. Una vez lo lograron, las tres híbridas sacaron a todos los que estábamos en el bosque, borraron datos y sumieron al castillo y a la humanidad en un caos. La inquietud en mi corazón se convirtió en dolor al confirmar lo que tanto temía, no pudieron salvar a Minghao. También dijeron que tenían alguien dentro que estaba de su lado desde el principio, y él era quien estaba informando de los nuevos acontecimientos.

—Él estará en peligro si alguien se entera de lo que hace. Nuestro objetivo es liberar a todos los magos que se encuentran en el castillo, y que los humanos dejen de jugar con sus vidas. Para ello, tenemos que empezar una-

—¿Una revolución? —interrumpió WonSik— ¿Cómo pretendes empezar una lucha con apenas pocas personas?

—Aún hay más. Gracias a la ayuda de Kyung y algunos magos más, hemos ido en busca de más personas que apoyen nuestra causa, no será fácil, lo sé. Pero sin revolución no hay cambios.

—Esta noche tendremos una reunión con Chan, hay nuevas noticias.

—¿El pequeño Chan? —dijimos algunos sorprendidos. Las cuatro mujeres asintieron a la pregunta.

—Una última cosa...¿Qué es este lugar?

—Creí haberoslo dicho —dijo Rina con una sonrisa que iluminó por completo su rostro—. Esto es Aquelarre, mi casa, castillo, refugio...como prefiráis llamarlo, la verdad, eso me da igual.

[POV. PARK JIMIN]

Tal y como esperaba, YoonGi no estaba a mi lado cuando desperté. En el exterior apenas había un par de nubes cargadas de agua que amenazaban con invadir el espacio azul que aún quedaba en el cielo.

Toda la casa tuvo su primera reunión oficial con SeungCheol en el liderazgo, y no recibimos más que malas noticias. La próxima llegada de los anti-magos al castillo hacía que el ambiente se tensara. Con su llegada aceptaríamos más represión que ahora, apenas podríamos vivir sin tener que preocuparnos de que alguien nos esté mirando, ya sea por la cámaras o guardias. Y lo peor de todo es que no podías guardar un secreto, estas personas podían oler cualquier cosa a leguas, y si te consideran sosprechoso, es probable que tu vida corriera peligro.

—Cualquier consulta, os podéis dirigir a Kihyun o a mi. No hagáis nada fuera de sus normas —dijo dirigendo la mirada hacia mi—. Podéis marcharos, gracias.

Al ser el primer día de clase, casi no había nada que hacer. El entrenamiento no había sido más que una explicación de lo que ya sabíamos y unos ejercicios básicos pero importantes para llevar el control de uno mismo.

Durante la cena, llegó a mis manos una nota de YoonGi, quien me pedía reunirnos en la caseta donde solíamos escondernos cuando nuestros hyungs aún estaban.

[POV. MIN YOONGI]

Decirle a mi amado que debíamos mantener la distancia fue algo difícil, hacía que mi pecho ardiera. Tan siquiera estaba seguro de poder complir mis propias palabras, pero no podía arriesgarme y poner su vida en peligro ante esos monstruos que estaban por llegar.

Tomé camino para volver a las mazmorras, pero el sonido de pasos sobre el césped cubierto de escarcha hizo que me alertara y escondiera cerca de los arbustos.

Aunque había muchas ramas de por medio, no me dificultó la vista. Pude ver claramente como Chan se estaba acercando a las cintas policiales que cubrían la entrada del bosque.

Sabía que el pequeño sufría de sonambulismo, y pensé que este era uno de esos momentos en los que debía interrumpir para llevarlo nuevamente a su habitación, pero no.

Me quedé más quieto que antes al ver como el pequeño miraba al rededor, vigilando la zona, y luego hacer un gesto con la mano. De la oscuridad salieron tres pares de ojos rojos y poco después se convirtieron en figuras de lo que parecían ser mujeres, aunque la oscuridad no me dejaba distinguirlas.

—¿Mis hyungs están bien? —la tres figuras asintieron a la vez—. Me alegro. Ya casi esta listo todo.

√ Aquelarre // yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora