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Sándwiches de Falafel con Ración Extra de Ragnarok

Comimos en la cubierta superior a popa. (Mira mis términos náuticos.)

Después de una difícil mañana repleta de caídas y saltos, sentí que realmente me había ganado mis albóndigas de garbanzo fritas y pan de pita, salsa de yogurt, rodajas de pepino frío y mi orden de kebabs de cordero extra picante. Annabeth había organizado nuestro almuerzo al aire libre. Y podía decir que me conocía bastante bien.

Mi ropa se secó rápidamente bajo el sol. La cálida brisa se sentía bien contra mi cara. Los veleros navegaban por todo el puerto mientras que los aviones atravesaban en cielo azul, despegando desde el Aeropuerto Logan hacia Nueva York, California o Europa. Toda la cuidad de Boston parecía cargada de energía impaciente, como los alumnos de un salón de clases a un minuto de que suene la chicharra, todos esperando ansiosamente el momento de salir de la cuidad para disfrutar del verano, las vacaciones y el buen clima.

Yo, todo lo que quería hacer era permanecer ahí.

Riptide y Jack se mantuvieron cerca, en un  rollo de cuerda, con sus empuñaduras apoyadas contra la barandilla de artillería. Riptide actuaba como un típico objeto inanimado, pero Jack se le acercaba cada vez más, charlando con ella, su hoja brillaba tanto como el bronce oscuro de ella. Afortunadamente, Jack estaba acostumbrado a mantener conversaciones unilaterales. Él bromeó, halagó, y soltó nombres cada vez que podía.

—¿Sabes? Thor, Odín y yo una vez estuvimos en esa taberna...

Si Riptide estaba impresionada, no lo demostró.

Percy enrolló su envoltura de falafel. Además de respirar bajo el agua, el tipo también tenía la habilidad de inhalar la comida.

—Entonces —dijo—, ¿cuando van a partir?

Alex me miró y alzó una ceja, como diciendo, Sí, Magnus. ¿Cuando vamos a partir?

Estuve tratando de evitar éste tema con Fierro durante las pasadas dos semanas, sin mucha suerte.

—Pronto —dije—. No sabemos exactamente hacia donde debemos ir, o cuánto tiempo tardaremos en llegar...

—La historia de mi vida —murmuró Percy.

—... pero tenemos que encontrar el enorme y desagradable barco de la muerte propiedad de Loki antes de que zarpe el solsticio de verano. Está atracado en la frontera entre Niflheim y Jotunheim. Estimamos que nos tomará un par de semanas navegar esa distancia.

—Lo que significa —intervino Alex— que debimos habernos ido ya. Definitivamente tenemos que salir antes del fin de semana, estemos listos o no.

En sus lentes obscuros, vi el reflejo de mi propia cara preocupada. Los dos sabíamos que estábamos tan lejos de estar listos como lo estábamos de Niflheim.

Annabeth cambió de postura y acomodó los pies debajo de ella. Su largo cabello rubio estaba recogido en una cola de caballo. Su camisa azul oscuro mostraba las palabras COLEGIO DE DISEÑO AMBIENTAL, UC BERKELEY en amarillo.

—Los héroes nunca  estamos preparados para nuestras misiones, ¿o si? —argumentó ella—. Sólo hacemos lo mejor que podemos.

Percy asintió.

—Sip. Por lo general funciona. No hemos muerto todavía.

—Aunque tú sigues intentándolo. —Annabeth le dio un codazo. Percy la rodeó con un brazo. Ella se recargó cómodamente contra él. Él besó los rizos rubios en la parte superior de su cabeza.

Magnus Chase ; MomentosWhere stories live. Discover now