I
amantes
Abro los ojos lentamente intentando evitar las amargas punzadas de dolor que vienen a mi cabeza, la leve luz hace que el dolor aumente y siento pequeños latidos en el cráneo. Anoche definitivamente se me fue de las manos. Cierro los ojos y me estiro, esperando a que mis manos sobresalgan de mi pequeña cama pero esto no ocurre, porque no estoy en mi habitación; lentamente me incorporo de la cama de matrimonio en la que me encuentro y cuando mi cabeza deja de latir observo detenidamente el lugar. Sé donde estoy y ese hecho me hace sentir aún más confundida, intento buscar cualquier recuerdo que me lleve al por qué he amanecido con tan solo una camiseta diez tallas mayor y ropa interior en la habitación matrimonial de los padres de Ethan, pero no recuerdo nada. Absolutamente nada. Confusa dejo que pasen los minutos, hasta que decido incorporarme e ir hacia el balcón, lugar desde el que suena la suave e inconfundible voz de Elvis Presley. A cada paso que doy peor siento mi dolor de cabeza y cuando estoy en el límite de la habitación veo al padre de mi mejor amigo sentado con su pierna cruzada y su pelo en un moño desordenado, tiene un vaso de whisky en su mano derecha, la cual está repleta de anillos.
– Siéntate conmigo, Evelyn.
Doy un pequeño salto en mi lugar y cuando me mira me siento empequeñecer, su mirada me hace bajar la mía y estirar la blusa para que tape más que mis medios muslos, él carraspea y rápidamente me siento en la silla que se encuentra a su lado, gruño ante el dolor que me causan los movimientos rápidos efectuados y el Sol contra mi cara. Como si leyera mi mente el señor Styles me tiende una pequeña píldora y un vaso de agua. Cuanto termino con el vaso lo mantengo en mi regazo mientras miro el cielo, la mirada del hombre que se encuentra a menos de un metro de mi se encuentra perdida en el horizonte y la escena hecha por nuestros cuerpos junto con la suave voz de Elvis me hacen recordar a la instantánea de una película indie. Todo desaliñado y aún así perfecto para la vista, grandes detalles —como el movimiento del whisky dentro de su vaso o el rápido movimiento de mi pecho causado por los furiosos latidos que da mi corazón de nerviosismo— que pasan por alto la mayoría de espectadores.
– Anoche estabas muy borracha.
Suspiro y le miro, estoy demasiado desorientada todavía como para avergonzarme del todo por el hecho de que él me haya visto totalmente alcoholizada, lo único que estaba presente como una alerta en mi cabeza era el cómo y qué me había llevado a acabar en su habitación.
– ¿Recuerdas algo?
– No, supongo que las imágenes vendrán a mí poco a poco. —Él me mira no muy convencido.
– No soy tu padre, no tienes por qué excusarte ante mí. Eres ya mayorcita para saber qué está bien y qué no.
Quiero decirle que no me excuso, que realmente no recuerdo nada pero me corto a mí misma, como dice él, no es mi padre. No merece mis aclaraciones. Poco a poco un caleidoscopio de imágenes sinsentido vienen a mí, son millones imágenes desordenadas, sin voz ni colores estas me aturden y me ponen aún más inquieta.
– ¿Por qué llorabas anoche? —Me pregunta lentamente.
– Me peleé con una chica y salí mal parada —Hago una pequeña pausa para mirarle— Intenté tener sexo con él... No sé si es conveniente que hable con usted de esto, señor.
Su lengua acaricia con lentitud su labio inferior, mientras su mano llega hasta su mandíbula. Está analizándome. Se siente como si fuera la gacela y él un temible león, pone atención en mi pie derecho, el cual se mueve de arriba abajo sin siquiera yo poder impedirlo, y alza una ceja cuando ve mis dedos, la pintura de uñas descascarada y los movimientos nerviosos que hacen contra el vaso.
– Hoy no soy el señor Styles, padre de tu mejor amigo. —El ruido que hace el vaso de whisky cuando él lo coloca en la mesa para poder extenderme la mano hace que mis pelos se pongan de punta— Hoy soy Harry, tu amigo.
Ahora la gacela es él, y yo soy el león. Me fijo en sus pies descalzos contra el suelo, sus piernas con leve pelo oscuro o la forma tranquila con la que su pecho se hincha y deshincha al ritmo de su suave y tranquila respiración. No sé lo que está pasando por su cabeza ni con qué intenciones está haciendo esto, su cara es un total busto sin expresión, y sé gracias a esto que está pensando algo. Algo con lo que saldrá ganando. Harry Edward Styles, padre de Ethan Styles y marido de Ivy Styles, es un importante bróker de London Stock Exchange, acostumbrado a dar la mano y a mantener la cabeza fría, siempre ganando con las inversiones y aprendiendo de las pocas pérdidas. Sabía que si me estaba extendiendo la mano era porque tenía algo en mente. Aún así, mi temblorosa mano se encontró con la suya, recibiendo un seguro apretón de manos; cuando nuestras manos se separan el carraspea, indicándome que continúe hablando, intentando no titubear lo hago.
– Una chica me dio una bofetada porque intenté tener sexo con su novio, normalmente la habría cogido por los pelos y le habría demostrado quién es Evelyn Rolet, pero iba demasiado borracha, sigo sin saber cuál de las tres imágenes de ella era la verdadera. Ver triple cuando estás borracha te impide muchas cosas. —Suspiro, mareada levemente por el dolor de cabeza y los desordenados recuerdos— Sin Ethan estoy perdida, él es el que suele controlarme la bebida y rescatarme de apuros.
Harry suelta un bufido parecido a una risa y yo sonrío abiertamente, él comienza a contarme sobre una vez que fue a una fiesta universitaria y acabó bebiendo vodka y ron, sin ningún tipo de refresco, sus rígidas e inexpresivas facciones se suavizan y su voz se hace ronca y lenta; a bajado la guardia. Cuando termina de contarme el relato se instala un incómodo silencio, en el que yo observo el vaso vacío y él me mira a mí, de nuevo, su cara pierde expresión.
– ¿Cómo llegué aquí?
Veo como sus manos se ponen rígidas y suspira, se pasa la derecha por el pelo y deja de mirarme. Cuando comienza a hablar lo hace mirando al horizonte.
– Llamaste al móvil de mi hijo, pero él lo había dejado aquí antes de irse con Ivy a visitar a sus abuelos, cuando lo oí sonar y escuché el barullo, tu voz rota y balbuceante decidí que estabas demasiado borracha como para estar en una fiesta, fin.
– ¿Por qué estaba en tu cama?
Tragamos duro y nos miramos, mantenemos nuestros orbes lo que parecen ser largos minutos pero no son más que segundos cuando él se levanta de su asiento; no tiembla, a diferencia mía. Yo llevo temblando desde que le vi en el balcón. Se acerca a paso lento y cuando está a mi frente se pone de cuclillas, quedándonos cara a cara, su mano con anillos hace contacto suavemente con mi mejilla y su mano izquierda se pasea por mi muslo. Los anillos me rozan suavemente, y noto como mi respiración se torna pesada cuando su mano del muslo está en mi ingle, él parece completamente seguro de lo que hace. Mi piel se eriza ante el paso de sus suaves manos.
– Anoche estabas muy guapa, Evelyn.
Pasea su mano por mi muslo e ingle, mientras deposita un suave beso en mi cuello, su barba de dos días me hace soltar un suspiro cargado de excitación y nerviosismo.
– ¿Qué quieres de mí, Harry? —Logro pronunciar, cuando su mano hace contacto con mi ropa interior.
– Quiero que seamos amigos.
– Ya somos amigos, nos dimos la mano antes.
Poco a poco, acerca su boca a mi oído, acaricia con sus labios el lóbulo de mi oreja y guturalmente dice, todavía con la mano acariciando mi ropa interior:
– Entonces seamos amantes, Evelyn.
nota de autora
madre mía, así hasta yo me emborracho. comenten mucho y vayan a darle amor a mis demás daddys:
1. house of daddy kink, harry styles.
2. lamb of god, zayn malik.
3. don't fall in love daddy, no fandom
4. money, sex and flashes, ashton irwin.
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lovers » h.s
Fanfiction- ¿Qué quieres de mí, Harry? - Quiero que seamos amigos. - Ya somos amigos. - Entonces, seamos amantes. daddy kink!harry styles