La película empezaba bien. Dos chicos, en la playa... Ojalá yo fuese la chica y pudiese vivir ese momento. Pero, ese momento no iba a llegar. En vez de ese, venía uno mejor. Raúl se acercaba cada vez más a mi. Lentamente. Yo me inquietaba cada vez más, y mi corazón latía más fuerte que antes. Veía de reojo como el chico me miraba disimuladamente. Se acercaba a mi. Poco a poco. Cuando, en de repente, sus labios se juntaron con los míos. Por un momento, no supe que pensar. ¿Le seguía el rollo ya que él me gustaba también?¿Me apartaba inmediatamente, porque apenas lo conocía? Elegí la opción correcta.
Continué ese beso que tanto estaba esperando. Me gustaba. Tanto el beso como él. Era la situación perfecta para besarnos. Como una verdadera pareja, pero...¿somos ya pareja? Yo sola me rayo la cabeza. Era intenso, dulce...el beso, quiero decir. Apasionado, apetitoso...y todo eso que se dice de un beso. Mi primer beso. Duró más de lo que yo esperaba.
-¿Te ha gustado?.-me susurró al oído. Tanto me gustó, que me entró un gran escalofrío tremendo.
-Sii...-dije dejándome llevar por la situación.-Pero...
-Pero ¿qué?- dijo de repente el chico.
-No pares.-dije, precipitándome hacia él. Me subí a sus piernas, con desespero, sentándome encima de él. Me abalancé sobre su boca y...otro beso más; aunque este otro provocado por mi. La verdad es que este chico me ponía bastante. Por lo que no dudé en proponerle una cosa. Para proponerle esa cosa, claro está que primero tengo que dejar mi boca libre para poder hablar. Y así lo hice.
-¿Qué tal si nos acercamos un momentito al baño? Es que...tengo que hacer una cosa. Pero te necesito a ti.-dije entre susurros y en su oreja.
-Claro, mi amor.-dijo. Y tras esto, me besó de nuevo. Se levantó, me levanté, fuimos de camino al baño. Sería una experiencia inolvidable.
