¿Siempre Juntos?

Capítulo 3

-¡Profesor!.- grito Alex haciendo que se detuviera.

-¿Qué sucede?.

-¿Usted conoce a Ángela?.- cuestiono el chico.

-Es amiga de mi novia.- respondió, algo que chico no espera. Esperaba algo mas como, un no es de tu incumbencia.

-Ya veo.- susurro.

-Siempre ha sido así, tuve problemas con Ana por su culpa.

-¿Ana?

El profesor solo asintió para después decir. -Mi novia.

-Gracias.

-¿Por que?.

-Por lo que me dijo.

Sus amigos se acercaron corriendo en cuanto lo vieron, entre ellos iban Ángela y Andrew quien se adelanto.

-Alex, por favor deja que te explique.- pidio el chico.

-No creo que tengas que explicarme nada, ni tu, ni ella.- dijo mirandola.-Esta mas que claro que soy un pobre imbecil, al que engañaron de nuevo.- al terminar de decir eso se fue y noto que Daniel ya no estaba.

Mariane lo alcanzo.

-Alex, de verdad ¿No te importa?.

-No importa.- el rubio se alejo de todos dejando a la chica preocupada.

-Tu tampoco deberías darle tanta importancia, se que somos amigos, pero no debemos interferir en sus decisiones.- le dijo Brandon

Alex llego a casa y no había nadie, ya que sus primos irían hacer tarea casa de uno de sus amigos, asi que subió a su habitación, se cambió y se recosto en su cama.

-Parece que no es tan malo como se ve después todo.- se dijo recordando a Daniel.

Se había quedado dormido por un raro, pero el sonido de su celular lo despertó, era Ángela.

-¿Que quieres?.- respondió frio.

-Solo quiero que me escuches. Lo siento, fue un error, te prometo que no volverá a suceder.- le dijo con la voz temblorosa. -Vi que estabas hablando con Daniel, espero que no te haya dicho alguna mentira.

-Daniel no tiene nada que ver, y no prometas nada. Supongo que entiendes que esto ya terminó.- tenia que admitir que si sentía mal por lo que vio pero, no era para tanto.

-Bien, como quieras, solo espero que no te arrepientas. - dijo casi gritando.

-Te aseguro que no.- fue lo ultimo que respondió antes colgar.

Al otro dia en la escuela había demasiada tención, Andrew y Zack no se aparecieron, al parecer se sentía mal por haber hecho eso.

-Oigan chicos, ¿Si irán a mi fiesta el viernes cierto?.- pregunto Mariane.

-¡Claro!, no me perdería tu cumpleaños.- dijo alegremente Freddy.

-Elliot, ¿Tu iras conmigo, cierto?- cuestiono Elizabeth.

-De acuerdo.

-Y tu Alex, ¿Iras?.- le pregunto Brandon.

-Supongo que si, no tengo nada mejor que hacer.- el profesor Daniel paso enfrente de ellos y Mariane les confesó.

-¿Saben?, me gustaría invitar al profesor Daniel- dijo con una mirada soñadora. -Pero me pone nerviosa hablar con el, ¿Alguien lo haría por mi?.- pregunto.

-¿Por que no le preguntas Alex?, tu has hablado mas con el.- sugirió.

-Claro, lo intentare. Aunque dudo que acepte.- respondió.

-Entonces ve antes de que comience su clase.- ordeno Elliot

-Esta bien, los veo después.- fue en busca del profesor que para su mala suerte estaba en el salón de Ángela, lo único bueno fue que no estaba nadie aun.

-Disculpe profesor ¿puedo pasar?.- pregunto sonriéndole.

-Adelante.

-¿Puedo preguntar que hará este viernes?.- dijo algo nervioso.

-Trabajar.- respondió con el mismo tono. -¿Por que?.

-Bueno es que el viernes supongo que sabe que es cumpleaños de Mariane, y a ella le gustaría que usted fuera.

-No lo sabía.

-¿Entonces, cree que tal vez pueda ir?, aunque se un momento.

-Supongo que si digo que no serás insistente, de acuerdo, lo intentaré.- Alex saco un pequeño papel y anoto la dirección y su teléfono.

-Esta es la dirección, no creo que se pierda. Pero de igual forma le dejo mi numero celular.

-Bien.- el rubio se levanto y se despidió.

-Gracias, hasta mañana.- y se retiro sin pensar que en el camino se encontraría con Ángela. Ella ni siquiera volteo a verlo.

Llego a su salón y sus compañeros ya están ahí.

-Llega tarde Alexander.- le dijo el profesor James

-Lo siento profesor, es que tuve que ir a preguntarle algo sobre la tarea al profesor Valentine.- mintio el chico.

 -Esta bien, pero procuré que no vuela a pasar.- el profesor termino de dar su clases.

Los siguientes días fueron prácticamente igual.

Hasta que el viernes llegó...