The things change. |hs| Julio

l.

                                                                                    1.

¿Cómo es posible qué mis padres me odien tanto? Me recosté en el asiento delantero del coche, preguntándome como es qué me odian tanto.

Qué me odien es la única explicación para entender qué tengo que irme a vivir con mi padre, al norte del país. En lugar de ir a pasar las vacaciones a la Londres.

Y lo peor qué no es una visita, de una semana o 2. Sería bueno eso… ¡pero quedarse hasta finales de agosto! No. Es prácticamente todo el verano, todo. No puedo creer qué me hagan esto.

Me siento tan mal qué en solo un segundo reconocí la canción the climb. Era una de las canciones qué tocaba de pequeña. Y sabía qué mi madre la ha puesto a propósito. No puedo soportarlo. Así que me incline hacia adelante y apague la radio.

- ¿Por qué lo hiciste, Meghan?-me dijo mi madre frunciendo el ceño.-Me gustaría oírte tocar.

- Pues a mí no.

- ¿Y si le bajo el volumen? Solo un poco.

- ¡QUÉ NO!-grite.

Clave la vista hacia la ventana. Podía ver un recorrido hermoso.

- ¿Has conseguido dormir?-me pregunto mi madre.

- Hasta hace unos segundos. Pero gracias pudiste haber frenado un poco, casi me estrello contra el vidrio.

- Uh, con que humor te has despertado.

Revente el globo qué acababa de hacer con un chicle. Mi madre odia qué haga eso y no lo había dejado de hacer desde las últimas 2 horas. Viendo bien el camino… ¿Dónde están las tiendas de comida rápida? A todo lugar qué me lleva mi madre no hay alguna. 

- Madre, aquí tampoco hay... ¿cierto?

- No.

Trate de estar de buen humor en el camino, dando que era la última vez que vendría a mi madre en un largo tiempo, muy largo para mi opinión. Amo a mi madre, pero tampoco es la mejor del mundo que digamos. Lo que pasa es que está atrapada en otra época, en una mala. Desearía haber nacido en mayo en vez de agosto. Así no tener que lidiar con viajes a casa de mi padre, cumplir dieciocho años. Ya no podían obligarme a nada, mejor para mí. Podría tomar mis propias decisiones no buenas, pero podría. Sin embargo tengo que ir, por tener aun diecisiete años. Porque mi madre me tuvo que tener en agosto, te amo mama. 

Podría venir…pero porque arruinaron mi plan para el verano. De nada había servido mis quejas ni la infinidad de lágrimas derramadas: no, no había servido de nada. Yo y mi hermano íbamos a pasar todo el verano con mi padre. <<No hay peros qué valgan tampoco se aceptan sugerencias>> había dicho mi madre. Como detestaba aquella actitud. A la salida del puente el tráfico se fue. Aún lado de las casas se ve un bello océano. Ajá, como si me importara. A quien engaño.

- ¿Por qué madre?-dije respecto al viaje.

- Te lo he dicho un montón de veces, necesitas pasar esta temporada con tu padre. Los echa de menos.-me contesto mi madre.

- Pero... ¿por qué todo el verano? ¿No podrían ser algunas SEMANAS?-dije casi gritando.

- Cálmate. Necesitan pasar un tiempo juntos, hace 3 años no lo vez.

- No es mi culpa. Él es el qué se fue de la casa.

- Sí, pero no quieres hablar con el por teléfono, cuando va a Texas te la pasas con tus amigos.