–No me importa– El culiao enfrente mío se levantó los hombros en señal de despreocupación.
–¿Cómo chucha no te va a importar?, hermano, quedaste pa la caga– Dije enojada.
–Reitero, no me importa– Se levantó del sillón y se fue.
–¡DEJA DE ACTUAR COMO SI NO TE IMPORTARA WEON, POR LA CHUCHA!, ¡MADURA UN POCO O DIME POR ÚLTIMO QUE TE PASA CONCHETUMARE!– Había explotado.
–¡¿QUERÍ SABER QUE ME PASA?!, ¡¿ENSERIO QUERÍ SABER QUE ME PASA?!– Me grito y siguió– ¡ME GUSTAI ISIDORA, ME GUSTAI!, ¡ESO ME PASA!– Se empezó a tirar el pelo con expresión de angustia y se fue echando un portazo.
–chílamediavolà– Dijo el Santiago y continuó– Igual sabía, de hecho, sabíamos todos y eras la única que no se daba cuenta.
–Si, bueno, yo igual sabia– El Calisto se rascaba la nuca en señal de incomodidad.
–Necesito procesar esto– Me senté en un sillón a pensar todo lo que me daba de ocurrir.
–¿Te traigo agüita con azúcar?– Me pregunto la Amalia.
–Ya, porfa–
Lo único en que pensaba era en la confesión del Daniel hacia a mí.
Y dirán: "No es para tanto. No es novedad que le gustai al Daniel".
Y la verdad, esto me hace pensar más que la chucha, por qué éramos mejores amigos y es algo sumamente importante para mí que haya hecho esa confesión.
¿cómo chucha no me di cuenta?.
¿tan weona soy?.
–¿Qué hago?– Pregunto mirando a los chiquillos.
–Es mejor que vayas a hablar con el. Debe estar en la casa, yo te llevo– Me alenta el Santiago.
–Gracias– Lo abrazo.
[...]
–¡¿QUERÍ SABER QUE ME PASA?!, ¡¿ENSERIO QUERÍ SABER QUE ME PASA?!– Me miraba tan dolido y exasperado que podría jurar que se pondría a llorar– ¡ME GUSTAI ISIDORA, ME GUSTAI!, ¡ESO ME PASA!– Dijo por fin.
Isidora, deja de recordar y toca la puerta.
–¿Abro yo?– Creo que el Santiago sabía que estaba nerviosa.
–Porfa–
Abrió y lo único que vimos fue al Daniel tirado, con una cerveza cristal en su mano y todo patas pa arriba.
–DANIEL, ¡POR LA CHUCHA!– Corrí hacia el– Despierta weon, ¡Despierta!– Lo moví.
–¿Isi?– Me miro con un brillo.
–Sí–
–¿Por qué el amor tiene que ser tan conchetumadre conmigo?, ¿por qué no te gusto?– Me miro con ese mismo brillo y supe que era por que quería llorar– ¿Soy un estúpido culiao y por eso no me quiere como yo a ti?– Me dijo agarrando con fuerza mi polera– ¿O fue por qué te pegue un chicle en el pelo cuando chico? Te juro que no lo hago más– Se puso a llorar.
Me duele verlo así.
Es mi mejor amigo después de todo.
–Claro que no Danielsito, yo soy una estúpida al no enamorarme de ti. Eres una persona linda, simpática, tierna, eres como el pololo que siempre quise pero-
–Me quieres como un amigo– Me corto el Daniel.
–Si, perdón– Baje la cabeza.
–No es tu culpa, descuida. Supongo que me viste a mí y al Santiago como hermanos que no te gusto como otra cosa– Me miro con pena.